martes, 13 de agosto de 2024

El rudo erudito

Qué cosa más curiosa son las palabras.

A veces da la impresión —ya lo hemos dicho en ocasiones anteriores— de que tuvieran vida propia y tomaran decisiones conscientes, para sorprendernos, para reírse un poco de nosotros y para  hacernos saber que ellas son las que mandan.

Volví a pensar en todo esto hace poco, después de haber hecho una de esas conexiones inconexas que —como ya les he contado también otras veces— hago de vez en cuando, y que me hacen  tirar de un hilo suelto que acaba llevándome a una madeja compleja.

Y en este caso, ese hilo suelto fue la palabra «erudito», que por alguna razón estaba dando vueltas en mi cabeza. Me dije tontamente que «erudito» parecía un diminutivo, y que en caso de que lo fuera, la palabra original debería ser «erudo».  Ya ven ustedes las cosas a las que se dedica mi cerebro sin pedirme permiso ni nada.

El caso es que eso de «erudo» me dio risa, y pensé entonces que esta palabreja tontaina que acababa de inventarme estaba curiosamente cerca de «rudo», aunque sus respectivos significados no tuviesen mucho que ver. ¿O tal vez sí?

Entonces, claro, no tuve más remedio que indagar un poco en la cuestión, para ver si «rudo» y «erudito» estuvieran, por un curioso casual, emparentadas la una con la otra.

https://www.cervantesvirtual.com/portales/jose_cadalso/autor_biografia/
José Cadalso
(P. Castas Romero, 1855)

Y lo primero que aprendí es que «rudo», es decir, tosco, basto, o «que tiene gran dificultad para aprender lo que estudia», procede del latín rudis, «que está en bruto, sin pulir». Y que de rudis derivan, con toda lógica, «rudimento», que tiene el sentido de «primeros estudios de cualquier ciencia o profesión»,  y «rudimentario», que es aquello que está en sus inicios.  Por ejemplo: «Pepito se las da de experto en motores, pero sólo conoce los rudimentos de la mecánica». 
O «Me gusta la jardinería, pero sólo tengo conocimientos rudimentarios».

Pero lo que yo nunca hubiese esperado, a pesar de mis elucubraciones léxicas, es que de rudis derivase también, mire usted,  erudito. 

En efecto, «erudito», que es aquel que está «instruido en varias ciencias, artes y otras materias», es decir, el que es sabio, ilustrado, culto, proviene del latín eruditus, que es el participio del verbo erudire,  que significa "quitar la rudeza" o "desbastar".


Es decir, que el erudito es aquel al que se le ha quitado la rudeza; el que ha pasado de los rudimentos de una ciencia a conocerla con profundidad, y todo ello con un prefijo de nada. Convendrán ustedes conmigo en que mi invención de "erudo" tiene por lo tanto su lógica etimológica.

Pues bien, por muy interesante que me pareciera todo esto, resulta que lo mejor de mi rudimentaria investigación es que gracias a ella descubrí la maravillosa expresión «erudito a la violeta», que designa a aquel que solo tiene «una tintura superficial de ciencias y artes».

Quizá se pregunten ustedes, como me lo pregunté yo, de dónde procede esta exquisita locución, y puedo decírselo: procede de la obra Los eruditos a la violetaescrita en 1781 por el insigne don José Cadalso, quizá más conocido por sus Cartas marruecas.

Los eruditos a la violeta  es una obra satírica dedicada a los pedantes que sin saber de nada pretenden dárselas de conocedores de todo y se permiten opinar de todo, y tiene la graciosa forma de un curso en siete lecciones para convertirse en eso, en un erudito a la violeta, un sabelotodo de tres al cuarto.

Ya sólo me faltaba saber a qué se debe la denominación «a la violeta», y el propio Cadalso me lo explicó: es una alusión al perfume de violetas, que en la época era uno de los favoritos de aquellos frívolos sabiondos, petimetres con ínfulas de expertos.

Después de todo esto creo que podemos concluir que, en efecto, a veces el rudo y el erudito están muy cerca el uno del otro, y no sólo en lo etimológico.


httpsthesalonhost.combrief-history-of-salons
Ein Schubertabend in einem Wiener Bürgerhause (Julius Schmid, 1897) 

22 comentarios:

Alfred dijo...

Vaya forma de ir tirando del hilo y hasta dónde nos ha llevado. :)
Un abrazo.

Beauséant dijo...

Maravilloso, lo digo en serio... Un hallazgo maravillo lo de los eruditos a la violeta... Tenemos muchos de esos, ¿verdad? Una semana son expertos en volcanes y la siguiente en contratos públicos, el parlamento catalán o lo que toque.
El día que uno de ellos, al ser apuntado por un micrófono diga: "pues no sabría decirle, me falta información para opinar sobre ese tema", el universo implosionará :)

Albada Dos dijo...

Muy curioso en ambos casos. Es bueno aprender, no sé si ser erudito, porque yo me he sentido rudimentaria :-)

Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Tu intuición te llevó por buen camino...
El poder de esa "e" en "erudito" es asombroso.
Gracias por todo lo que siempre aprendo aquí.
Besos.

Rodión dijo...

Me ha sorprendido y gustado mucho esta entrada. Sorprendido, porque yo también descubrí esta obra de Cadalso hace relativamente poco (Castalia la ha publicado este año, y la encontré de casualidad); ya sabes lo que me atrae el siglo XVIII.

Y me ha gustado cómo nos has regalado tu propia indagación a partir de esa pregunta inicial. Tu ''erudo'' al final no se aleja demasiado del origen latino que une los dos conceptos sobre los que reflexionas aquí. Es como ''filología-ficción'', pero de la buena, la que lleva a preguntarse y terminar aprehendiendo por uno mismo la semántica. No eres una erudita a la violeta, eso está claro ;)

Por cierto, yo también tenía esa curiosidad, antes de leer a Cadalso, porque una vez se lo oí a Antonio Escohotado. Hay un vídeo en el que menciona que tal libro no era para lectores ''a la violeta''... Si no recuerdo mal. Yo en su momento lo entendí de algún modo como amaneramiento, pero como dices, se acerca más a la pedantería.

Macondo dijo...

El caso es que me sonaba el título de Eruditos a la violeta, pero, como tengo poco de erudito, no lo relacionaba con José Cadalso, de quien solo recordaba sus Cartas marruecas. Ni siquiera las he leído.
Gracias por hacernos partícipes de tus interesantes curiosidades e indagaciones.

Juan M de los Santos dijo...

Genial, como siempre. Pero además, me ha gustado otro término que has dejado caer cuando ibas rematando la faena...y es ese petimetre que siempre me ha fascinado. Creo recordar que viene del francés "pequeño maestro", lo pongo así, traducido, porque mi ortografía francesa es de juzgado de guardia, y se refiere a lo mismo, el que da lecciones sin tener ni idea. Hay una expresión similar en nuestro idioma : "aprendiz de todo y maestro de nada", pero esta la considero menos peyorativa, pues tiene quizá un matiz de modestia. No sé, quizá puedas iluminarnos con tu saber a este respecto.

Ángeles dijo...

Ya ves, Alfred.
Un abrazo.

Ángeles dijo...

Me alegro, Beauséant, de que te haya gustado el descubrimiento. Y sí que tenemos eruditos a la violeta para dar y regalar. Pero descuida, que, en lo que respecta a ellos, el universo está a salvo :D

Ángeles dijo...

Así es, Toro, una simple letrita y mira lo que cambia la cosa.
Gracias a ti por venir siempre y siempre tan amable.

Besos.

Ángeles dijo...

Pues sí, Rodión, ya he visto que hay una edición reciente de Castalia, lo cual me congratula. Y ya veo que conocías la expresión y el libro, pero claro, a un amante de lo dieciochesco como tú no se le podía escapar, jeje.

Oye, me encanta eso de "filología-ficción". Me lo apunto :)
Y me alegra que creas que no soy una erudita a la violeta, porque yo me temo que sí lo soy, aunque sin proponérmelo, claro, o que puedo dar esa impresión,.

Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada.
Gracias!

Ángeles dijo...

Gracias a ti, Macondo, como siempre.

Ángeles dijo...

Muchas gracias, J.M. de los Santos.

Respecto a "petimetre", creo que más que a un "maestrillo" se refiere a un tipo presumido, a un señoritingo. Procede en efecto de "petit maitre", que literalmente significa eso, "señorito", "pequeño señor", pero sin el matiz de falso erudito.
En el caso de los eruditos a la violeta se juntan las dos características: la de sabelotodo de pacotilla y la de señorito presumido.
Ya ves que yo también puedo ponerme en plan "erudito a la violeta" sin mucho esfuerzo :D

Yo también creo que "aprendiz de todo y maestro de nada" tiene un sentido algo distinto. Creo que más que al sabelotodo se refiere a quien ha probado muchas profesiones o estudios pero no ha terminado de aprender bien ninguno.

Muchas gracias por tu comentario, y me alegra volver a verte por aquí.

Ángeles dijo...

Jaja, yo creo, Albada, que tú de rudimentaria no tienes nada.
Abrazo!

José A. García dijo...

Interesante interpretación, sin dudas podemos seguir pensando a partir de ella.

Saludos,
J.

Ángeles dijo...

Gracias, José A. García.
Un saludo.

MJ dijo...

¡Cuántas cosas aprendemos cuando vas tirando del hilo etimológico! Muy interesante cómo dos palabras antónimas provienen de la misma raíz. Un prefijo y cambia el significado totalmente.
Me ha encantado lo de "Eruditos a la violeta" y además el libro son lecciones para enseñarte a ser uno de ellos :-D Una burla, una ironía muy buena.

diego dijo...

Ángeles, he disfrutado mucho mucho leyendo tu entrada. Tanto que he comprado y leído la obra de Cadalso. Aunque fue escrita en el año 1781, tiene una vigencia absoluta. ¡Cuántos comentaristas, políticos y “cuñaos” se habrán inspirado en ella para soltar sus sentencias, con los ojos cerrados y levantando su dedo índice! No soporto a esta gente que, cuando comentas algo, ellos siempre lo han hecho antes, mejor o más barato que tú.
Un fuerte abrazo, Ángeles.

Anónimo dijo...

Me parece apasionante descubrir que palabras que nunca hubieras pensado que tenían raíces comunes son parientes. Y con esto que dices de que parece que tengan vida propia, me las imagino pensando "¡A buenas horas descubrís que somos primas!"
Ahora ya sé que un tipo rudo podría convertirse en un erudito (aunque tendría más gracia que fuera un "errudito")

La expresión Eruditos a la violeta me hizo gracia desde la primera vez que la escuché, en mi primer y único año universitario, cuando nos tocó estudiar a José Cadalso. Debería seguir utilizándose porque eruditos a la violeta sigue habiendo muchísimos.

Ángeles dijo...

Gracias, MJ, me alegro mucho de que la entrada te haya parecido interesante. Tiene salero el señor Cadalso, eh? :D

Ángeles dijo...

Muchas gracias, Diego, eres muy amable. Me encanta que la entrada te haya animado a hacerte con el libro y leerlo. Es verdad que resulta muy actual, y además los eruditos a la violeta de nuestra época tienen la televisión y las redes sociales para dar salida a su fingida sabiduría. debe ser para ellos un paraíso :D

Un abrazo!

Ángeles dijo...

Pues yo, Anónimo, he descubierto que eres JuanRa, lo cual ha sido más fácil, por cierto, que descubrir el parentesco ente el rudo y el erudito :D

Yo también estudié en su momento la obra de Cadalso, pero no creo que pasara de las Cartas Marruecas, porque los eruditos a la violeta no los habría olvidado de haberlos conocido entonces.

He decidido que voy a empezar a utilizar la expresión cada vez que tenga ocasión. Merece que se recupere, por graciosa, certera y útil, ¿no te parece?

Gracias por tu comentario.