Llegamos al final de nuestro
juego-experimento lingüístico. Ya solo queda que les muestre el texto que
elaboré originalmente, en el que incorporé las palabras que inventamos.
Pero quisiera también comentar algunos
aspectos del asunto que me parecen interesantes.
Como dijimos, se trataba de ver las semejanzas
y diferencias que se producirían entre las versiones escritas por ustedes y ese
texto de partida. Es decir, ver qué significados o interpretaciones daban
ustedes a las palabras inventadas, y ver cuánto coincidían con los significados que les
di yo.
Y como cabía esperar, las versiones que han hecho ustedes del texto se asemejan mucho, lo cual demuestra que el contexto, como es sabido,
es fundamental para la interpretación de las palabras.
Sin embargo, aunque el sentido general
de casi todos los textos sea el mismo; aunque la escena descrita sea
prácticamente la misma en casi todas las versiones, resulta interesante observar
algunos casos concretos.
Por ejemplo, la palabra alonias, que en el texto original se refiere a las cortinas, ha
recibido también el significado de hojas, mariposas y pajaritos.
Más dispares aún son los significados atribuidos
a velverio, que yo utilicé para nombrar el cielo
y que ustedes han interpretado como espacio, sol,
jardín, horizonte, jazmín y velamen.
Y algo parecido ocurre con ledomé. A mí me pareció que sólo cabría interpretar esta palabra como libro,
pero ustedes, claro, la han imaginado también como cabeza, diario, cuaderno,
portátil y conciencia.
Quizás ospanzo, farfundio y entrequedente sean las palabras que más variedad de significados han recibido, pero siempre dentro de un mismo campo semántico. Nuevamente, el contexto manda.
Quizás ospanzo, farfundio y entrequedente sean las palabras que más variedad de significados han recibido, pero siempre dentro de un mismo campo semántico. Nuevamente, el contexto manda.
Pero ya sabemos que no se trataba de
“acertar” qué significados di yo a las palabras inventadas, sino de ver cuántos
posibles sentidos podían tener, guardando, claro está, una lógica determinada. Así
que también era importante que los textos, las versiones escritas por ustedes, tuvieran coherencia; es decir, que los significados dados a cada palabra
guardasen una relación lógica entre sí y diesen como resultado una escena congruente.
Y precisamente con respecto a la
coherencia, merece una mención especial
la segunda versión elaborada por *entangled*, que dando a las palabras
significados inesperados pero coherentes entre sí y con el desarrollo de la narración, ha transformado el texto
magistralmente, convirtiéndolo en una auténtica danse macabre digna de un poeta
medieval.
También Holden, tomándose más
libertades, ha ideado un contexto totalmente distinto al original, un
mundo algo alucinógeno pero regido igualmente por la coherencia interna.
Por último, este juego, que me parece más
interesante cuanto más lo analizo, nos lleva a pensar en otra importante cuestión, como es la arbitrariedad del lenguaje. Es decir, que entre una palabra y su
significado no hay una conexión natural, sino que esa conexión está establecida
por convención. Y lo que hemos hecho nosotros es eso exactamente: establecer
convenciones, acuerdos, por los cuales a partir de ahora podríamos decir nuar en vez de luz, farfundio en vez de suelo, o glisenfauto en vez de perro, y nos
entenderíamos perfectamente.
Les dejo aquí el texto original para
que, si lo desean, puedan compararlo con las versiones escritas por ustedes:
"Una mañana
Las alonias/cortinas amarillas bailan
despacio delante del limalante/balcón abierto. La nuar/luz de la mañana se filtra por ellas de manera que más que amarillas parecen doradas.
La brisa, lenta y milani/fresca, hace que se
ricen, se ondulen y se levanten un poco, como tímidos fantasmas que quisieran
entrar en mi habitación.
De vez en cuando las alonias/cortinas se separan del limalante/balcón lo suficiente como para que yo pueda ver, desde la cama,
el velverio/cielo ospanzo/azul y luminoso, y la mensabida/barandilla del limalante/balcón. Y las tolicuapas/macetas que colgué ahí hace menos de un fixp/mes ahora tienen virallamas/flores amarillas y
blancas. Y las virallamas/flores, el limalante/balcón, el velverio/cielo y las alonias/cortinas me parecen la vida misma. El color, el movimiento y la nuar/luz me parecen seres vivos y la brisa su respiración.
Sin levantarme puedo saber lo que ocurre
ñon/abajo, en la pasator/calle.
Unos
orenes/niños bertillos/pequeños juegan con un fufito/balón. Otros, mayores, se deslizan y hacen cabriolas con sus grosmios/patines, que apasconan/resuenan en el farfundio/asfalto con alzamando/estruendo entrequedente/crepitante.
También escucho el negro orzaludo/graznido de las gaviotas
y el blanco gorjeo de las areupimas/golondrinas.
Y una malia/mujer
se ríe, y quizás a su lado va un hombre satisfecho por esa risa.
Un glisenfauto/perro espudia/ladra a lo lejos, y un sagéter/coche pasa despacio. Las alopamas/campanas de la hildeñada/iglesia dan la hora, y el glisenfauto/perro vuelve a espudiar/ladrar.
Mi ledomé/libro, con las palabras por ahora calladas, reposa sobre las alaisas/sábanas.
Todo parece tranquilo en esta mañana
amarilla de domingo."
***
Muchísimas gracias a todos por
participar en este experimento léxico con tanta agudeza y simpatía. Y gracias
también a aquellos que, por el motivo
que sea, no han podido deleitarnos con sus versiones. La intención también
cuenta.