lunes, 28 de marzo de 2022

Mi aleph

(Inspirado por "El aleph", de J. L. Borges)


Abrí la doble puerta del armario, y allí, delante de las toallas, estaba el aleph. Flotaba ingrávido como una pompa de jabón, irisado, satinado y perfecto. Acerqué el dedo para tocarlo, pero temí alterar su naturaleza y retiré la mano. 

Di un paso atrás para contemplarlo mejor, pero en seguida las imágenes que contenía —o que generaba a cada instante, no lo sé— hicieron que perdiera de vista la esfera en sí y sólo pudiera concentrarme en el espectáculo imposible que me ofrecía.

Allí, en aquel orbe maravilloso, pude verlo todo, lo accesible y lo inaccesible. Pude ver las nubes en movimiento y las gotas de agua que contenían; los mares calmos y los bravos y un volcán en erupción; pude ver la primera casa en la que viví y la última en la que viviré; pude ver  a mi madre consolándome lágrimas infantiles; pude ver las muñecas con las que jugué y mi próximo viaje a París; pude ver un prado verde blanco de margaritas, y una locomotora de vapor; los rascacielos luminosos de Tokio y a un hombre que fumaba a escondidas en el baño de un hospital; pude ver un iglú y un molino de viento y un faro en el mar, y pude ver las auroras boreales.

Pude ver a las mujeres con miriñaque paseando por Regent Street y la nebulosa marca que un cuadro desaparecido había dejado en una pared;  pude verme dormida y pude ver el sueño que estaba soñando; pude ver la huella humana en la luna, y en el fondo de una mina negra, el brillo de un diamante; pude ver melodías y flores; pájaros y libros; pude ver un cementerio olvidado y una rosa aún viva sobre una lápida; pude ver a mi primer amor besando a su primer amor; y a Dickens visitando a Poe; pude ver rocas ingentes en mitad de un bosque y una hormiga que cargaba una hoja de eucalipto; pude ver una batalla de espadas y a un niño que brillaba delante de un árbol de Navidad; y pude verte a ti y a mí viéndote a ti.

Y al poder verlo todo me sentí suprema y me sentí minúscula, y después lloré porque ya no me quedaba nada con lo que soñar. 


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18 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Jo... qué bonito.
Qué bonito y emotivo lo que has escrito.
Y el final es tal como lo sentiría yo.
Gracias por regalarnos esta maravilla.

Besos.

Rodión dijo...

Secundo el comentario de Toro: te ha quedado un texto precioso y personal. Has hecho tuyo el objeto del complejo cuento de Borges y le has dado una nueva vida, entre esa experiencia mística del absoluto y una mirada vuelta hacia ti misma.

'...me sentí suprema y me sentí minúscula': algo así ocurriría, supongo, y da vértigo pensarlo. En cuanto a lo otro, es lo bueno de ser solo mortales y soñadores: Dios no tiene sueños que cumplir.

Saludos.

Anónimo dijo...

A mí lo que me alegra y tranquiliza es que no vieras debacles naturales, oguerras y otros desastres provocados por los hombres...en general tus visiones son agradables y optimistas. Cómo eres tú.
Y qué está escrito preciosamente.
carlos

Macondo dijo...

Es una maravilla. Muchas felicidades.
Feliz semana.

MJ dijo...

¡Qué preciosidad! Un relato realmente hermoso. Todas esas imágenes contenidas y tan bien narradas...
Sin palabras. Perfecto. Me ha encantado.
Un beso

Beauséant dijo...

Un relato fantástico, por el tema y por lo bien que lo has escrito, una preciosidad, vaya.

Y me gusta ese alpeh, sólo enseña cosas bonitas, con su punto justo de nostalgia. Con todas las cosas que hay horribles en el mundo me alegra que sepa elegir.

Rick dijo...

Hermoso rasgo "borgiano", el que has tenido. Para escribir en esa categoría hay que tener un bagaje literario muy amplio, pero además tú le añades ese tono sentido, casi melancólico, que Borges raramente mostraba: ya sabes, él era muy digno. no caía en ese tipo de "ordinarieces".

La melancolía es un arma muy potente, si se sabe usar en las dosis adecuadas y con una estructura literaria de calidad, y tú lo haces. Venga, queremos más....

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el texto y habla (o he querido leer), al menos en parte, de tu forma de ser y estar en el mundo. Me temo que mi Aleph sería más pesimista, en blanco y negro, menos atractivo...
Cómo no, aparecen Dickens y Poe (no me hubiera extrañado ver también a Vila-Matas y... a Mircea!).
Hace mucho que no leo el cuento de Borges, no recuerdo si en su Aleph se podían ver los sueños y también el pasado (ambos, sin duda, temas muy borgianos y que el escritor argentino podría haberlos introducido, si no lo hizo).
El hecho de ver pasado/presente/futuro como planteas me ha recordado al cuento 'La historia de tu vida', de Ted Chiang (no sé si lo has tenido en mente).

Ángeles, muchas gracias por mostrarnos tu Aleph.

Albada Dos dijo...

La fantasía y cierta inocencia la mirada a ese Aleph.

Muy tierno. Un abrazo

JuanRa Diablo dijo...

Pues yo he podido ver a Ángeles bebiendo en las fuentes de la poesía, arropada por todos los poetas de este mundo, los que ya se fueron y los que aún no han nacido.

Un experimento maravilloso! Me ha dejado flotando como juguete del viento.

Voy a leerlo una vez más

Una_Vida_Mundana dijo...

Yo me asomé a mi aleph y encontré esta entrada.

Ángeles dijo...

Qué bien, Toro, muchas gracias. Cuánto me alegra que te guste, y que te identifiques con el final.

Gracias a ti por el aprecio.

Besos.


Muchas gracias, Rodión. Me encanta que te guste, y aún más que te parezca "personal", que creo que en la creación, del tipo que sea, es lo más importante.

También me gusta eso de que Dios no tiene sueños que cumplir. A lo mejor por eso a veces da la sensación de que se aburre.

Sigamos soñando, pues.

Saludos y gracias por tu valoración.


Bueno, Carlos, hay un volcán y una batallas de espadas, algo es algo, ¿no? Jeje.
Pero es cierto, yo no me había dado cuenta de que mi aleph me muestra visiones en general agradables. Gracias por hacerme notarlo.

Muchas gracias por tus palabras.


Muchas gracias, Macondo, eres muy amable (como siempre).

Feliz semana para ti también.


Qué generosa, MJ. Muchas gracias por tus palabras, y me alegra muchísimo que te haya gustado.

Un beso.

Ángeles dijo...


Muchas gracias por tus palabras, Beauséant.

Ya ves, como le digo a Carlos, yo no me había dado cuenta de ese tono positivo u optimista que vosotros habéis detectado. Se ve que estaba tan absorta en la contemplación del aleph que no era consciente ;)


¿Has visto, Rick, qué atrevida yo? Jeje. Muchas gracias por tus observaciones. Tampoco había reparado yo conscientemente en esa diferencia que tú señalas, pero me congratula que esté ahí y que otras personas la vean.

Muchas gracias de nuevo por tu valoración. A ver si soy capaz de lanzarme a otra aventura de éstas, que me estáis envalentonando :D


Me alegro mucho, (Anónimo) Javier, de que te haya gustado el texto.
Yo no sé si tu aleph sería en blanco y negro, pero seguro que no le faltaba un toque de esa ironía tuya tan sutil ;)

En el Aleph original, el de Borges, se ve el mundo tal cual es en el momento, si no me equivoco. El mío parece que tiene más canales, jeje.

Y no, no tenía en mente el relato de Ted Chiang, ni ningún otro en concreto (salvo El aleph, claro). De todas formas, el hecho de poder ver el pasado y el futuro, de una manera u otra, es un tema recurrente del género fantástico en general, así que más de un precedente andaría dando vueltas por mi cabeza, sin duda.

Muchas gracias a ti.


Muchas gracias, Albada, me alegra que lo hayas visto así :)

Un abrazo.


Ay, qué bonito lo que dices, JuanRa.

Voy a leerlo una vez más ;)


Hola, Una Vida Mundana.

Cuánto me alegra que esta entrada se vea en tu aleph :)
Gracias.

José A. García dijo...

Que no se entere ya sabemos quien o te hace juicio...

Saludos,
J.

Conxita C. dijo...

Uy Ángeles qué bonito lo que has escrito, emotivo y precioso. Me ha gustado leerlo, te deja con una sonrisa.
Besos

Ángeles dijo...

José A. García, no creo, jeje.

Saludos.


Gracias, Conxita, me alegra mucho que te haya gustado y sobre todo que te haya producido una sonrisa.

Besos.

Marisa C dijo...

No solo es bonito, también es emocionante. Según iba leyendo, sentía que estabas describiendo un libro o, al menos, todos los aspectos que puede desvelar un libro. Pero es mucho mejor, era un espejo. Abrazos.

Ángeles dijo...

Hola, Marisa, me alegra mucho verte de nuevo por aquí.

Te agradezco mucho tus palabras, y me gusta tu visión del aleph como un espejo. Quién sabe qué imágene puede contener un espejo que lleve siglos reflejando el mundo, eh? ;)

Un abrazo.