En la entrada anterior proponíamos un juego literario que consistía en hacer diferentes versiones de un texto determinado, utilizando para ello cualquier recurso lingüístico pero sin cambiar el sentido de la historia.
También establecimos un número máximo y mínimo de palabras,
para que todos los textos tuviesen una longitud semejante y como marco que sirviese de referencia a los participantes.
Para mi enorme satisfacción y gratitud, han sido muchos los amigos de este blog que han tenido la deferencia de participar en el juego-experimento, y además las versiones que han escrito, a pesar de las similitudes que obviamente han de tener, son todas únicas, pues todas tienen rasgos que las personalizan.
Por ejemplo, Carlos le ha dado una raza concreta a nuestro
perrito; MJ ha cambiado la voz y el tiempo narrativos; Soros le ha dado un toque de humor cascarrabias muy particular…
Hay también singulares coincidencias y otros aspectos de estas versiones que resultan curiosos, pero ya los
apreciarán ustedes y los comentaremos después en el saloncito habilitado aquí
detrás a tal efecto.
En resumen podemos decir que, teniendo en cuenta que los
autores de estas variaciones tenían muy poco margen de maniobra, las versiones
resultan muy diferentes unas de otras y sobre todo muy creativas.
El texto original a partir del cual se han elaborado estas recreaciones es el siguiente:
«Durante todo el camino el perrito fue haciendo cabriolas, con la lengua fuera, intentando alcanzar la bolsa que el hombre levantaba y apartaba, entre risas y regañinas.
Al llegar a casa el hombre dejó los libros sobre una mesa y fue a la cocina. Mientras, el perrito se puso a dar vueltas alrededor de la mesa, mirando hacia arriba, como si estuviera ideando alguna estrategia para alcanzar los libros.»
Y ahora, colocadas en el orden en que las he ido recibiendo, disfrutemos de todas esas recreaciones, interpretaciones y variaciones:
El texto original a partir del cual se han elaborado estas recreaciones es el siguiente:
«Durante todo el camino el perrito fue haciendo cabriolas, con la lengua fuera, intentando alcanzar la bolsa que el hombre levantaba y apartaba, entre risas y regañinas.
Al llegar a casa el hombre dejó los libros sobre una mesa y fue a la cocina. Mientras, el perrito se puso a dar vueltas alrededor de la mesa, mirando hacia arriba, como si estuviera ideando alguna estrategia para alcanzar los libros.»
Y ahora, colocadas en el orden en que las he ido recibiendo, disfrutemos de todas esas recreaciones, interpretaciones y variaciones:
«Desde
que salieron de la librería, el fox-terrier no paró de cabriolear, con la
lengua entre los dientes y husmeando el paquete que su dueño le escamoteaba
mientras le abroncaba divertido.
Ya
en el salón del domicilio, el amo apoyó su compra encima de la consola y salió,
llegándose hasta la nevera. Entretanto, el animalito merodeaba alrededor del
mueble; sin apartar la vista de su objetivo, parecía planificar cómo hacerse
con los ejemplares recién comprados.»
-Carlos-
***
«A lo largo del trayecto, el diminuto perro no paró de hacer
volteretas, extenuado, procurando atrapar el saco que el individuo alzaba y
alejaba, entre risotadas y rapapolvos. Cuando llegó al hogar, el individuo
soltó los ejemplares encima de un escritorio y se dirigió al fogón. Entretanto,
el can chiquito rodeó la mesa varias veces echando una ojeada hacia la parte
superior, como si maquinase una táctica para atrapar las novelas.»
-Sara-
***
«De vuelta a casa, el perrito, jadeando e inquieto, caracoleaba alrededor de su dueño con el aparente objetivo de alcanzar la bolsa que este, entre divertido y molesto, intentaba poner fuera de su alcance, profiriendo suaves reconvenciones.
Ya
en casa, el hombre se dirigió a la cocina, dejando los libros sobre una mesa.
Entonces, el pequeño can comenzó a corretear alrededor de aquella, levantando
la mirada, como trazando un plan para hacerse con aquellos ejemplares.»
-Juan M-
***
«De
regreso a casa, el cachorro iba saltando, excitado, como si quisiera atrapar el
hatillo que su dueño llevaba y alzaba alejándolo de su alcance, divertido y a
la vez fingiendo enfado.
Ya en el hogar, él puso el contenido del hatillo —libros— sobre el escritorio y
se retiró al cálido interior. El cachorro trotaba inquieto alrededor del
escritorio; parecía buscar el modo de subir y acceder a los libros.»
***
«A lo
largo del trayecto, el pequeño chucho brincaba excitado, pretendiendo atrapar
la bolsa que alzaba su amo y que con jocosas reprimendas le vedaba.
Una
vez en su hogar, el individuo colocó sus lecturas encima del escritorio y se
dirigió a la cocina. Entretanto, el animalito comenzó a rodear sin pausa aquel
mueble, escrutando hacia lo alto, igual que si planeara con pericia el modo de
conseguir aquellos tomos.»
-JuanRa-
***
«A lo largo del trayecto el
gozquecillo, brincador y jadeante, pugnaba por atrapar el talego que el tipo le
hurtaba en el aire mientras le reprendía sin fe entre carcajadas.
Llegados a su hogar, mientras
él encendía el fogón, el animal rodeaba, picadísimo, las faldas de la camilla,
sin quitar ojo al zurrón que el sujeto había dejado sobre ella, buscando
tenazmente la manera de alcanzar los tomos.»
-Lan-
«¡Chucho malabarista, hasta
babear quieres mis lecturas! ¡Enano garabito, recorte de canijos, husméale la
concha a tu mamá, no profanes los clásicos! Y, mientras esto le decía,
embromado, esquivó sus brincos circenses todo el itinerario.
En la vivienda, mientras él
avivaba el hogar, el obstinado caniche no dejaba un momento de rondar, urdiendo
el modo de llegar a la encimera donde dejó los textos.»
-Soros-
***
«En el sendero hacia el bohío
él, con exagerados aspavientos, subía, bajaba y alejaba el capazo. Entre
jolgorio y fingidas reprimendas, salvaba las tarascadas y lametones del caniche
curioso.
Llegados a la cabaña, mientras
preparaba la trébede, el chucho, cabeza levantada y rabo inquieto, no le
quitaba ojo al paquete de novelas y pugnaba por alcanzar aquella cima plana,
que rodeaba sin descanso, sin que su talla le diera para semejante logro.»
-Pelagalgos-
***
«Mientras recorrían la senda,
el cachorro juguetón saltaba e intentaba lamer el paquete que sostenía el viejo
en el aire. Él, cariñosamente y sin mucha convicción, le reprendía.
Cuando llegaron al garito, el
tipo entró en la alacena y el canecito permaneció girando en torno a la base
del altillo, donde el viejo dejó aquel capacho repleto de literatura, sin
saber cómo llegar a él.»
-Correlindes-
***
«No
hay perro tan extraordinario como el mío. Cuando salgo de Luces está
esperándome en la puerta, moviendo el rabo y me parece que sonríe mientras da
esos graciosos saltitos a mi alrededor. Tengo que apartar la bolsa de su lado,
porque estoy seguro de que la agarraría con sus dientes y se escaparía con ella
feliz de haber conseguido su ansiado botín: mi provisión mensual de libros.»
-MJ-
***
«A lo largo del sendero, el chuchillo se dedicó a hacer piruetas, sin apenas resuello, queriendo echar la zarpa al macuto que aquel señor trataba de alejar de él, regañándolo tras una sonrisa.
Una vez en la casa, el señor dejó los libros encima de la mesa y se marchó hacia la cocina, mientras el chuchillo giraba una y otra vez en torno a ella, mirando hacia esos libros y pensando quizás en cómo conseguirlos.»
-Marisa-
***
«Del
camino duramente el perrito sacó de una cabriola fuera su lengua por si
se la levantaba al hombre apartar la bolsa regañando a su alcance.
Alrededor de los libros en la mesa
el perrito dando vueltas ideando como alcanzarlos y él en la cocina de la casa.»
-Anánimo-
***
10 comentarios:
Participar en este juego y comparar el resultado ha sido francamente divertido ¡Qué curioso! Y además me ha traído nostalgias escolares muy placenteras.
Para mí era difícil evitar la palabra perro porque can me parecía demasiado anticuado; así que "Gozquecillo" -vocablo que ha empleado Lan- me ha parecido de perlas.
¿Y mesa? ¡qué difícil también! porque... ¿hay un sinónimo que designe perfectamente a la "mesa" del comedor, que es la que yo tenía en mente?
Y "libro" no me parecían perfectamente identificadores las palabras "volumen" o "ejemplar" sin haber dejado antes claro que provenían de una librería. Y tampoco pensé en tomo o simplemente novela. Ah, y me ha sorprendido el "repleto de Literatura" de Correlindes.
Desde luego la más divertida me ha parecido la de Soros y la más "literaria", la de Pelagalgos. Aunque sin duda, la más original es la de M.J con esa escenificación.
Y la de Anónimo tiene un aire como de romance de siglo XV muy curioso.
Lo dicho, que estos deberes han sido muy divertidos, señorita Ángeles.
carlos
¡¡¡Qué diveeer!!! Todas -menos la mía- me han parecido geniales. Suscribo enteramente lo que ha dicho Carlos: estos deberes, señorita Ángeles, han sido de lo más divertido.
¡Besos!
Me han parecido fantásticas todas, sin excepción, salvo la mía que por compleja distracción desconocía que, tanto perro, libros y mesa, eran palabras ausentes. ¿Fue o no fue distracción o simplesmente la mía atiborrada devolvió lo que pudo?
Divertido, incluso tierno y de escuela unitaria...de aquellas de antaño donde estudiamos muchos de los que aquí estamos...De aquellas de rezo, ángelus e himno para finalizar ; de inspector y sus señorías, o vuecencias a orillas del pupitre como una vela; sin mandil, sin mandilón; con los pantalones cortos de espuma y pómulos enrojecidos por el rubor cuando llegando aquella maestra estupenda nos daba a nosotros los buenos días y con dulce voz borraba de golpe la amargura pasada por la vara...Y entonces era todo poesía, recreo incluido.
La próxima vez estaré más atenta...
Anónimo Anánimo
(WendiCarlos)
Sólo quiero felicitaros por vuestras narraciones. Me he dado cuenta de que, entre todos, podríamos escribir una historia. Quizás sea otra sugerencia para el blog de Ángeles.
Pero, aparte de las bromas, me ha gustado que cada uno haya sido capaz de pintar con su colores un mismo relato que todos cogimos como venía de fábrica.
Ha sido un placer leerlos todos.
De todos se aprende alguna cosa y por eso a todos os estoy agradecido.
Abrazos.
¡Esto ha sido absolutamente genial!
Ya intuía yo que llegado el momento de leer todos los textos juntos me iba a divertir, y no me equivocaba.
¿Cómo han podido salir tan parecidamente distintos? :D
He quedado asombrado ante los múltiples recursos que se han empleado para no copiar al original. ¡Os felicito a todos!
Me alegro de que Lan tuviera esta gran idea y de que tú la llevaras a cabo. Estoy seguro de que si fueras profesora de Lengua serías de las que conseguiría que los alumnos asimilaran las cosas sin darse cuenta, como si todo fuera un juego, que es sin duda la mejor forma de aprender :)
Genial, Ángeles. Qué chulos, cómo me he divertido. Pido permiso para repetir la frase de JanRa Diablo: "tan parecidamente distintos"... Una gran idea, gracias por ella.
Alumno Carlos :D, ya veo que has comprobado la incapacidad de los sinónimos para actuar como tales. Si ya te lo decía yo… je,je.
A mí también me ha llamado la atención la palabra “gozquecillo”, pero te diré en confidencia que Lan tiene un baúl secreto de palabras del que saca cada tesoro…
Y también a mí me ha causado sorpresa la versión de Anánimo, que en seguida me hizo pensar en aquello de “Caído se le ha un clavel…” y “del salón en el ángulo oscuro…”
Muchas gracias por tus reflexiones, y me alegro mucho de que lo hayas pasado bien.
Alumna Sara, es cierto, todas las versiones –incluida la tuya- están geniales, y demuestran mucha inventiva por vuestra parte y mucha versatilidad por parte del lenguaje, ¿a que sí?
Muchas gracias y muchos besos!
Anónimo anánimo, ya ves que, a pesar de lo que dices, tu versión nos ha llamado positivamente la atención a más de uno. Se deba a lo que se deba, su intrínseca originalidad la hace estupenda.
Y es muy especial también tu bella evocación de imágenes y sensaciones escolares.
Gracias!
Lan, al primero al que hay que felicitar y dar las gracias es a ti, que eres el artífice de esta idea que tanto nos ha gustado.
Y esa otra de una historia colectiva me la apunto y me la guardo en la mochila, que nunca se sabe… :)
Un abrazo.
Qué bien, JuanRa, me encanta que lo hayas pasado tan bien, y me encanta eso de “tan parecidamente distintos”. Es un oxímoron precioso :)
Muchas gracias por imaginar que sería una profesora tan chuli. La verdad es que cuando yo era profe (de inglés y de lengua) siempre tenía presente aquello de “si la lección es divertida nunca se olvida”, pero no tenía mérito: es que yo me lo pasaba tan bien que me salía así sin premeditarlo :D
Muchas gracias, Marisa, pero ya ves que la idea no es mía, sino de Lan. Mi único mérito, y es un decir, ha sido recogerla y planteárosla a vosotros, que la habéis llevado a cabo con tanto salero y tanto arte.
Un abrazo
Pues, entonces, muchas gracias a Lan y muchas gracias a ti por llevarla a buen puerto ;D. Abrazos.
El resultado del juego ha quedado genial. Una entrada muy bonita donde Ángeles nos ha dado voz. Os felicito por vuestros textos. Todos estupendos :-)
Muchas gracias, MJ :)
Besos.
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