sábado, 4 de mayo de 2024

El oniro

Hace unos años, en el Museo de Documentos Únicos, de Tibania, tuve ocasión de leer la transcripción de un breve manuscrito del siglo XVI sobre el oniro. 

El texto dice así: 

El oniro (del griego oneiros, “ensueño”) es un animal nocturno, silencioso y muy tímido, muy difícil de ver. Por esta razón muchos dudan de su existencia, pero  el oniro se menciona en leyendas y narraciones tradicionales desde el siglo XI.

El oniro es tal vez mamífero, y se dice de nariz chata, orejas pequeñas, ojos grandes y pelaje suave de color azulado; del tamaño de una ardilla y de peso de alrededor de un tríbolo. Se cree que puede vivir hasta siete años  y habita en los bosques de Tíbanis.

Quienes han visto algún oniro lo han juzgado inofensivo, pues no tiene garras y sus dientes son pequeños y planos. Los utiliza únicamente para sujetar a sus crías y transportarlas en situaciones de peligro, tales como acecho de depredadores o inundación de la madriguera.

No se conoce cómo se reproduce, pero hay indicios de que la gestación de los oniros se produce durante el sueño. Un día al año los oniros sueñan con sus crías y cuando despiertan las tienen a su lado. 

Se cree que el oniro se alimenta de las canciones que las madres cantan a los niños en la cuna, y algunas personas aseguran haberlos visto  arrimados a las cabañas de los bosques, en la oscuridad, mientras en el silencio de la noche se oía una nana.


night forest pixabay.com



16 comentarios:

José A. García dijo...

Suena como una de las más interesantes leyendas medievales...

Saludos,
J.

María dijo...

¡Qué cosa más deliciosa has escrito!
si no existe el onirio, debería existir, al menos en sueños : )
Un beso!

TORO SALVAJE dijo...

Tu imaginación es traviesa.
Y no puede evitar escribirse hermosa.
Gracias por compartirla de forma tan elegante.

Besos.

Macondo dijo...

Es una historia muy tierna, que enamora de ese animal tan fuera de la cruda realidad. Merecería existir el oniro. Nos haría un poco mejores.
Gracias por contárnoslo.

Beauséant dijo...

Normal que digan que es inofensivo, nadie que se haya cruzado con un oniro ha vuelto para contar la experiencia. Pero, tranquila, al ritmo que llevamos no creo que le dejemos mucho espacio para vivir al pobre bicho ni en el mundo de los sueños :)

Me ha gustado mucho la historia.

Saludos

Ángeles dijo...

Gracias, José A., por elevar el texto a esa categoría.

Un saludo.


María, como siempre, muchas gracias por tu entusiasmo y tu valoración.
A mí también me gustaría que el oniro existiera, o al menos poder verlo en sueños.

Un beso.


Gracias a ti, Toro, por tu delicada apreciación. Eres muy amable.

Un beso.


Macondo, me ha gustado eso de que el oniro nos haría un poco mejores. Ojalá existiera, sí.

Gracias a ti.


Vaya, Beauséant, menudo giro le has dado a la cosa :D con lo dulce y tierno que es el oniro.
Sí estoy de acuerdo en que una criatura así no tendría mucho espacio en nuestro mundo. Quizá por eso no se deja ver y hace que dudemos de su existencia ;)

Gracias. Un saludo.

Rick dijo...

Por alguna razón me acabo de acordar de los habitantes de Castroforte del Baralla, que conseguían que el pueblo levitase cuando todos se ponían a pensar en lo mismo...

Creo que el término "realismo mágico" no le gusta mucho a los especialistas literarios; pero no se me ocurre otro para etiquetar este tipo de historias, por las que siempre he sentido debilidad. Será mi natural gallego, o algo así...

Felicidades. Te ha quedado tan brillante como hermoso.

Ángeles dijo...

Rick, al mencionar tú Castroforte de Baralla me he acordado yo de ese otro pueblo mágico retratado en Amanece que no es poco :D Y también del Bosque animado, ya puestos.

Alguna vez he tenido noticia de ese rechazo que sienten algunos estudiosos por el término "realismo mágico", como señalas. Será porque el término, originalmente, no hacía referencia a un estilo literario. Aunque ya es tarde para llamarlo de otra manera.

En cualquier caso, me alegra que mi relatillo te haya gustado y te haya recordado algo tan literario y tan... mágico.

¡Muchas gracias!



JuanRa Diablo dijo...

Estoy terminando de hacer la maleta para Tibania. ¡Ese Museo de Documentos Únicos me está llamando a gritos!

Me contó una amiga que un amigo de su bisabuelo vio una vez un oniro, y que intentó dibujarlo para mostrarlo a sus conocidos, pero el dibujo solo le salía bien en sueños, y terminó desistiendo.


Ángeles dijo...


Ya me figuraba, JuanRa, que el museo de Tibania te iba a interesar.

Y ya sabes que hay cosas que no deben salir de los sueños, porque no resisten la luz de la realidad :)

Aquamarine dijo...

Valdría la pena adentrarse a los bosques cantando nanas para ver un oniro, paradójico poder verlo cuando una se quede dormida u.u

Me han encantado tus letras, espero nuestras letras se crucen seguido Ángeles! sin dudas espero saber más de Tibania!

Un saludo en esta noche de brisas escurridizas!

Ángeles dijo...

Sería bonito, Aquamarine, pero no es sólo la nana lo que alimenta a los oniros, sino el amor que las madres ponen en ellas.

Muchas gracias por tu visita y tus amables palabras. Yo también espero que nos sigamos cruzando. Pasaré a visitarte.

Saludos!

Rodión dijo...

Tu texto podría incluirse como entrada en alguno de los bestiarios fantásticos, históricos o imaginarios, pero lo que de verdad me ha gustado va más allá de la anécdota y lo explícito, y es el fondo cálido que invita a bucear en nuestros refugios sentimentales, el lugar de los sueños y los vacíos, que tan apropiadamente has decidido pintar de azul como la noche más cálida, como un cobijo ante el frío, la carencia y la soledad. Será también que estoy especialmente sentimental, pero tu entrada me ha enternecido.

Ángeles dijo...

Pues sí, Rodión, yo también tenía en mente los bestiarios medievales (o no medievales) cuando imaginé al oniro.

Me alegro mucho de que te haya gustado el texto, y más aún de que hayas visto ese "fondo" del que yo misma no era consciente. En cualquier caso, me ha gustado mucho tu visión.
Y ahora que lo dices, quizá es que cuando lo escribí yo también estaba un poco sentimental :)

Muchas gracias por tu apreciación.

MJ dijo...

¡Qué bonito! Me encanta.
Como en un bestiario, pero con una descripción dulce. Un animalito onírico, fauna de Tibania. Quiero saber más de ese reino de fantasia. Espero que se pueda viajar a su biblioteca en sueños. Sería estupendo.
Mi admiración por una idea tan bonita y por esa facilidad para inventar nombres hermosos, yo no sé inventar nombres.

Ángeles dijo...

Muchas gracias, MJ, por tu entusiasta comentario. Me alegra mucho que te haya gustado.

Ya sabes lo que pasa con estos mundos y seres de fantasía: solo hay que imaginarlos y construirlos como los sientas. Y cuando los hayas sentido, te será fácil darles un nombre :)