Ya hemos hablado aquí en ocasiones anteriores sobre el dilema que a veces se nos plantea entre leer o releer, entre dedicar nuestro tiempo a libros que aún no hemos leído o a libros que querríamos releer.
Lo cierto es que para mí ese dilema está dejando de serlo, porque cada vez me apetece más la relectura y a ella me estoy entregando sin resquemor.
Es indudable que siempre cabe la posibilidad de que el libro elegido no nos guste más o ni siquiera igual que la primera vez. Es un riesgo inevitable. Y si por ese temor elegimos no releer, siempre nos quedará la duda, el desasosiego, el comecome de no saber cómo habría sido la experiencia. En cambio, si elegimos leerlo y resulta que nos vuelve a gustar tanto o más que la primera vez, la sensación será, como mínimo, muy gratificante.
Y eso es precisamente lo que me ha ocurrido a mí en estos días con un libro en particular. Lo cierto es que en este caso concreto la relectura era especialmente arriesgada, porque el libro en cuestión es uno que leí hace mucho, mucho tiempo. En concreto cuando yo tenía doce años.
Por
si tienen ustedes curiosidad, el libro al que me refiero es El misterio de Salem's Lot,
la mítica novela de Stephen King.
Como saben algunos de ustedes, desde aquella primera vez he seguido siendo lectora de King durante toda mi vida; he seguido su trayectoria literaria y conozco su evolución. Y yo, lógicamente, también he evolucionado como lectora, de modo que a pesar de mi confianza en el talento del autor, tenía cierto temor a que el libro y yo no volviéramos a conectar como conectamos entonces. Sin embargo, ahora puedo decir con satisfacción que la relectura ha sido un deleite, y me ha sorprendido muy gratamente que un libro que leí en la infancia tuviera tanto que decirme de adulta. ¡Qué sensación!
Porque lo cierto es que es ahora cuando me ha dicho mucho. En aquella lectura infantil me fascinó la historia en sí, la aventura, las peripecias de los personajes; ahora, sin embargo, he llegado mucho más allá, y he sido capaz de apreciar los méritos literarios y técnicos de la obra y su profundidad simbólica y psicológica, además de establecer conexiones con otras obras de King, conexiones que antes, naturalmente, no estaba a mi alcance percibir.
Por otra parte, también me parece interesante el detalle de que el ejemplar que he leído es el mismo que leí entonces, porque lo he conservado siempre: ha sobrevivido al tiempo, al polvo, a las mudanzas... Y esto le ha dado a la lectura una aún mayor dimensión emocional, y ha hecho que en todo momento yo haya tenido presente a aquella lectora de doce años que leyó la novela por primera vez: la he visto en su habitación, con el libro, ese mismo libro, entre las manos, pasando las páginas con emoción, descubriendo un mundo nuevo... Y como para completar la emotividad de este reencuentro literario, en algunas de las páginas he encontrado, con cierto temblor del corazón, la indecisa firma de esa niña, que quizá ya entonces quiso sentir que aquel libro era suyo, suyo y de nadie más.
Ya ven ustedes que esta relectura, tanto tiempo pospuesta por temor a la decepción, ha resultado una experiencia muy especial, gratísima, y no solo en lo literario.
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Imagen de la primera versión cinematográfica de la novela, El misterio de Salem's Lot (Tobe Hooper,1979). |
17 comentarios:
Cada vez releo más.
Es por pura defensa mental.
Mi opinión es que en la literatura, como en el cine, series, música, etc ha ido todo a peor.
Ahora todo el mundo es pintor, escultor, escritor, compositor, director de cine y lo que haga falta.
Resultado: una catástrofe globalizada.
Después de estrellarme con muchos libros que han sido incluso premiados y que son objeto de espléndidas campañas de marketing he llegado a la conclusión de que la mayoría de esos son libros son basura envuelta en papel de regalo.
No he vuelto a Stephen King porque no sé qué me pasa con sus libros que me enganchan mucho al principio y luego desconecto pero entiendo que eso es un problema mío ya que muchísima gente habla muy bien de su obra literaria.
Yo releo a Benito Pérez Galdós que me parece un escritor fantástico y también a Vargas Llosa y otros muchos que realmente eran buenos escritores. Todos ellos de antes de la globalización embrutecedora.
Besos.
Me alegra que el "experimento" haya acabado bien porque te has arriesgado mucho.. Creo que lo dije en su momento, no suelo releer porque me abruma el peso de todas las cosas que no he leído pero, hace unas semanas, he vuelto a leerme "la broma infinita", un libro enciclopédico, inabarcable.. Y, lo que dices, había muchas capas que no entendí en su momento y que ahora creo poder entender...
Lo mismo toca cambiar de opinión ;)
Tendré que imitarte. En mi caso, ese primer libro de mayores que leí fue Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne (Colección Historias, de Editorial Bruguera).
Totalmente de acuerdo, Toro, no tengo nada que añadir a lo que expones.
Lamento que no conectes del todo con SK, pero cada lector es único y ninguna obra puede llegar por igual a todos. No es ningún problema tuyo, porque muchos siguen denostando los libros de King. Y eso sí que no es ningún problema ;)
Y por supuesto leer y releer a Galdós, a Vargas Llosa, y a tantos maestros "de antes" nos salvará de muchos disgustos.
Besos.
Ya veo, Beauséant, que tú eres también un afectado por el dilema de leer/releer, pero me parece que vas camino de superarlo, jeje. Releer La broma infinita no es ninguna broma precisamente, y ¿a que es una sensación fantástica descubrir cosas nuevas en un libro ya leído?
Si ya lo dice SK: los buenos libros no revelan todos sus secretos de una vez ;)
Saludos!
Pues te animo, Macondo, a que releas ese maravilloso primer libro tuyo. Estoy segura de que sería una experiencia estupenda.
Saludos.
Me alegro de que hayas tenido esa experiencia con tu relectura. Sí que produce toda una sensación releer un libro que nos marcó y que el resultado sea así de gratificante: todo un viaje en el tiempo. Y eso sin contar que King es uno de tus escritores de cabecera, y que esta novela en particular es emblemática. Yo la leí probablemente a la misma edad que tú, y la disfruté mucho. Aunque no he vuelto a este autor desde la adolescencia, como te conté una vez, llevo tiempo queriendo volver a él.
Tengo esperándome ''Cementerio de animales'', que es la novela de King que más me llama ahora mismo, y nunca la he leído.
En cuanto a relecturas que libros que marcaron, he tenido unas cuantas; ya te conté no hace mucho lo que me pasó con 'La cartuja de Parma', pero quizá lo más especial de los últimos años lo he vivido releyendo 'Crimen y castigo'. Por mi apodo virtual, ya imaginarás que tengo un especial cariño a esa novela. Hacía años que no la leía, y experimenté la misma emoción que la primera vez al avanzar en cada capítulo.
Sin embargo, tengo dudas de si me pasaría lo mismo releyendo a otros autores que me marcaron hace muchos años. Pienso por ejemplo en Hermann Hesse o Jack London. Dudo que el segundo me decepcione, pero el primero lo asocio a una etapa de mi vida muy concreta, y no sé qué me encontraría ahora. Algún día lo sabré.
Y ahora sale mi vena de bibliófilo: tengo curiosidad, ¿cuál es la edición de tu ejemplar de 'El misterio de Salem's Lot'? Lo leerías en español, supongo :)
Se me olvidaba... Mi primer libro ''de mayores'' también fue la misma novela de Verne que menciona Macondo, qué casualidad. Empecé a leer con la colección ''Alfred Hitchcock y los tres Investigadores'', de la editorial Molino, y con las novelas de Julio Verne.
Es una propuesta interesante, no creo que sea una competencia entre leer o releer, es más bien una cuestión de los intereses de cada momento.
Si tuviera que releer algo de King no sería este mismo libro, recuerdo haberlo leído y aburrirme con él, sí algún otro, que podría ser "Las cuatro estaciones", por ejemplo.
Saludos,
J.
Rodión, Cementerio de animales es otra novela emblemática. Yo le tengo un apego especial, porque es la primera de SK que leí en inglés, pero también porque la historia me conmovió mucho y me hizo pensar en cosas que hasta entonces no me había planteado.
En cuanto a mi edición de Salem's Lot, te diré para satisfacción de tu vena de bibliófilo ;) que es una con solera: la mítica que Círculo de Lectores publicó en los años setenta y que heredé de un familiar, al igual que ese tomo de relatos de Poe del que ya he hablado aquí. Ya ves que lo mío viene de familia.
Me alegra saber que tú también disfrutas de los placeres de las relecturas, y espero que si pruebas con Hesse y London la experiencia sea grata.
Saludos!
Eso creo yo, José A., que nuestros intereses o necesidades "espirituales" de cada momento son lo único que debe llevarnos a leer o releer, una cosa u otra, sin plantearse nada más.
"Las cuatro estaciones" es un libro magistral, de los que sin duda permiten una o varias relecturas. Y una demostración de que King tiene una capacidad única
para escribir obras muy distintas entre sí e igualmente apasionantes.
Saludos.
Yo también me debato en el dilema leer releer, y no he dado el paso a coger viejas obras de las que guardo buen recuerdo. Por un lado está el miedo a que la segunda lectura me decepcione, a romper el vínculo con esa obra, y por otro , cuando miro el montón de libros por leer no me parece bien volver a los ya leídos. Yo también tengo Cien años de soledad en la edición destartalada que leí con diecisiete años y algún día volveré sobre ella, espero
Pues eso es, Chafardero, los pros y los contras del asunto. Lo bueno es cuando llegamos al momento en que solo nos importan los pros.
Felices relecturas!
¡Qué poco aparece nuestro amigo de Maine en tu blog para lo mucho que lo admiras!
Creo que puedo contar con los dedos de una mano los libros que he releído (el que más, Cuento de Navidad, por una tradición autoimpuesta). Y es verdad que, cuando echo la vista atrás, recuerdo tantas novelas con las que viví emociones intensas que me digo a menudo que debería volver a ellas. Pero luego ocurre lo de siempre: hay tantos otros libros que me siguen esperando, que acabo aplazando las relecturas.
Aun así, tus argumentos me han convencido por completo.
Y, desde luego, muchos de esos libros a los que querría volver son de Stephen King. ¡Qué capacidad tiene el tío Steve para atraparnos una y otra vez!
Me ha encantado la imagen de volver al mismo ejemplar que un día leyó la Ángeles niña. Que lo conserves aún, con aquella firma que era ya una forma de hacerlo tuyo para siempre, le da una carga emocional inigualable. Y de alguna forma, no sólo has releído una historia: has releído una parte de ti.
JuanRa, me alegra mucho que empieces a ver la relectura con otros ojos. Al fin y al cabo, si empezamos con una relectura que no nos satisface, se abandona y aquí no ha pasado nada. Sin perder de vista la posibilidad de desencanto, claro. Eso es algo que cada lector debe valorar en cada caso.
A mí me ha encantado tu último párrafo, y en particular la última frase. No había visto ese aspecto del asunto pero ahora me parece esencial. Gracias!
Yo tengo muy mala memoria. Al leer una novela, siempre lo hago acompañado de una pluma y un cuaderno en el que apunto cada personaje, su relación, y los hechos más importantes de la novela. Así, cuando retomo la lectura, puedo recordar la acción sin problemas. Me ha ocurrido a veces leer una novela y darme cuenta, al cabo de 100 páginas, que ya la había leído previamente. No es un defecto (pienso) sino un doble placer el ir descubriendo lo ya descubierto y olvidado😊
Un abrazo, Ángeles.
Desde luego, diego, a mí tampoco me parece un defecto sino más bien una suerte, porque disfrutas dos veces. Y estoy segura de que también es un placer tomar y leer esas notas que te sirven para retomar la lectura con todos los detalles bien presentes. Eso es una lectura profesional, sí señor :)
Un abrazo!
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