Madam Shalog comenzó la sesión con la fórmula habitual:
-Espíritus del más allá, si me oís, dadme una señal.
Los clientes, o "invitados", como ella prefería llamarlos, estaban sentados alrededor de la mesa, según dicta la tradición, con los ojos cerrados y cogidos de la mano, formando así un círculo de energía que favorecería el contacto con los espíritus.
O eso al menos decía Madam Shalog, y ellos lo creían.
La medium repitió:
-Espíritus del más allá, si me oís, dadme una señal.
Y entonces se oyó un toc-toc en algún lugar de la sala.
Los invitados dieron un respingo, y, en contra de las instrucciones de Madam Shalog, alguno abrió un ojo. Pero la sala estaba en penumbra y no se distinguía nada más allá de la mesa y sus ocupantes.
Madam Shalog continuó:
-Oh, espíritus, ahora que sé que me oís, os pregunto: ¿alguno de vosotros se encuentra en esta sala? Si es así, dadnos una prueba de vuestra presencia.
En ese momento, la lámpara del techo se agitó, haciendo tintinear las múltiples perlas de cristal que la adornaban.
Todos los presentes, incluida la propia Madam Shalog, lanzaron exclamaciones de sorpresa y miedo. Y no habían terminado de exclamar cuando la lámpara se agitó otra vez, al igual que los cuadros de las paredes. Y al mismo tiempo, una pequeña mesa auxiliar con ruedas se deslizó por la habitación, cayendo al suelo las botellas de licor que había sobre ella.
Todos, madam Shalog la primera, se levantaron aterrados y salieron en tropel a la calle, huyendo de aquellos espíritus a los que imaginaron iracundos contra ellos, mortales que habían osado perturbar su paz ultraterrena.
Y fue el pánico lo que les impidió darse cuenta de que en la calle también las farolas se agitaban, se abrían grietas en las paredes y la gente corría en busca de refugio.
Pero, afortunadamente, no pasó nada más grave.
Fue un terremoto breve.
10 comentarios:
¿Y si fuera verdad que se pueden convocar los terremotos?
Soros, no había pensado yo en la posibilidad de invocar terremotos, como los indios invocaban la lluvia. Pero espero que a nadie se le ocurra probar...
Abundando en el comentario de Soros, hoy he visto una película, "Australia", donde los aborígenes de este país parecen poseer el espeluznante -y a la vez soberbio- poder de controlar todos los elementos...¿Será posible que hayamos avanzado tanto para "controlar" tan poco?
Sara.
¡Nunca se me hubiese ocurrido! Pero seguro que a alguien alguna vez le sucedió esto... ¡menudo susto se llevaría la farsante!... o... ¡menuda alegría para aquel que desea tener ese "poder" de veras!
Me ha gustado mucho, muy interesante y, para los que te conocemos, muy ilustrativo.
MJ
Muchas gracias, Mj.
Jajajaja. Hasta Madam Shalog debía pensar "Hoy me estoy concentrando como nunca"
:D :D. Gracias, JuanRa.
¡ja,ja,ja,! Francamente bueno...Me he divertido tremendamente.
¡Qué capacidad tienes para llevarnos por un sendero que parece muy transitado y, de pronto, hacernos tomar una una autopista inesperada que estaba ahí oculta!
La madame, ¿dónde obtuvo el título? Se lo regalarían, claro.
carlos
Qué bien, Carlos, me encanta que te hayas divertido y que lo expreses con tantas ganas.
Muchas gracias :-)
No se si llegará mi comentario pues el ordenador ha empezado a vibrar y se ha quedado muerto...
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