sábado, 6 de octubre de 2018

En esos otros mundos



A veces, mientras pasea por uno de esos mundos, las líneas se vuelven borrosas.
No le pasa nada en la vista, pero sí en el corazón.
Se altera un poco, y lo nota en el estómago, que parece que chisporrotea.
Entonces siente como si dentro de ella se abriera un mágico cascarón y de él saliera un pájaro algodonado, que sube aleteando, blando y suave, y durante unos instantes no la deja respirar.
Y en ese momento siente el deseo insensato de echar a correr, de volver al mundo de siempre y contarle a alguien, a quien sea, lo que acaba de ver.
Y quisiera poder aprender de memoria las palabras con las que lo ha visto todo.



haunted library




15 comentarios:

Albada Dos dijo...

Los mundos de la lectura, qué de sensaciones produce, frente al mundo plano de la realidad.

Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Se está enamorando y tiene miedo...
Pronto latirá suspiros.

Besos.

Conxita C. dijo...

Muy bonito Ángeles. Ay los libros.
Eugene (y tú) lo define muy bien: Risa para mis momentos más alegres, distracción para mis preocupaciones, consuelo para mis pesares, charlas ociosas para mis momentos de mayor pereza, consejo para mis dudas, y seguridad contra mis miedos.
Besos

Sara dijo...

Ay, qué vulgaridad llamarle a eso síndrome de Stendhal o con cualquier otra ocurrencia; a eso se le llama “sensibilidad” en estado puro (la mirada se nubla), “hambre de conocimiento” (querrías que la memoria retuviese párrafo por párrafo) y, sobre todo, “amor”, porque serías capaz de compartir tu sentimiento con “cualquiera”, hasta un mendigo te vale, y quien comparte lo más preciado que tiene con un desheredado demuestra su grandeza.

Observo un giro introspectivo en tu escritura de los últimos tiempos. No sé si me equivoco.

Mi enhorabuena por este poético retrato de tu ser.

Besos.

Ángeles dijo...


Así es, Albada, los mundos de la lectura y las emociones.

Gracias por venir , y un abrazo.


Toro, no había pensado yo en la interpretación que hace tú, pero, ahora que lo dices, es verdad, el sentimiento que he intentado describir aquí podría reflejar también el enamoramiento.
Bueno, amor es, al fin y al cabo :)

Gracias y besos.


Gracias, Conxita, y gracias también por recordar una vez más al entrañable y sabio Eugene Field ;)
Besos


Muchas gracias, Sara, por tu bella y profunda lectura de mi modesto texto.
Y no, no te equivocas. Ya sabes, a veces los acontecimientos que nos rodean nos afectan de determinadas maneras y supongo que esa influencia se refleja en todo lo que hacemos.

Besos.

Rick dijo...

Dicen que uno de los objetivos primordiales del arte es el de crear emoción, y tú has descrito cómo se siente uno bajo esa emoción. Los libros, las músicas,los cuadros... Cada uno tendrá su pulsión más orientada hacia unas artes que hacia otras, pero esa emoción es la misma. Nos cambia, nos hace mejores (o debería), hace que nos sintamos profundamete humanos aunque a veces uno se pierde y luego cuesta trabajo volver a la cruda realidad. Porque este tipo de sensaciones es lo más parecido a un encantamiento.

guille dijo...

No estoy seguro de si no te las aprendes de memoria, pero me lo podría creer.

El mundo de esas palabras que tanto influyen en quien y como somos.

Una vez mas brillante tu manera de exponer un tema.

Beauséant dijo...

Y cuando intentas explicar lo que has visto comprendes que tus palabras no están a la altura de lo que has visto, ¿verdad?

Parece que las palabras siempre nos traicionan cuando queremos usarlas. Al menos al mi me pasa constantemente.

Bubo dijo...

Y da miedo. Por que a veces, cuando pasa, da miedo. Como si supieses algo que los demás desconocen. Miedo a que alguien se de cuenta que eres distint@, que acabas de dejar el mundo y ves mas allá, un lugar desconocido por tanta gente que... casi mejor callarlo y, si acaso, contarlo como lo haces tú, en un blog donde sabes que puedes encontrar esa complicidad. Por que, sinceramente... ¿te atreverías a salir corriendo y contarlo a cualquiera? ¿No te da un poco de miedo que te tomen por loca? Al fin y al cabo por ahí ya quedó un tipo con rocín y lanza que se lanzó por Castilla desfaciendo entuertos, precisamente por que vió lo mismo que has visto.

Ángeles dijo...


Eso es, Rick, he intentado describir esa emoción, o, como dices, ese “encantamiento”, que me parece un término muy apropiado.
Y también es verdad que a veces cuesta dejar ese lugar de ensueño, aunque también hay mucho disfrute en compartirlo con alguien que lo entienda.

Gracias.


Entonces, Guille, si te digo que me he aprendido algo de memoria me crees y ya está, ¿no? ;)

Muchas gracias, qué amable eres.


Pues sí, Beauséant, muchas veces he sentido que me traicionaban las palabras, que por más que me esmerase, no conseguía reproducir con ellas una emoción, o una imagen mental. Pero no por culpa de las palabras, claro, sino de mi manejo de ellas. Porque “ellos”, los grandes, sí que lo consiguen, de ahí nuestra emoción :)

Gracias.


Qué interesante lo que dices, Bubo, y qué bonita tu referencia al “tipo” ése de Castilla.
Tienes razón, lo cuento aquí (o en mis tertulias literarias, donde también encuentro esa complicidad que tan acertadamente señalas), pero nada más. No a cualquiera, desde luego. Aunque más que por miedo a me tomen por loca, es porque me causaría frustración que no se me entendiera, porque yo no supiera trasmitir lo que quería, o porque el receptor no fuese el adecuado.
Y si no es el adecuado para estas cosas, tampoco importaría mucho me tomara por loca, ¿no? ;)

Muchas gracias por tu comentario.

MJ dijo...

Muy bella la reflexión y la forma de contarla. Eso de que las líneas se vuelvan borrosas sin que le pase nada a la vista es un síntoma de que es bueno lo que lees y que te estás metiendo en ello... a veces tanto que ya no hay líneas, ni palabras, todo desaparece y crees que estás ahí. Por eso, muchas veces, y según las circunstancias, no quieres regresar a la realidad gris. Creo que nos pasa a todos los que nos paseamos por tu blog y compartimos este amor por el arte, por la lectura y por las palabras.

JuanRa Diablo dijo...

Qué bueno. Me parece un perfecto homenaje a la emoción que nos provocan algunas lecturas.
Y es que a veces se sumerge uno en ellas y al levantar la vista necesita unos segundos para salir del libro, para volver a tomar cuerpo en la realidad exterior, esta otra que no tiene lineas.

Ángeles dijo...

Muchas gracias, MJ.
Sin duda es como dices, aunque debemos agradecerle a la realidad que nos proporcione material para el arte ;)


Gracias, JuanRa.
Dices bien, la realidad exterior (porque la de los libros también es una realidad), no tiene líneas, y es la literatura, el arte en general, lo que se las da. O eso dice Shakespeare, y yo lo creo.

Anónimo dijo...

Los libros y lo que nos revelan, aquella revelación ante un diálogo, una frase, una reflexión. Ser otros por un rato gracias a la literatura.

"(No me acuerdo, como podría acordarme de ese diálogo. Pero fue así, lo escribo escuchándolo, o lo invento copiándolo, o lo copio inventándolo. Preguntarse de paso si no será eso la literatura", dice Cortázar en "Diario para un cuento"

Saludos

Ángeles dijo...

Así es, Horacio, vidas diferentes y revelaciones para la propia.

Un saludo, y gracias por la cita de Cortázar, muy bonita y muy adecuada.