viernes, 5 de julio de 2019

Razón suficiente


Hace unos meses un amigo me preguntó si yo llevaba un registro de lecturas.
Al contrario que él, yo nunca he tenido esa costumbre, ni siquiera lo había pensado nunca. Tampoco, hasta ese momento, se me había ocurrido qué utilidad  podían tener esos listados de libros leídos, aparte del mero recordatorio que suponen. 

Sin embargo, a partir de entonces he ido pensando que tales listas pueden ser un aliciente,  una forma de motivarse, si se necesita, para leer más: ir añadiendo títulos a la lista puede crear el deseo de aumentar el número de títulos leídos cada mes o cada año, o, en cualquier caso, la intención de no leer menos que el año anterior. Además, tengo la sensación de que el registro de los títulos puede darnos una mayor conciencia de lo leído, lo cual me parece una razón excelente y suficiente.

La cuestión es que después de aquella conversación mi forma de ver el asunto cambió un poco, y sentí que en verdad me gustaría tener anotados los libros que había leído en años anteriores. Me pareció que me habría gustado saber concretamente no cuántos sino cuáles habían sido, ver en qué orden los leí y cuánto hacía que los había leído. 

Y entonces, como casualmente era el mes de diciembre, decidí que a partir de enero anotaría los libros que fuese leyendo durante este 2019, aunque sólo fuese por la curiosidad de adoptar una nueva costumbre librera. Y además decidí hacer también un recuento de los leídos durante 2018, intentando recordar  todos los que me fuese posible.

De modo que empecé anotando el que estaba leyendo en esos días de finales de año, y fui haciendo memoria, y repasando mis estantes y el cuaderno donde a veces tomo notas durante las lecturas. Así conseguí recordar treinta títulos, y no creo que me faltasen muchos; uno o dos, quizá, tres como máximo, porque, como ya he comentado aquí otras veces, soy una lectora muy lenta y no creo que en un año llegue a leer muchos más de treinta libros (sin contar, claro está, los que traduzco).

Así que ahora tengo una lista de lecturas ya cerrada y otra en curso, que por ahora consta de sólo 16 títulos. Aunque teniendo en cuenta que uno de ellos tiene 800 páginas, podría contarlo como cuatro, ¿no?

Bromas aparte, dándole vueltas a todo esto, pensé que quizá tuviera más sentido hacer estas listas al inicio de nuestra trayectoria como lectores, porque así, al cabo del tiempo, se puede observar cómo han ido evolucionando nuestros gustos, nuestros intereses y la complejidad y variedad de los libros y los temas elegidos en cada momento, lo cual me parece interesante.  

Pero después pensé que incluso ahora, cuando nuestros gustos y criterios ya están formados, es muy posible que en cualquier momento nos abramos a posibilidades nuevas, al descubrimiento de culturas, estilos, géneros y autores a los que hasta ahora no hemos dedicado nuestra atención. La literatura, como el arte en general, no tiene límites, y nunca sabemos qué nuevos tesoros pueden atraernos cuando menos lo esperemos. 

Es obvio que yo, como sin duda también ustedes, recuerdo sin necesidad de listas ni de verlos físicamente, los libros que han sido más importantes para mí: aquellos que me han revelado algo, que me han enseñado, o emocionado, o consolado; los que me han hecho meditar o reír; los que me han hecho compañía de esa forma única en que nos acompañan los libros; los que me han llevado a pensar en personas concretas; los que me han servido de escudo protector… en fin, los que de una manera u otra me han dado alegría y felicidad, emocional o intelectual. Pero, como dije antes, no estaría mal saber en qué momento concreto los leí, en qué año,  y junto a cuáles otros. Porque quizá una lista de lecturas pueda ser también una especie de diario, en el que los títulos de los libros leídos nos traigan a la mente las circunstancias biográficas en que los leímos.

No sé si cuando, al cabo de un tiempo, repase  estas listas que he empezado a hacer ahora, me alegraré de tenerlas, o si simplemente dará igual porque recordaré, sin necesidad de leer los títulos, cuáles han tenido verdadero sentido para mí y por qué.
Y tampoco sé si a mí este registro de lecturas me servirá, como decíamos al principio, para leer más o para afianzar mejor las lecturas. 
Lo que sí sé es que, de momento, me resulta divertido y me hace pensar, y eso también me parece razón suficiente.





21 comentarios:

Macondo dijo...

A mi me sucede a veces que —quizá por un exceso de perfeccionismo— se me amontona el trabajo y dejo de hacer algo que, habiéndome exigido menos, podría haber continuado. Me sucedió con lo que tú comentas. Hace muchos años empecé un fichero con todos los libros que leía, pero no sólo me exigia darles una calificación, sino también justificarla y hacer un resumen del argumento.

Sara dijo...

Yo sí apunto los libros que leo, al menos parcialmente. Como escribo un comentario mensual para la tertulia literaria que frecuento, tengo en mi ordenador "santo y seña" de todos y cada uno de los libros que hemos leído, así como de mi particular visión de los mismos �� Ahora, de los que leo fuera de la tertulia, no tengo testimonio alguno, pero tu pequeña reflexión me ha resultado muy ilustrativa y, aunque sea con un pequeño garabato, voy a señalar absolutamente todo lo que leo. Gracias!
Me ha hecho muchísima gracia eso que has dicho de que a nuestra edad ya estamos formados. Mi felicitación para quien, en este foro, lo esté;yo, todavía -y pese a mis años- soy "un corazón tendido al sol" en donde todo está por escribir.
Bonito texto, también hace reflexionar.
Besos, Ángeles ��

Albada Dos dijo...

Debo ser muy desorganizada, porque nunca he sentido tal necesidad, y es un error, tal vez, porque quiero ubicar un párrafo que me impactó, por lo que sea, y soy incapaz de saber de qué libro es.

Los lomos, si son libros usuales, o mi biblioteca del ebook, dan una idea, pero poco más. Un abrazo y por ser organizado.

Myri▲m dijo...

Te entiendo perfectamente y me siento identificada con tu texto, me alegro de haber llegado hasta aquí, : )

Te sigo, un saludo.

Amapola Azzul dijo...

Sería una forma de conocerse mejor, me parece bien.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

No puedo hacerla porque sé que me dejaría libros sin anotar.
Libros ya olvidados.
Y casi que me da pena que eso ocurra.
Es como si los abandonara...
No.
Soy raro eh...

Besos.

Ángeles dijo...

Vaya, Macondo, lo que tú te propusiste era una obra bibliográfica de envergadura.
Es verdad que a veces el perfeccionismo, o el exceso de autoexigencia puede producir el efecto contrario al pretendido. Pero no hay que mortificarse, sólo volverse un poco más razonable :D

De todas maneras, tu proyecto me parece loable, y quizá llevado a un terreno más abarcable produciría un material interesante…


Sara, me parece interesante que tengas fichas o reseñas de los libros que lees para tu tertulia, y me alegra que las modestas reflexiones de esta entrada te hayan motivado para ampliar tus notas al resto de libros que lees.

Por otro lado, no he pretendido decir que en la edad adulta estemos ya formados. Eso sería como decir que ya lo sabemos todo. A lo que me refiero es que a ciertas alturas de la vida ya tenemos formados —que no cerrados— unos criterios, unos gustos; que ya hemos leído lo suficiente como para conocer nuestras preferencias. Y que ello no es óbice, insisto, para que estemos siempre dispuestos a incorporar a nuestro bagaje nuevos y enriquecedores intereses.

Gracias. Y besos.


Albada, aunque yo hasta ahora no había hecho listas de lecturas, sí que tengo la necesidad de señalar o copiar esos párrafos especiales que siempre encontramos en los libros. El no poder ubicarlos sí que me generaría a mí una sensación de pérdida.

Así que modestamente te animo a que a partir de ahora lleves alguna clase de registro, ya sean listas, anotaciones en un cuaderno, papelitos de colores en las páginas interesantes, o cualquier otro método que te resulte cómodo.

Un abrazo.


Hola, Lovelyriam yo también me alegro de que hayas llegado aquí, y de que te hayas identificado con el texto.

Un saludo y gracias!


Estoy de acuerdo, Amapola: es una costumbre que puede servir además para conocerse mejor. Bien visto.

Besos.


Toro, es posible que sí, que seas raro, pero no por tener sentimientos por los libros, que a mí me parece algo natural.
Pero en caso de que se sea raro por eso, apúntame a mí también a la pandilla ;)

Besos raros.

Anabel dijo...

Creo que llego demasiado tarde para tal menester, cómo cuarenta y pico años tarde.

MJ dijo...

Muy interesante reflexión, como debió ser interesante esa conversación de diciembre que tuviste con tu amigo y que te llevó a hacer la lista.

A mí me da mucho coraje que, con el paso del tiempo, se me vayan olvidando los argumentos de libros y películas que veo. Quiza de mis preferidos o de los que más me gustan sí recuerdo mas cosas, pero se me olvidan otras muchas. Por lo que yo no me conformaría con hacer una lista.

Admiro a las personas que tienen todo un fichero en el que anotan el título, los protagonistas, el argumento y las impresiones que les han causado cada uno de los libros que han leído y, también, las películas que han visto. A mi me gustaría hacer lo mismo, porque los títulos es casi lo único que recuerdo de los más lejanos en el tiempo. Pero me parece una labor que requiere mucho tiempo y no me pongo a ello.

También tuve el proyecto de hacer una especie de resumen-reseña de los libros que leía, incluso, algunos los publiqué en mi blog (y tengo escrito algunos más que no publiqué, pero que no descarto, por si a alguien que busque información sobre el libro pudiera resultarle de algun interés), pero también he abandonado esta idea... Quizá me animé a retomarla en algún momento.

Ángeles dijo...

Anabel, ya sabes lo que se dice: "nunca es tarde si..." Y a mí siempre me parece buen momento para iniciar una buena costumbre, aunque, en este caso, los libros leídos anteriormente ya hayan pasado al limbo de los no anotados :)


Gracias, MJ.
Es lógico que con la cantidad de libros y películas que vemos no recordemos la mayoría; los vamos superponiendo, como en capas de sedimentos, y es imposible que el cerebro pueda tenerlos todos "a mano".
Para eso están las listas, los registros, las fichas... aunque tampoco creo que haya que imponerse una disciplina semejante a la que refieres: si no se hace por puro deleite sino más bien como una obligación autoimpuesta no creo que tenga mucho sentido. Pero si ahora te sientes animada a ello, ¡adelante!

Beauséant dijo...

no soy de listas de ningún tipo, la verdad... creo que nos estamos volviendo un poco locos con esa necesidad de anotarlo todo, de comunicarlo y cuantificarlo todo... los relojes que cuentan los pasos, las básculas que suben los resultados a una red social...

me da miedo que con tanto contar las cosas nos olvidemos de los motivos para hacerlas...

Ángeles dijo...

Es interesante lo que dices, Beauséant, sobre hacer las cosas para enseñarlas, para contarlas, para medirlas (o medirnos), lo cual no es futurismo, desde luego, sino una realidad presente (¿básculas que suben los datos a una red social??)

Sin embargo, esto de hacer una lista con los libros que leemos es algo mucho más simple y mucho más clásico también, al menos como yo he pretendido presentarlo aquí, como una especie de complemento al propio acto de la lectura, nada más.

Beauséant dijo...

Sí, hija, lo tenemos diseñado todo para el postureo :)

Es verdad, en tu caso se trata de algo más íntimo, no pretendía ponerlo al mismo nivel, entiendo que puede ser interesante verlo dentro de un tiempo.. aunque, ahora que lo pienso, seguro que mi kindle, si se lo pido hace eso mismo ... ¿ves?, nadie se escapa :)

Ángeles dijo...

Jaja, es verdad, Beauséant, seguro que la kindle y similares guardan un registro de las lecturas del usuario.
Eso no se me había ocurrido, porque no uso libros electrónicos, pero seguro que tienen esa función y muchas más.

Pero yo por ahora seguiré con mis libros de papel y mis cuadernos monísimos donde da gusto apuntar cosas ;)

Menta dijo...

No tengo lista física,solo la memoria y los autores.BUEN POST.Saludos desde Chile

Ángeles dijo...

Hola, Menta.

Si la memoria es buena, o recuerda lo que importa, no hace falta más.

Gracias por tu visita y saludos hasta Chile.

Anónimo dijo...

Inicié este tipo de lista hará unos años, el motivo fue mi mala memoria, si no recuerdo mal ;). Había ocasiones en las que algo me recordaba a un libro, normalmente conseguía acordarme, pero en otras no era capaz... Ese es el origen. La lista tiene más virtudes: ver cómo cambian tus gustos, qué tipo de libros lees, etc

Ángeles, muchas gracias por la entrada

Conxita C. dijo...

Hola Ángeles, no soy de muchas listas ni de buenos propósitos para primeros de año ni de lecturas ni siquiera casi ni de lista de la compra porque las acabo perdiendo. Pero hace un tiempo me empezo a pasar como a anónimo que me di cuenta que alguna vez no recordaba si habia leido un libro y decidí empezar a anotarlos igual que algunas de las frases que me gustan o llaman la atención. No siempre lo hago pero sí al menos sé los libros que he leído en el último año.
Tienes razón que si hubiera anotado desde que empecé a ser lectora hubiera podido ver la evolucion de mi lectura pero no lo he hecho e igual hay libros que he leído que se me han perdido pero sé que en su momento los disfruté más o menos y desde luego sirvieron para ayudarme a ser la que soy.
Besos

Ángeles dijo...

Anónimo Javier, me alegra -y también me ha sorprendido un poco- saber que llevas una lista de lecturas, y que también le encuentras esas otras utilidades. Ventajas de tener mala memoria ;)

Te lo tengo dicho: gracias a ti :D



Hola, Conxita. Ahora que dices lo de la lista de la compra y esas otras, me doy cuenta de que a mí en realidad me encantan las listas :D Sin ir más lejos, aquí en la barra lateral del blog tengo una de libros favoritos y otra de blogs; la de la compra la hago sistemáticamente, y en realidad lo anoto todo o casi todo: citas o frases, como tú; ideas, pensamientos, palabras, tareas… Vamos, que lo que me sorprende es no haber llevado un registro de lecturas hasta ahora :D

Pero lo que dices al final es lo más importante: que aunque no las recuerdes todas específicamente, sabes que disfrutaste más o menos de tus lecturas en cada momento, y que cada una a su manera contribuyó a conformar tu personalidad. Nada menos :)

Besos.

Metalsaurio dijo...

Yo empecé con la lista en 2017 :) Y al ver esta entrada me ha dado por actualizar 2018 y 2019, jeje! No lo había hecho porque en 2018, atascado en libro que en realidad eran 3 (no sólo por tamaño, sino porque era un compendio de otros 3) empecé a leer libros previstos para 2019, jaja!

Ese libro sigue a medias y yo sigo avanzando. Con cierta intranquilidad por saber que me observa este libro desde 2018...:)

La idea de un registro de todos los libros que tengo por casa me rondaba desde pequeño, al oírselo a mi primo...que contaba que un día aburrido se montó una base de datos con la librería de su casa. Siempre me llamó la atención...y la base de datos de la librería no la ha hecho, pero sí, al menos, de mis lecturas: me permite leer libros que quiero leer. Puede que no el orden previsto (los pongo por años), pero así los recuerdo :)



Ángeles dijo...

Qué bien, Metalsaurio, que esta entrada te haya motivado para actualizar tus listas :)

Lo de hacer una base de datos con los libros propios es una tarea que, me parece a mí, habría que empezar muy pronto, antes de que nuestra biblioteca se vuelva demasiado "frondosa". Después cada vez es más difícil.

Pero veo que tú tienes también una lista no de libros leídos sino de lecturas previstas. Yo he intentado eso alguna vez y no me ha servido de nada: al segundo libro ya se empezaban a colar otros que venían exigiendo atención urgente. Y ya sabes que cuando un libro se empeña en que lo leamos no hay nada que hacer, salvo sucumbir :D

Un saludo.