sábado, 4 de mayo de 2024

El oniro

Hace unos años, en el Museo de Documentos Únicos, de Tibania, tuve ocasión de leer la transcripción de un breve manuscrito del siglo XVI sobre el oniro. 

El texto dice así: 

El oniro (del griego oneiros, “ensueño”) es un animal nocturno, silencioso y muy tímido, muy difícil de ver. Por esta razón muchos dudan de su existencia, pero  el oniro se menciona en leyendas y narraciones tradicionales desde el siglo XI.

El oniro es tal vez mamífero, y se dice de nariz chata, orejas pequeñas, ojos grandes y pelaje suave de color azulado; del tamaño de una ardilla y de peso de alrededor de un tríbolo. Se cree que puede vivir hasta siete años  y habita en los bosques de Tíbanis.

Quienes han visto algún oniro lo han juzgado inofensivo, pues no tiene garras y sus dientes son pequeños y planos. Los utiliza únicamente para sujetar a sus crías y transportarlas en situaciones de peligro, tales como acecho de depredadores o inundación de la madriguera.

No se conoce cómo se reproduce, pero hay indicios de que la gestación de los oniros se produce durante el sueño. Un día al año los oniros sueñan con sus crías y cuando despiertan las tienen a su lado. 

Se cree que el oniro se alimenta de las canciones que las madres cantan a los niños en la cuna, y algunas personas aseguran haberlos visto  arrimados a las cabañas de los bosques, en la oscuridad, mientras en el silencio de la noche se oía una nana.


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