La Navidad es tiempo de tradiciones, y en este blog somos afectos a las tradiciones. Al menos a algunas, y en concreto a las que hemos creado aquí nosotros y para nosotros.
Así que en estos días decembrinos en los que vamos despidiendo un año y nos preparamos para recibir otro, cumplimos con nuestra tradición de invitar a unos cuantos sabios para que nos dejen un regalo en forma de palabras.
Y en esta ocasión se han puesto de acuerdo para hablarnos precisamente de las palabras; de las que pensamos y de las que pronunciamos, ya sea por escrito o en conversación, y de la importancia de usarlas bien; de la dificultad de encontrar a veces las que necesitamos; de cómo pueden ser el sustento de una amistad; del poder que tienen para cambiar nuestro estado, para bien o para mal. Y de los males que las aquejan, como las dictatoriales restricciones a la expresión que a veces algunos imponen. Y de cómo las palabras, las palabras solas, pueden ser una fuente de felicidad.
Esto es lo que, a través de los años y los siglos, nos dicen hoy y con la misma vigencia que cuando las pensaron por primera vez:
Es posible que le hubiera gustado hacerle esas confidencias a alguien. Pero ¿cómo referir un malestar indefinible que cambia de aspecto como las nubes y gira en torbellinos como el viento? Así que le faltaban las palabras y la ocasión y el atreverse.
Pero nosotros hemos experimentado lo que hace indisolubles las amistades: hay entre nosotros ese intercambio constante de impresiones felices de una y otra parte que tal vez haga de la amistad, bajo este aspecto, algo más rico que el amor.
Soy, por vocación, traficante de palabras, y las palabras son, sin duda, la droga más potente utilizada por la humanidad. Las palabras no sólo contagian, infectan, envenenan, narcotizan y paralizan, sino que entran y cambian las células más ínfimas del cerebro.
Las únicas condiciones en que tales conversaciones especulativas pueden resultar agradables son la libertad para bromear, la posibilidad de cuestionar cualquier cosa siempre que no se use un lenguaje insultante, y la licencia para socavar o refutar cualquier argumentación sin ofensa al argumentador. Y a decir verdad, conversar se ha convertido en una actividad penosa para la mayoría de la gente a causa de las estrictas leyes que se imponen a las conversaciones, y de la pedantería y beatería dominantes entre quienes se alzan en dictadores de esas jurisdicciones.
---------------------------------------------------Shaftesbury. Sensus communis. Ensayo sobre la libertad de ingenio y el humor en una carta a un amigo (1709)
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Así que las palabras me servían, acaso más los adjetivos que los sustantivos, para contrastar la osificación del mundo […] Como ya de niño, cuando las buscaba en el diccionario y cada una de ellas parecía una diosa que nace del mar. Palabras inventadas y tiempo detenido: ésta es mi receta para ser felices.
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Cuando estaba escribiendo me olvidaba de estar triste. Me olvidaba de preocuparme por el futuro. Me olvidaba de dónde estaba. […] ¿Sabías que puedes sentarte delante de una pantalla o de un bloc de papel y cambiar el mundo? El cambio no dura mucho, el mundo siempre vuelve, pero mientras dura, es alucinante. Lo es todo. Porque puedes hacer que las cosas sean como tú quieras.
Stephen King. Billy Summers (2021)
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Para todos ustedes, mis mejores deseos para lo que queda de este año y para todo el siguiente.
Las citas corresponden a las siguientes ediciones:
Gustave Flaubert. La señora Bovary (Alba editorial, 2012). Traducción de María Teresa Gallego Urrutia.
Honoré de Balzac. La falsa amante (Ediciones Invisibles, 2019). Traducción de José Ramón Monreal.
Rudyard Kipling. Discursos (La Dragona, 2018). Traducción de Marta Gámez.
Shaftesbury. Sensus communis. Ensayo sobre la libertad de ingenio y el humor en una carta a un amigo (Acantilado, 2017). Traducción de Eduardo Gil Bera.
Gesualdo Bufalino. Argos el ciego (Anagrama, 2006). Traducción de Joaquín Jorda.
Stephen King. Billy Summers (Scribner, 2021). El párrafo utilizado es traducción propia.
5 comentarios:
Veo que sigues apegada a los clásicos :)
Muy apropiadas las palabras de Shaftesbury para estos tiempos, aunque a mi me han gustado mucho las de la amistad, otra palabra un poco maltratada también.
Quizás los clásicos tengan las respuestas para todo, ¿verdad?
Benditas palabras.
Gracias por las citas y tus buenos deseos, que son recíprocos.
Siempre he dicho que lo que aprendo aquí no tiene precio.
Te lo agradezco.
Las palabras son llaves que abren las emociones.
Bien usadas pueden elevar a los hombres... en cambio utilizadas con intenciones perversas pueden provocar hasta nuestra propia extinción.
Hay que saber usarlas, entenderlas y en muchos casos saber descontaminarlas.
Me uno a tus buenos deseos.
Besos.
Asomo por aquí como las nubes, girando en torbellinos, y también traigo palabras que contienen los mejores deseos en estas fechas para una amiga (cuyo blog y sus tradiciones me frislan) y con quien tengo la libertad para bromear en cualquier momento.
Si he copiado a alguno de estos sabios o he inventado alguna palabra... ha sido pura casualidad. O simplemente que puedo hacer que las cosas sean como yo quiero.
¡Felices fiestas a todos los jugueteros!
Excelentes citas. Me ha gustado la de Balzac, y más aún la de Stephen King.
Saludos.
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