Cuando hablamos de los placeres y beneficios de la
lectura solemos mencionar una serie de ideas que, aunque sean por completo
ciertas, a veces pueden resultar un poco tópicas. Se dice, por ejemplo, que los
libros nos dan la posibilidad de vivir muchas vidas distintas; o que nos ayudan
a entender mejor la condición humana. O también que son una forma de viajar, de
conocer otros mundos y otras épocas, tanto reales como imaginarios. Alible.
También decimos, claro está, que son una fuente de conocimiento, de transmisión
y preservación de ideas, y de inspiración para la creación de nuevas obras. O
que ensanchan nuestra mente, que nos hacen compañía, nos divierten, nos
consuelan. O, siguiendo a Dostoievski, que fortalecen el corazón de las personas.
Pero hay un beneficio más, uno que, me parece a mí, no
se nombra con la misma frecuencia que los anteriores, quizá porque es muy
evidente. Intérlope. Me refiero a que la lectura es una forma, quizá la
mejor forma, de descubrir y aprender palabras.
Como ya dijimos en otra ocasión, cada palabra que
añadimos a nuestro diccionario personal es como una llave que abre una puerta, y cada puerta nos deja ver un trocito más del
panorama, ampliándose así cada vez más nuestra visión y comprensión de todo esto
que llamamos mundo, vida, o realidad. Galicinio.
Porque, claro, las palabras lo nombran todo, dan
identidad a lo tangible y a lo inmaterial, a lo ocurrido y a lo pensado, a lo
sentido y a lo soñado. Y cuando podemos darle un nombre a las cosas, éstas se
vuelven cercanas, asequibles, se ponen a nuestro alcance, a nuestra disposición. Onomatodoxia. Por eso las palabras nos dan la capacidad no ya de expresarnos mejor sino de pensar mejor, porque a través de ellas podemos manejar y dar forma a algo tan inasible como las ideas, los conceptos y las imágenes.
Y algunas, además, son
tan curiosas, tan sonoras, tan espléndidas, independientemente de lo que
signifiquen, que vale la pena conocerlas por sí mismas, por el mero gusto de
saber que existen, y asimilarlas con el deleite de quien paladea un bombón.
Por eso a mí me encanta encontrar palabras nuevas
cuando leo un libro. Me parecen un regalo añadido al propio placer de la
lectura; una golosina léxica que aparece por sorpresa en la página, como un colorido huevo de Pascua en un jardín primaveral.
24 comentarios:
Cuando hablas con alguien y tiene un buen léxico da gusto de escucharla, y es cierto que ésto se adquiere leyendo. Una buena apreciación la tuya.
SAludos.
me encanta como escribes
Esta vez no nos pides que elijamos uno de los bombones, pero si hubiera que hacerlo me quedaría con el sabor a "galicinio". Me parece una palabra preciosa.
La RAE pasa de "onomatodoxia".
El descubrimiento de una nueva palabra nos llena de gozo, como niño que explora un rincón más en su casa
Interesante entrada. Bombones finales incluidos. Un abrazo y feliz día
¡Gracias! Me quedo con “alible”, que ya veo que nada tiene que ver con “jartible” ;).
Me ha encantado tu sabrosa apreciación de lo mucho que aumenta el universo lingüístico del lector cuando lee, no solo porque identifica palabras que no conoce, sino porque se familiariza y se desenvuelve como “Pedro por su casa” con las que ya conoce.
Muy interesante.
Besos, Ángeles.
Y la gente joven cada vez lee menos, y utilizan menos palabras (y mal escritas muchas veces) y retrocedemos hacia Atapuerca... a este paso de aquí un par de generaciones únicamente gruñirán.
Besos.
Parecería que te seduce más que otra cosa el lado fonético de las palabras. Leer una palabra nueva es seguramente un hallazgo sugerente, aunque me pregunto hasta qué punto es posible aislar el sonido del significado. Hay sin duda palabras eufónicas, (ésta suena muy bien) pero a las que resulta difícil encontrarles algo de belleza semántica, como glioblastoma, estupro, prevaricación, &c. &c.
Saludos.
Esa suposición de Entangled sobre el aspecto fonético de las palabras creo que es muy acertada, porque nos pasa a muchos: un descubrimiento como "alible" (no tenía ni idea de su existencia) es glorioso, y por su resonancia podría significar conceptos muy altos. Que por cierto, he ido al DRAE y no le hace justicia. Demasiado tecnicista.
Por poner otro ejemplo, más humilde: cuando descubrí el verbo "arfar" en el "Gran Sol" de Aldecoa, me quedé sorprendido porque no lo había oido nunca, tal vez porque es demasiado "gremial", por decirlo así. Pero, al igual que "enjaezar" y otros cuantos, tardaron poco en pasar al argot de mi pandilla:
- Dile a Paco que deja de beber, que ya está arfando...
- Julia aún tardará un poco. Se está enjaezando...
Así es, Manuela, da gusto escuchar a quien habla con soltura y un léxico amplio y preciso, lo que a su vez favorece un pensamiento “amplio” y claro.
Gracias, un saludo.
Muchas gracias, Recomenzar, eres muy amable.
Es verdad, Macondo, no os he pedido que eligierais un bombón, pero sabía que al verlos elegiríais sin remedio. En cualquier caso, gracias por decirme tu elección. A mí “galicinio” también me parece preciosa, en su forma y en su significado.
En cuanto a “onomatodoxia”, es lógico que la RAE pase de ella :D porque el DRAE es un diccionario genérico, y esta palabra, como seguramente sabes ya, es específica de la religión ortodoxa. De hecho, en el libro en el que la encontré viene explicada en una nota a pie de página, y definida como “una corriente teológica basada en el vínculo ontológico místico entre el nombre y el nombrado”.
Gracias.
Albada, me ha gustado eso del niño explorador, porque es muy cierto: en eso hay una emoción muy particular.
Gracias, igualmente.
Pues no, Sara, "alible" y "jartible" no tienen mucho que ver, jaja!
Muchas gracias a ti, como siempre, y me alegro mucho de que te haya parecido una entrada “sabrosa” :D
Besos
Es verdad, Toro, que parece que cada vez se lee menos, pero yo, a pesar de ciertas evidencias, soy optimista (o quizá ilusa). Porque me parece observar que en los colegios se empieza a dar otra vez importanca a la lectura, y que cada vez hay más actividades infantiles y juveniles relacionadas con la lectura, en las librerías, las biblotecas, ferias del libro, etc. Quizá haya habido una generación o dos en las que sí que la lectura ha sido algo casi perdido, pero, como digo, me parece que la cosa está cambiando. Ojalá no me equivoque.
Gracias. Y besos.
entangled, es muy cierto que me seduce el aspecto fonético de las palabras, de hecho en el blog hay alguna entrada dedicada a eso específicamente. Y también estoy de acuerdo en que es difícil aislar el sonido del significado (también hay alguna entrada sobre esto). Pero, quizá porque llevo mucho tiempo practicando, jeje, creo que en muchas ocasiones lo consigo.
También hay palabras que me parecen muy interesantes por su composición, por su evolución, porque tienen una etimología sorprendente, etc, y me encantan por eso, por su “historia”, aunque quizá ni su sonido ni su significado me atraigan especialmente. Y hay otras que me parecen sencillamente horrorosas :D
Gracias por tus observaciones.
Un saludo.
Rick a mí me pasó lo mismo que a ti con “alible”: me pareció tan bonita que enseguida di por hecho que tenía que tener un significado acorde, y referirse a algo más espiritual, filosófico, algo que también encerrase belleza o profundidad. Pero no; significa lo que dicen la RAE y otros diccionarios ni más menos: nutritivo, que alimenta. Qué le vamos a hacer.
Respecto a los otros ejemplos, claro, en cada ámbito específico, “gremiales”, como dices, hay cientos de palabras que quedan fuera del uso general. Pero mira, lo que haciais en tu pandilla es una forma excelente de ampliar nuestro vocabulario y darles más visibilidad a términos maravillosos.
Gracias.
Nada... no venía a ver lo que me contestabas (bueno, vale, también ...) venía a por mis besos.
:)
Gracias!!!
:D
A ti!
Gracias, cuantas palabras lindas y nuevas (al menos para mí) nos regalas en este texto.
Galicinio me encantó.
Besos!!
Alible también!
Bueno, creo que me las llevo a todas.
:)
¡Qué cosas tan ciertas dices!
Como te imaginarás, hay que consultar el diccionario para conocer y saborear esos bombones. ¡Ay, qué título tan bonito has puesto a la entrada! Diría que es un título sabroso, pero no me gusta el sonido de esa palabra.
Parece que a casi todos nos ha gustado alible pero nos ha desilusionado un poquito el significado, habíamos dejado volar la imaginación mas alto que la RAE. Pero bueno, nosotros le damos la connotación de nutritivo filosófico y que alimenta el alma... Porque nosotros queremos y ¡ya esta! :-P
Y solo añadir que me ha encantado como has terminado el texto: "una golosina léxica que aparece por sorpresa en la página, como un colorido huevo de Pascua en un jardín primaveral"
¡Pues me quedo con mi golosina de chocolate! ¡Gracias! :-)
Desde que lo lei, Alible me recordó a la celebre aliteración de Rubén Darío:"con el ala aleve del leve abanico", por eso no entiendo cómo puede ser una palabra tan nutritiva... Un poco "jartible" sí que es
Besos.
Es un poco "jartible" lo de que sea nutritiva, que no es nada poetipo, no se me interprete mal ��
A mi me encanta ese encontrar palabras nuevas cuando están bien encajadas, cuando es una palabra que no conoces y descubres que es perfecta en ese contexto, que el autor no podía haber usado otra mejor... en cambio, muchas veces, encuentro textos con palabras altisonantes que están ahí para demostrar lo mucho que sabe el autor y no aportan nada...
Cortázar, para mi, es un ejemplo de lo primero, emplea giros y referencias que son una pura enciclopedia pero describen la situación de una forma precisa, casi, casi la dibuja con palabras.
Me quedo con Galicinio para cuando vuelva de la feria a deshoras. Aunque con el nivel de alcohol alto... no se si lo recordaré.
Bueno... para ir a trabajar. Si, ese es mas acertado.
Buenos estos bomboncitos Ángeles, todos los he tenido que buscar en el diccionario y me han sentado muy bien y mira me ha gustado especialmente ese Galicinio que jamás hubiera imaginado que fuera Parte de la noche próxima al amanecer, al leer la palabra de la que proviene del latín gallicinium se entiende porque ese canto del gallo sabemos en qué momento se da. Y eso me hace reflexionar sobre esas lenguas que han dejado de estudiarse y que ayudaban a entender y enriquecían el conocimiento de la lengua. Aunque bien pensado a esos gallos que cantan en el galicinio en nada les pasa como al latín y al griego clásico que son lenguas muertas. Lo del gallo lo digo por un vídeo que se ha hecho viral de un ganadero asturiano al que un juez ha obligado a cerrar su gallinero porque los animales molestaban a un "hotel rural" cercano. Impresionante.
Como siempre un placer aprender contigo.
Besos
Eme, claro, quédatelas todas, son para nosotros :)
Me alegra mucho que te hayan gustado.
Gracias!
MJ, no es que la RAE no le echara imaginación al definir esta palabra, es que la culpa es del latín (alibilis) :D
Muchas gracias por tu apreciación, y a disfrutar de las golosinas! :)
Pues es verdad, Sara, "alible" suena aliterante y leve como el famoso abanico.
Y no te preocupes, se te interpreta perfectamente.
Besos.
Pues sí, Beauseant, el arte de usar las palabras con tino, precisión y medida no está al alcance de cualquiera. Y antes que un lenguaje cargado y falso, preferible es la sencillez. Salvo que seas Cortázar, que entonces puedes con todo ;)
Gracias.
Cuando tú veas,Bubo :D El caso es hacerles un hueco en nuestras conversaciones a palabras tan estupendas como galicinio.
Gracias.
En este caso, Conxita, sí creo que la palabra (galicinio) y su definición nos gustan por igual, ¿verdad?
Estoy de acuerdo en lo que dices sobre la enseñanza de "esas lenguas". Quizá la forma en que se enseñaba no fuera la más atractiva, pero sin duda es una pena que no se valore su utilidad y se la arrumbe como algo inútil.
Me parece de locos lo que cuentas del hotel rural. ¿Entonces qué esperan los clientes del hotel si van al campo? Cosas veredes...
Muchas gracias, el placer es mío :)
Besos.
Una reflexión tan erudita como incuestionable. Papilentema.
La lectura es como el caminar por cualquier terreno de unos ojos acostumbrados a sus relieves. Domestancia. Y en ese terreno siempre se pueden encontrar especies desconocidas que conviene guardar en las alforjas de nuestra memoria. Malíndropo.
A ti se te han caído por el texto algunas palabras que si no son inventadas, expiterión, son de la familia de las que he sembrado yo.
JuanRa, las palabras que hay en mi texto no son inventadas, están en los diccionarios y en los textos, y de hecho son ejemplos de esos "huevos de Pascua" que he ido encontrando en los libros que he leído últimamente.
Y tampoco son de las que has sembrado tú, que pertenecen a la conocida familia de los Anagrama, ¿a que sí? :D
Ahora sé porque me llamaban galicinio.
Es un momento de la jornada que me encanta vivir.
Si es con alguna mujer que solo verme se toma una tila, mejor
Es verdad, Guille, que el galicinio es un momento muy bonito: está el día por estrenar y todo son posibilidades.
Y como apodo mola mucho también :D
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