viernes, 12 de julio de 2024

¿Quién soy?



Para estos días estivales de bochorno y sopor, vengo a proponerles un juego que pretendo resulte sencillo, entretenido y ligero.

Como ya hicimos en alguna ocasión anterior y lejana, se trata simplemente de identificar a unos personajes literarios, clásicos y muy reconocibles, mediante una breve y fiable descripción escrita en primera persona.
Mark Twain House.org

Si les apetece jugar, como deseo, espero sus respuestas aquí detrás, en el saloncito de los comentarios. Y para que todos los participantes tengan las mismas opciones, la moderación de comentarios estará activada hasta el próximo día 27 de julio, en que volverán a ser visibles y conoceremos las soluciones.

Sin más, aquí están las pistas que nos dan sobre sí mismos nuestros personajes:


Personaje 1: 

Llevo poco tiempo casada, pero ya me he dado cuenta de que mi marido es un hombre muy aburrido. No tiene ambiciones, es pasivo, conformista. En cambio yo soy muy soñadora y aspiro a otra cosa, a otras experiencias, a otras emociones; quiero que mi vida sea como la de las novelas, y no soporto la idea de perder mi juventud en esta casita de pueblo, dedicada a limpiar y a cocinar para este marido insulso.

Hay un vecino del pueblo que me gusta, y yo le gusto a él. De hecho, hemos empezado una relación. Es todo lo contrario de mi marido: atractivo, elegante, apasionado y además rico. Él sí que podría darme la vida con la que sueño, una vida de bailes, cenas,  viajes, vestidos de lujo...

Estoy dispuesta a todo por él y se lo voy a demostrar.


Personaje 2:

Soy lo que se llama un veterano, y no solo porque ya tenga cierta edad, sino por la experiencia que he acumulado durante muchos, muchos años de profesión.

Tengo un enemigo que una vez intentó destruirme y que sigue dispuesto a acabar conmigo, pero yo voy a demostrarle que soy más fuerte, más inteligente y más tenaz, y que en mi trabajo no hay nadie mejor que yo.

Algunos dicen que no tengo piedad, que soy cruel, e incluso que me he vuelto loco, y que debería abandonar mi empeño porque no puedo ganar. Parece que no conocen la historia de David y Goliat.  

La cuestión es que mi voluntad es indomable, y cuando me propongo algo no me detengo hasta conseguirlo, me cueste lo que me cueste y caiga quien caiga.

 

Personaje 3:

Una vez hice un viaje maravilloso, lleno de aventuras, de circunstancias que eran nuevas para mí y que a veces incluso me asustaron un poco.

También me encontré con personajes muy curiosos, que de una manera u otra me ayudaron y me llevaron a conocer lugares y situaciones que de otra manera no habrían estado a mi alcance.

Lo cierto es que aprendí mucho sobre mí misma. Ese viaje me sirvió para descubrir mi propia identidad y para aprender a valerme por mis propios medios. En resumidas cuentas, el viaje me sirvió no sólo para descubrir nuevos mundos y realidades sino para madurar, para ganar confianza en mis capacidades y para darme cuenta de que no todo tiene que ser como dicen los demás. 



Personaje 4:

De mí se han dicho muchas cosas, todas feas. Precisamente cuando yo soy un esteta, un amante de la belleza y el arte.

Dicen que soy narcisista, hedonista, irresponsable; que busco el placer y la felicidad por encima de todas las cosas, sin plantearme las consecuencias ya sean buenas o malas, de mis actos. Dicen que soy inmoral, y que no tengo verdaderos sentimientos por nadie, ni siquiera por la joven a la que considero mi amada. 

Pero yo no distingo entre lo moral y lo inmoral. Lo único que distingo es lo que me proporciona felicidad y lo que no. Esto lo he aprendido de mi mentor, que me ha hecho ver que la sociedad pretende privarnos del placer y que estemos siempre angustiados, haciéndonos creer que nuestros deseos e impulsos naturales son algo indecente y punible.

Por eso yo hago lo que quiero, y si eso supone un perjuicio para alguien, no me importa, porque mi satisfacción está por encima de todo. 

¿Esto me convierte en un degenerado? Muchos dirán que sí, y que tarde o temprano tendré que enfrentarme a la corrupción de mi alma, pero lo que piensen los demás, ya saben, me es indiferente.


Biblioteca Real de Turín. Foto de Ángeles de los Santos