domingo, 4 de agosto de 2013

Ellos sí saben

 
Tengo un amigo un poco punk y un poco destroyer que no cree en casi nada.
Hace unos días yo le decía que en los libros hay sabiduría y, recurriendo al tópico de “la pluma es más fuerte que la espada”, añadí que también puede haber mucha rebeldía.
Pero a él todo esto le parece exagerado pues no cree ni que los escritores sean sabios ni que los libros puedan cambiar nada.
 
Yo comprendo que hablar de escritores y libros, así, a bulto, es arriesgado e injusto, porque es como darle el mismo valor a una esmeralda que a una piedrecilla del campo. Pero, obviamente, cuando yo digo “escritores” no me refiero a cualquier juntaletras que se inventa una historia y la pone por escrito. Y cuando digo “libros” no me refiero a cualquier montón de páginas cosidas y encuadernadas.
 
Lo que es indudable es que los sabios existen. Son esas personas que ven con mayor claridad que la mayoría, que perciben la esencia de las cosas, que captan el detalle fundamental de las circunstancias, que tienen puntos de vista diferentes  y saben reflejarlo en palabras.
 
Yo tengo mucha fe en las palabras y en la capacidad del lenguaje para representar toda clase de pensamientos, pero hay ocasiones en que no encontramos la forma exacta de expresarnos, por muy amplio que sea nuestro vocabulario y mucha nuestra habilidad para construir frases impecables.
Aunque en esos casos lo que falla no son las palabras; el problema es que lo que queremos expresar, lo que necesitamos  poner en palabras, no son pensamientos sino otra cosa, algo aun más abstracto e inasible que los pensamientos. Supongo que es lo que llamamos sentimientos, o emociones.
 
Por lo tanto, para traducir “esas cosas” a palabras con precisión, sin que suenen a otra cosa, hace falta algo más que esa mediana capacidad de expresión que tenemos todos. Hace falta una capacidad extraordinaria de expresión pero también de discernimiento. Hay que ser capaz de captar la sensación, identificarla y  entenderla.
Y todo esto es también aplicable a la sociedad, al mundo, a la vida, al comportamiento en general del ser humano y sus  consecuencias.
Y los que tienen ese algo más, esa capacidad extraordinaria de entendimiento y expresión, son los escritores sabios y los sabios escritores.
 
Ellos sí saben expresar lo más complejo, lo que a los demás se nos queda en un "no sé cómo decirlo"; ellos sí saben darle forma porque lo entienden mejor, porque tienen la capacidad de penetrar en los entresijos psicológicos del ser humano y de la vida, abrirse paso entre ellos y salir con las palabras necesarias para que los demás lo entendamos también y nos sirva de guía.
 
Por eso, aunque mi amigo no esté de acuerdo, yo sigo creyendo que la sabiduría está en los libros.
A no ser que la sabiduría consista en otra cosa, claro. Pero yo no lo creo.

 

 

24 comentarios:

Sara dijo...

¡Qué alegría, Ángeles, que no te hayas ido de vacaciones! Entiéndeme, lo digo por no verme privada del placer de leerte.

Me han encantado tus sabias reflexiones sobre los escritores sabios. Es verdad, cuesta mucho expresar las emociones sin caer en el tópico y en el lugar común. Una visión "rompedora" del mundo emocional le parecería a tu amigo lo más punk del mundo "mundiá".

Oye, qué hermosas e interesantes son las citas de Auster y de Proust que has incluido en el blog.

Saluditos

Marisa Entre mil letras dijo...

¡Lo has clavado! No podría estar más de acuerdo contigo. ;)

loquemeahorro dijo...

Sin ofender: tu amigo mucho, mucho, mucho no ha leído ¿no?

O quizá no ha leído mucho de calidad y se cree que que "escritor" es cualquier cosita que anda por ahí suelta.

Lo digo porque hay autores que es casi imposible leer su obra y no sentirse sobrecogido.

Ángeles dijo...

Gracias, Sara, para mí también son un placer tus comentarios.
Sí, es verdad que una manifestación de la mente más refinada puede ser lo más rompedor del mundo.

Y me alegro mucho de que te gusten las citas :-)

Marisa, muchas gracias. Me alegra mucho que coincidamos :-)

Loque, no hay ofensa, querida. Mi amigo sabe valorar como el que más un texto bien escrito y una idea bien expresada, pero, según dice, es que le gusta "tocarme las narices". Como sabe que me impresiono con cualquier cosa... ;-)

Y estoy absolutísimamente de acuerdo con lo último que dices.

MJ dijo...

Estoy de acuerdo con tu interesante reflexión.
Me ha sorprendido un poco lo que te ha dicho tu amigo punk. Yo, al igual que Loque, he pensado que tu amigo no ha leído un buen libro y sin embargo, dices que sabe apreciar un buen texto ¿...? Y entonces... ¿cómo dice esas cosas? ¿solo para chincharte? No sé, no sé... Asombrada me he quedado.

Ángeles dijo...

MJ, comprendo tu asombro por lo que dice mi amigo, pero a cuenta de esto tenemos unos debates muy interesantes. En el fondo estamos de acuerdo, pero el entusiasmo es diferente.

Gracias.

JuanRa Diablo dijo...

¿No te ocurre a ti al leer algún párrafo de un libro determinado que te embelesa tanto una descripción o el especial tino en una frase que quedas unos segundos maravillada, preguntándote si hubieras sido capaz alguna vez de expresarlo tan bien?

Cuando esto ocurre continuamente con un escritor, empiezo a sentir una admiración especial y cierta envidia al comprobar cómo saben algunos utilizar el lenguaje de forma tan bella.
Y tienes razón, si además de saber darle a forma a lo que cuentan, hacen que nos veamos reflejados en los sentimientos que transmiten... ¡madre mia,eso solo lo saben hacer los sabios!

Espera, que lo he escrito mal.
SABIOS
Ahora sí.

Juan M de los Santos dijo...

Había por ahí una frase o aforismo que decía "Todo está en los libros". Y es cierto. También la sabiduría. El problema es que el lenguaje es lo que podríamos llamar una herramienta "multifunción" o, como se dice ahora, calcando el anglosajón término, "multipropósito". El lenguaje sirve para comunicar, pero también para confundir; para informar, para desinformar o para sobreinformar; para transmitir conocimientos o para engañar y mentir... Creo que el verdadero sabio al que tú haces referencia no es solo el que sabe mucho y sabe comunicarlo, sino que además tiene el deseo de compartir su sabiduría.

Pepe Cahiers dijo...

Hay libros que han cambiado la historia, o por lo menos han permanecido ligados a ella de forma casi perenne. Las ideas son determinantes para el devenir de los tiempos y si están impresas se divulgarán a los cuatro vientos.

Ángeles dijo...

Pues sí, JuanRa, sí que me pasa eso que tan bien has explicado, al pie de la letra.
Y es una sensación estupenda esa de sentirse incluido, como parte de ese mundo o esas ideas que el autor ha expuesto.
Bueno, yo no sé explicarlo, claro, pero creo que me entiendes, don’t you? ;-)


Gracias, Juann.
A colación de lo que dices en tu comentario, a lo mejor tal vez quizás pudiera ser que te gustara leer estotro:
http://juguetesdelviento.blogspot.com.es/2011/04/supongo-que-todo-el-mundo-ha-recibido.html

(y perdón por autopromocionarme)


Estamos totalmente de acuerdo, Pepe Cahiers.

Muchas gracias y bienvenido.

Juan M de los Santos dijo...

Pues sí que me gustó leerlo -la entrada que me recomiendas-. No recuerdo si la leí en su día, pero me ecantó volver a hacerlo. Está muy rebien.

Ángeles dijo...

Gracias, Juann. Me alegro mucho :-)

Juan d. l. S. dijo...

Bueno. los comentarios demuestran que dices lo que tantos pensamos, pero dicho de forma clara y entendible. Eso de los "juntaletras" me regocija, y hay algo que quisiera añandir, (quizá esté equivocado) pero Aparte de la capacidad de expresar y saber llegar a esas emociones, ¿no te parece que a veces es necesario coraje y valor según los tiempos que corran?

Ángeles dijo...

Pues tiene usted mucha razón, señor Juan dlS.
La prueba está en los escritores que han sido perseguidos y cuya obra se ha prohibido o destruido por decir ciertas cosas en ciertos tiempos.

Metalsaurio dijo...

Creo que leí tu entrada el mismo día que la publicaste, pero al ser varias las reflexiones que haces quería comentarlo con más tiempo, jeje!

Curiosamente, esta semana un escritor de renombre (que no recuerdo, jaja) decía que ya estaba bien de hacer campañas para fomentar la lectura (reivindicaba el derecho de cada cual "a ser un burro") y que deberían hacerse más campañas para fomentar la creatividad.

Estoy de acuerdo con él con lo de fomentar la creatividad, pero también creo necesario fomentar la lectura (a pesar del derecho individual a ser un burro) con algo más que las campañas que dicen poco más que "¡Lee!".

Seguramente tu amigo no haya dado con los libros que le atraigan y de ahí su opinión. Desde luego, el colegio creo que no ayuda mucho a fomentar la lectura ya que las lecturas obligadas pocas veces son las más atractivas para alguién que se está formando. Vamos, que o tu amigo pone de su parte para bucear en la literatura o se mantendrá en sus trece, jeje!

Respecto a los sabios...buff...de pequeño imaginaba a estos sabios con el aspecto que le suponemos a los magos: largas túnicas y gorros en punta moteados con estrellas y lunas...jeje! Hace unas semanas me acordaba de esto, por reecontrarme con esta imagen mental a través de un programa con blog incluído que me recomendaron (la escóbula de la brújula)...esa gente me parece un auténtico manantial de sabiduría...y espero de verdad que vayan por ahí con sus túnicas y gorros, jajaja!

Hasta leer tu entrada no me había parado a pensar que sabio no es sólo quien sabe muchas cosas, si no también quien sabe plasmar lo complejo y sutil en palabras. Porque a pesar de existir tantísimas palabras no siempre es fácil dar con la adecuada (que se lo digan a Allan Poe...que lo dejé de leer por su manía de repetir: era una sensanción tan ... que no sabría ponerla en palabras)

P.D.: ¡menudo rollo he soltado!

¡Saludos!

Ángeles dijo...

Metalsaurio, gracias por ese comentario que no es un rollo en absoluto. Todo lo contrario.

Yo creo también que fomentar la lectura está bien, como fomentar la creatividad, y la vida sana, y la prudencia al volante, y la educación… es decir, de forma natural, como parte de la formación integral de las personas.
O sea, que estoy de acuerdo contigo en que ese fomento sea algo más que una simple campaña oficial y pasajera y en tono imperativo.

Respecto a mi amigo, no me extrañaría que las tradicionales lecturas obligatorias del colegio y el instituto tengan algo que ver en su opinión, pero aciertas de pleno en otra cosa: tiene mucho interés en descubrir más, en “bucear”, como dices, en busca de tesoros literarios escondidos.

Me imagino a algunos de mis sabios favoritos con esa pinta que describes y, la verdad, mola. Aunque yo incluyo a Poe, porque creo que hasta para repetirse tiene ese toque suyo tan único y especial.
Pero ya sabe, sobre gustos y colores no discuten los doctores.

Saluditos!

PD: aunque sé que no está bonito autoreferirse, te dejo esto, por si te apetece, que se relaciona con algo de lo que dices:

http://juguetesdelviento.blogspot.com.es/2012/05/la-gran-evasion.html

*entangled* dijo...

Me ha gustado la expresión «juntaletras» para referirse a los que, más que escritores, se limitan a transponer en texto lo que piensan, con la misma construcción que usan para hablar.

Pero las habilidades para escribir son diferentes según qué estemos escribiendo: Un texto científico, técnico, un manual, precisa de un lenguaje preciso, claro, conciso. La narrativa necesita descripciones y diálogos. Las primeras no pueden ser una enumeración, por ejemplo, de los elementos de mobiliario de una habitación. Más bien hay que intentar que el lector capte la atmósfera del lugar. Y eso es algo más que una mera descripción. Al igual que, en un diálogo, no se puede reproducir sin más el modo en que hablamos: el efecto resultaría extraño, y sólo algunos autores lo hacen de modo casi experimental.

El caso de la poesía es algo aparte. Se trataría de que el poeta posea la habilidad de escribir cosas que, por un efecto especular, casi mágico, puedan generar en la mente del lector sentimientos similares a los que el poeta siente, o mejor dicho, a los que el poeta intenta poner por escrito.

Y en todo caso, todo texto al terminar de ser escrito, debería dejarse encerrado en un cajón durante meses, y someterlo entonces a una lectura que, seguro, cambiará la mitad de las cosas. Y repetir el ciclo hasta que el texto se estabilice, se «seque» como una hoja de árbol entre las hojas de un libro; hasta que el escritor diga: «Bien, esto es todo lo que puedo hacer, hasta aquí puedo llegar. Ahora, o lo publico o lo quemo».

Sí, no lo dudes: la sabiduría está en los libros. Y el saber realmente escribir bien es una muy buena definición de «sabio».

Saludos y muy agradecido por la visita.

Ángeles dijo...

entangled, gracias por tu exposición.
Me ha gustado la forma en que defines la poesía, y estoy totalmente de acuerdo en lo conveniente de dejar reposar los textos una vez escritos y supuestamente terminados. "Dejar que se estabilice y se seque", sí señor, muy bien expresado.

Saludos, y gracias a ti.

Lan dijo...

Es cierto lo que dices. Pero la publicidad pesa mucho y nos lleva a leer lo que da dinero a las editoriales, aunque muchas veces no sea muy bueno.
Saludos.

Ángeles dijo...

Pues sí, Lan, así es, pero por suerte hay muchas editoriales pequeñas con catálogos interesantísimos.
Lo de la distribución y la difusión ya es otra cosa, claro.

Saludos.

Anónimo dijo...



http://www.elmundo.es/cultura/2014/03/09/531bb8e022601d94438b4585.html

Ángeles dijo...

Gracias, Anónimo, es muy interesante.

Anónimo dijo...

El problema que tienen los escritores es el "no sé cómo entenderlo" que sufrimos la mayoría de analfabetos que constituímos la sociedad. (Pluralizo pero a ti no te incluyo, ojo.)

carlos

Ángeles dijo...

Pues, Carlos, o me incluyes a mí también en la sociedad analfabeta o te excluyes tú.
Lo que tú veas mejor ;)