martes, 23 de agosto de 2022

Perspicere

Hace un par de días me topé, en un texto en inglés, con una palabra (una de tantas) que no conocía: perspicuity. Me sonó en seguida a perspicacia, pero como este significado no encajaba del todo bien en el contexto y además yo siempre ando atenta a los falsos amigos eché mano al diccionario sin dilación para asegurarme. 

El diccionario me dijo que perspicuity significa, precisamente, perspicuidad. Es decir, perspicuity no es un falso amigo sino un amigo verdadero, un amigo que es lo que aparenta y aparenta lo que es. 

La equivalencia española, la palabra perspicuidad, me era desconocida, obviamente, así que la busqué también, y el diccionario me indicó que significa "claridad", "precisión", "lucidez", y que el adjetivo correspondiente es "perspicuo". 

Y como estos conceptos de claridad y lucidez encajaban a la perfección en el texto inglés en el que encontré perspicuity, podría haberme quedado ahí, con mi duda resuelta y tan contenta.

Pero como perspicuidad y perspicuo sonaban también, claramente, a perspicacia,  recurrí entonces a mi querido amigo el diccionario etimológico, para ver si me equivocaba mucho o si iba por buen camino. Ya saben ustedes que, al igual que con los falsos amigos, también hay que andar atentos a la traicionera paretología o etimología popular, que nos lleva a asociar palabras por intuición, cuando la similitud entre ellas nos hace pensar que una debe de provenir de la otra.

Lo cierto es que no me equivocaba del todo, porque tanto perspicuidad como perspicacia (y perspicuo y perspicaz) derivan del latín perspicere, que significa "mirar atentamente o a través de algo". 

Ya sí que tenía resultas todas mis dudas respecto a estas palabras, pero más allá de lo puramente semántico y etimológico, todavía me esperaba otra sorpresita. Resultó que ese mismo día, por la noche, un amigo con el que mantuve una breve conversación por whatsapp, me dijo, por algo que no viene al caso, que yo había sido muy perspicaz. Sonreí para mis adentros al recordar que por la tarde yo había estado dándole vueltas a esa palabra precisamente. 

Pero para redondear aún más la cosa, durante la conversación este amigo hizo referencia al famoso relato de Borges "Funes el memorioso", y como hacía mucho de la última vez que lo leí, no recordaba determinados detalles. Lógicamente, al cabo de un rato ya estaba yo con un volumen de Borges en las manos, releyendo el relato, y al llegar al segundo párrafo me encontré con esta frase: "Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo."

Por un momento me quedé mirando al vacío, pasmada ante semejante coincidencia. Después, en cuanto me repuse del asombro, me dije que tenía que contarles a ustedes este caso casual, tan portentoso, me parece a mí, que se diría ideado por el propio Borges.


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