Hace un par de días me topé, en un texto en inglés, con una palabra (una de tantas) que no conocía: perspicuity. Me sonó en seguida a perspicacia, pero como este significado no encajaba del todo bien en el contexto y además yo siempre ando atenta a los falsos amigos, eché mano al diccionario sin dilación para asegurarme.
El diccionario me dijo que perspicuity significa, precisamente, perspicuidad. Es decir, perspicuity no es un falso amigo sino un amigo verdadero, un amigo que es lo que aparenta y aparenta lo que es.
La equivalencia española, la palabra perspicuidad, me era desconocida, obviamente, así que la busqué también, y el diccionario me indicó que significa "claridad", "precisión", "lucidez", y que el adjetivo correspondiente es "perspicuo".
Y como estos conceptos de claridad y lucidez encajaban a la perfección en el texto inglés en el que encontré perspicuity, podría haberme quedado ahí, con mi duda resuelta y tan contenta.
Pero como perspicuidad y perspicuo sonaban también, claramente, a perspicacia, recurrí entonces a mi querido amigo el diccionario etimológico, para ver si me equivocaba mucho o si iba por buen camino. Ya saben ustedes que, al igual que con los falsos amigos, también hay que andar atentos a la traicionera paretología o etimología popular, que nos lleva a asociar palabras por intuición, cuando la similitud entre ellas nos hace pensar que una debe de provenir de la otra.
Lo cierto es que no me equivocaba del todo, porque tanto perspicuidad como perspicacia (y perspicuo y perspicaz) derivan del latín perspicere, que significa "mirar atentamente o a través de algo".
Ya sí que tenía resultas todas mis dudas respecto a estas palabras, pero más allá de lo puramente semántico y etimológico, todavía me esperaba otra sorpresita. Resultó que ese mismo día, por la noche, un amigo con el que mantuve una breve conversación por whatsapp, me dijo, por algo que no viene al caso, que yo había sido muy perspicaz. Sonreí para mis adentros al recordar que por la tarde yo había estado dándole vueltas a esa palabra precisamente.
Pero para redondear aún más la cosa, durante la conversación este amigo hizo referencia al famoso relato de Borges "Funes el memorioso", y como hacía mucho de la última vez que lo leí, no recordaba determinados detalles. Lógicamente, al cabo de un rato ya estaba yo con un volumen de Borges en las manos, releyendo el relato, y al llegar al segundo párrafo me encontré con esta frase: "Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo."
Por un momento me quedé mirando al vacío, pasmada ante semejante coincidencia. Después, en cuanto me repuse del asombro, me dije que tenía que contarles a ustedes este caso casual, tan portentoso, me parece a mí, que se diría ideado por el propio Borges.
16 comentarios:
Que el lenguaje es algo vivo ya lo sabíamos, pero ahora ya podemos decir que también es inteligente. Esas palabras quedaron encantadas de tu interés por ellas, y no queriendo que las olvidaras fueron apareciendo por aquí y por allá, como buscando sus minutos de gloria y afianzamiento.
Aunque también es verdad que tú coleccionas unas casualidades muy chulas. ¡Eres muy cuartomileniosa!
Muchas gracias por compartirlo.
Saludos.
Admiro tu inagotable interés por el origen y significado de las palabras.
Venir aquí es aprender y disfrutar.
:)
Besos.
O sea que perspicuo no era un falso amigo; era desconocido tanto en Inglés como en Español...
Para mi también ¿eh? ¡Gracias por enseñarnos nuestro idioma.
Un caso similar de continuas apariciones casi fantasmales relacionadas con un descubrimiento, relataba MJ en su blog respecto a varias ciudades que, una vez visitadas, continuamente reaparecían a su alrededor, en forma de noticias, de alusiones o de objetos inesperados... Lo que le decía: la prosa de la casualidad y de la atención; de hecho, ya te topaste con esa palabra hace mucho tiempo, cuando lo leíste por primera vez en Borges. y no le hiciste el mínimo caso, por lo que la habrás leído y escuchado un montón de veces inconscientemente, sin reparar en ello hasta anteayer. He dicho. Jejeje
carlos
No conocía el término, y me ha sorprendido cómo se usa. Este post es una lección muy válida y que agradezco.
Un abrazo
Me encantan ese tipo de situaciones en las que algo que no conoces, de repente, aparece en todas partes como si te hubiese estado esperando. Es muy de Borges o Cortázar, sí.
No conocía la palabra, ni en inglés ni en español, al leerte la emparentaba con conspicuo, pero creo que no tienen mucho que ver :)
Estoy de acuerdo, JuanRa, en que el lenguaje es inteligente. Ya he comentado alguna vez por aquí, por el blog, que a mí me parece que el lenguaje tiene conciencia de sí mismo. Que es algo que me da un poquito de susto, dicho sea de paso :D
Y también es verdad que tengo una colección de coincidencias muy chulas, o cuartomileniosas, je,je, siempre relacionadas con el lenguaje y los libros. La cosa da que pensar, eh?
Gracias a ti, Macondo, por venir a leer.
Un saludo.
Gracias, Toro :)
Y me alegra mucho que disfrutes cuando vienes por aquí.
Besos.
En efecto, Carlos, cuando algo cobra especial relevancia para nosotros empezamos a percibir "apariciones" de ese algo por todas partes. No es que antes no estuviera por ahí, sino que estamos más receptivos. Es algo sabido y que todos hemos experimentado.
Pero lo que refiero aquí, como otras anécdotas semejantes que he contado otras veces, es otra cosa. Se trata de coincidencias asombrosas que no tienen que ver con estar más receptivos que antes a algún asunto. Es verdad que si yo no hubiese aprendido esa misma mañana la palabra "perspicuo" no me hubiese llamado tanto la atención al encontrarla en el texto de Borges. Pero lo asombroso aquí es que mi amigo mencionase ese cuento y ese mismo día, cuando no tenía nada que ver con mis indagaciones léxicas previas.
De todas formas, a mí me parece mucho más emocionante quedarme con lo mágico del asunto que intentar explicarlo racionalmente, ¿no te parece? ;)
Gracias, como siempre, como tus opiniones.
Muchas gracias, Albada. Me alegra mucho que te haya interesado.
Un abrazo.
Eso parece, Beauséant, que las cosas, o las palabras, como en este caso, están esperando a que demos con ellas. ¿Qué pretenderán? :D ¿Y no te recuerda esto también a lo que dice Cartarescu en Solenoide sobre las coincidencias asombrosas? ;)
Gracias.
Pero es que luego todo es supersticiones, religiones, etc...jajaja
carlos
Jaja, pero en nuestro caso, Carlos, no creo que por divertirnos un poco dejándonos llevar un ratito por la imaginación, nos vayamos a volver esotéricos ni místicos.
Además, quién sabe lo que no sabemos... :D
No conocía la palabra... y de nuevo, no solo descubres a una desconocida, sino que te encuentras inmersa en esas casualidades sorprendentes.
Me alegra ver que no todas las palabras que se parecen son "falsos amigos", también hay amigos verdaderos :-) que nos facilitan el trabajo, que nos dan un respiro. El otro día, navegando por internet, tropecé con una persona que explicaba palabras inglesas muy parecidas a las españolas y que eran lo que parecían ser, como he dicho yo, amigos verdaderos.
Gracias por contarnos estas causalidades tan curiosas que se cruzan en tu camino de investigación del lenguaje.
Por cierto, la primera vez que leí "Funes el memorioso" de Borges me quedé impactada. Creía yo que tener buena memoria y acordarse de todo era bueno... pero en realidad es una verdadera tortura. Esa historia me dio otro punto de vista.
¡Justo!, Solenoide era mi otra referencia... el problema es que Solenoide desde que me lo presentaste se ha convertido en una referencia para casi todo lo que leo, escucho o veo :)
Pues sí, MJ, algunas veces, escarmentados por los desengaños, sospechamos que estamos ante un falso amigo que luego resulta ser verdadero. Las apariencias engañan... algunas veces, jeje.
Gracias a ti por venir.
Besitos.
Me alegra, Beauséant, que tú también encontraras esa conexión cartaresquiana. Y sí, yo también he observado que Solenoide es una referencia constante :) Es lo que pasa con las grandes obras, que tienen un alcance tal que no dejan de sorprendernos.
Gracias!
Sí que hay magia en esas coincidencias. No conocía tampoco la palabra, aunque me suena y la habré leído más de una vez aquí y allí (por ejemplo, en 'Funes'). Otra coincidencia, o más bien ironía, es que no nos acordáramos del uso de esa palabra - como de tantas otras - precisamente en un relato que recuerda a un hombre que lo recordaba todo, aunque no por ello entendiera demasiado.
Funes archivaba en su mente cada dato recibido, con claridad y precisión, pero los árboles no le dejaban ver el bosque. Por eso, quizá sea mejor que seamos simples humanos, y no máquinas, para ir conociendo cada día alguna cosa nueva, o volverla a conocer si en su día la olvidamos. Así que gracias una vez más por enseñarnos algo nuevo :)
Rodión, me ha gustado esa apreciación que señalas, la ironía de olvidar un detalle de un relato que trata precisamente sobre alguien que recordaba tooodos los detalles.
Estoy de acuerdo también en que es mejor no ser una máquina de recordar. Está bien para preparar unas oposiciones :D pero creo que para todo lo demás no es muy conveniente.
Espero, no obstante, que nunca se te olvide dónde conociste la palabra "perspicere" ;)
Gracias a ti, como siempre.
Llevo un buen rato pensando en cómo encajar esta palabra en mi próxima conversación. Me ha encantado esta palabra, perspicuo, pero no consigo colarla en ninguna frase. Algo se me ocurrirá ;). Gracias, de nuevo, por todo lo que aprendo contigo. Abrazos.
Jaja, pues sí, Marisa, es lo que me pasa a mí con cada palabra de éstas tan imponentes que voy aprendiendo, que siempre ando intentando colocarla en alguna conversación ;)
Me alegro mucho de que te haya gustado, y me alegra verte de nuevo por aquí.
Un abrazo y gracias.
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