domingo, 6 de febrero de 2011

Historia de un libro

Hay muchas cosas de las que no puedo presumir, y una de ellas es mi memoria.
Pero a pesar de eso, hay cosas que recuerdo con mucha claridad.
Y una de esas cosas es mi relación con los libros durante mi infancia.
Otro día entraré en detalles, pero hoy me quiero referir a un libro en particular, uno que nos trajeron los Reyes una vez a mi hermano y a mí.
Se titulaba Héroes en zapatillas, y he de reconocer que tardé mucho tiempo en entender lo que significaba tal título.

Era un libro de gran formato que hablaba de personajes y hechos históricos y literarios: los faraones, el caballo de Troya, Leonardo da Vinci, Cristóbal Colón…

Cada historia o personaje se presentaba de dos formas. En una página había un texto formal, poco o nada infantil, que yo nunca me leía. Y en la página siguiente se contaba la historia en viñetas de cómic, con unos versitos ripiosos que eran la monda:

“Se me viene a la memoria / Egipto y toda su historia”; “Julio Verne era un señor / que nació para escritor”, y cosas así.

El libro lo leíamos y releíamos y lo manoseábamos de tal manera que lo recuerdo bastante descuajaringado.
Cuando pasó el tiempo y nos hicimos mayorcillos, cometimos la insensatez de regalar el libro –que era cosa de críos- a unos primillos nuestros que también se habían prendado de él.
Y después, más sensata y menos adolescente, me acordé de ese libro infinidad de veces, arrepintiéndome, por supuesto, de haberme deshecho de él.

Pero no nos echemos a llorar.
Hace unos años, paseando por Sevilla, me paré ante el gran escaparate de una librería. No es que me parara voluntariamente a mirar los libros. Es que me quedé parada por la sorpresa.
Porque conforme me acercaba a la librería, y sin tener intención de detenerme, vi, en la parte más alta del escaparate, el libro que tanto había añorado.

Allí estaban, Don Quijote y Sancho, con ese trazo de dibujo animado y esos colores que tanto me atraían de pequeña, llamándome desde la portada del libro.
Emocionada y asombrada entré en la librería y pedí el libro.

El dependiente me lo trajo y cuando lo tuve en mis manos me sentí retroceder en el tiempo, recuperar una sensación muy definida. Por un instante creí volver a mi habitación infantil y a las horas que pasé aprendiendo historia y literatura, creyendo que simplemente me estaba divirtiendo con un tebeo.

El librero me dijo que ese libro era una maravilla, que tenía un gran valor pedagógico y que era muy atractivo para los niños.
Yo le dije que lo sabía porque conocía el libro muy bien. Le conté la historia a grandes rasgos y creo que el buen señor se emocionó y todo.

Pagué el libro y me lo llevé en brazos como si temiera perderlo otra vez, y deseando volver a mi ciudad para enseñárselo a mi hermano.

Y ahí está, lo veo mientras escribo esto, y aunque obviamente no es el mismo ejemplar que tuvimos de pequeños, para mí es como si lo fuera.
El otro, el original, tendría un valor sentimental inmenso, claro está, pero este también lo tiene, por su poder de evocación.
Y además representa  la capacidad de hacernos revivir sensaciones que puede tener un objeto, y la magia que hay en recuperar, de forma totalmente inesperada, sorpresiva y casual, algo que habíamos dado por perdido para siempre.

16 comentarios:

Sara dijo...

¡Qué fantástica casualidad! A mí támbién me regalaron, de pequeña, Héroes en zapatillas, que me encantaba. No sabía que lo hubieran reeditado. No sé cómo acabé perdiéndolo, pero, gracias a ti, iniciaré mi pertinente labor de persecución y rastreo. ¡Muchas gracias!

loquemeahorro dijo...

"Julio Verne era un señor / que nació para escritor"

¡¡Me encanta!!

Qué entrada más tierna, y demostrastéis ser muy buenos chicos al regalárselo a vuestros primos.

Mucho peor sería que lo hubierais tirado en pleno ataque de edad del pavo.

Ángeles dijo...

Pues sí,Sara,vaya casualidad. Me alegra que disfrutaras de ese tesoro, y lamento que tú también lo perdieras. Pero ponte manos a la obra y a ver si tú tambén lo recuperas. ¡Suerte!

Muchas gracias Loque.
Uy,sí, si lo hubiéramos tirado tendría una sensación horrorosa.
Un regalito:
Es hora ya de que hablemos
del cíclope Polifemo.
Con un ojo solamente
veía divinamente.
Vivía en una caverna
a la luz de una linterna
y tenía a un palo atado
a Ulises el desdichado
(...)

loquemeahorro dijo...

¿Has visto Google ho? Sale el señor que nació para escritor!!!

Veía divinamente... de verdad que me está encantando.

JuanRa Diablo dijo...

Cómo te entiendo con lo del gran poder de la evocación.
Hace poco un amigo regaló a mi hijo un rompezabezas de esos de cubos de cartón con láminas de animales de Africa. Yo había tenido el mismo en la niñez y al verlo experimenté literalemente un viaje en el tiempo. ¡Increíble cómo lo volví a recordar todo cuando lo tenía olvidado por completo!
Lo curioso es que no era nuevo sino de los tiempos en que mi amigo era pequeño, pero estaba perfectamente conservado, así que el regalo era doblemente maravilloso, por ese valor sentimental.

Qué gran suerte haberte topado con aquel libro que por cierto me han entrado ganas de comprar porque por lo que veo vale para todas las edades.

...y Don Quijote creyendo
que un gigante estaba viendo,
al molino acometió
y hecho migas se quedó.
:)

Un saludo, Ángeles

MJ dijo...

¡Qué entrada tan bonita y tan tierna! Me alegra mucho saber que "recuperaste" ese tesoro y todo lo que te evocaba. Esto es magia :-)

Ángeles dijo...

Qué bonito lo que cuentas, JuanRa. ¿Y a qué es rara, curiosa y fuerte esa sensación de ir hacia atrás, por el túnel del tiempo?

Y desde luego, si encuentras el libro, cómpralo, porque es como dices, para todas las edades.

Gracias.

Ángeles dijo...

Muchas gracias , MJ.

Daniel Terrasa dijo...

Hola Ángeles,

Gracias por tu comentario en mi blog.

Al final di con el libro, hace ya más de un año. Compré un ejemplar de segunda mano en la web todocolección, un poco estropeado por fuera pero impecable por dentro.

Imagina la emoción de volver a leerlo después de casi treinta años: "A Arquímedes se le acusa de haber nacido en Siracusa"

Lo mejor es que empecé a leérselo a mi hijo de 7 años y ya le he convertido en otro adicto a "Héroes en Zapatillas". Eso sin contar lo que ha aprendido. Me atrevería a decir que tiene ya más culturilla general que la media del país.

Espero que nos sigamos leyendo.

Un saludo

Daniel Terrasa

Ángeles dijo...

Encantada de verte por aquí, Daniel. Me alegra mucho que encontraras el libro y que el disfrute pase de una genaración a otra.
Yo también espero que nos sigamos visitando.
Un saludo y muchos gracias.

loquemeahorro dijo...

Estoy buscando el libro en Iberlibro, en un sitio cuesta 43 € y en otro ¡más de 60!

Ángeles dijo...

Bueno, loque,por lo menos está disponible, que ya es algo. Y parece que se revaloriza con el tiempo... ¡Qué precios!
Gracias por tus pesquisas, seguro que a alguien le vendrán bien.

Anónimo dijo...

Humm! Me ha gustado mucho este texto por lo que tiene de viaje en el tiempo y por el amor a un libro.
Yo también tengo varios libros que me gustaría recuperar: los libros SENDA de lecturas, Los de Anaya de Lengua de los años 80 titulados "LAs LEtras y yo", algunos libros de El Barco de Vapor como Los Mifenses (bueno en realidad "el mifense" que era un extraterrestre muy simpático del planeta Mif, Fray Perico y su Borrico, etc) También tenía el sueño de poder volver a leer algunos tebeos de Zipi y Zape como El Tonel del Tiempo o Enviados Especiales, cosa que, afortunadamente ya he podido realizar.

carlos.

Ángeles dijo...

Yo también tengo muy buen recuerdo de los libros Senda, y me arrepiento mucho de no haberlos conservado.
Qué bonito es recordar los libros que tuvieron un lugar especial en nuestra vida, ¿verdad? Es como recordar a un buen amigo.

guille dijo...

Estaba yo pensando como recuperar los libros de guillermo brown que había leído de pequeño cuando -paseando por una estación y curioseando un mercadillo que allí estaba instalado- encontré toda la colección. Treintayun volúmenes. Yo recordaba diez. Los compre a un precio irrisorio básicamente porque no tenían los dibujos originales (era una buena reedición).
Mas tarde quise yo regalarle uno a una mujer virallama y he aquí que encontré un original en la librería de la esquina.

No me llevo mal con los libros y menos con mi amigo azar.

Bonita tu historia.

Ángeles dijo...

También es bonita la tuya, Guille. Dicen que es el deseo de encontrar algo lo que nos lleva a encontrarlo, asíq eu tal vez los libros de los que hablamos estaban por ahí, en el limbo de los libros añorados, esperando a que los deseásemos con suficiente fuerza para aparecer ante nosotros.

Seguro que esa mujer se sintió encantada con tu regalo.

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