Repasando un libro de David Crystal, he
encontrado una afirmación que me ha hecho pensar otra vez en un
asunto del que ya hemos hablado en este blog con anterioridad.
Tal afirmación tiene que ver con los cambios que se
producen en las lenguas a lo largo del tiempo, y que son precisamente lo que
indica que una lengua está viva.
Dice Crystal que esos cambios, de cualquier aspecto
gramatical, sólo se pueden identificar y analizar una vez que se han producido,
ya que es prácticamente imposible
predecirlos.
Como digo, me he parado a pensar en esto, y más concretamente en los cambios de significado que experimentan a veces las palabras a lo largo de su historia. Y me parece que hay ocasiones en que esos cambios semánticos sí se pueden predecir
o, al menos, verlos venir desde lejos.
Y digo esto porque nosotros, en este blog, ya anticipamos hace tiempo uno
de esos cambios de significado: el de la palabra bizarro.
Como saben ustedes, esta palabra significa (o
significaba hasta hace unos años) valiente, aguerrido, gallardo.
Era una palabra poco usada en la actualidad, pero
desde hace algún tiempo y en algunos ámbitos, se ha vuelto bastante común, aunque con un significado diferente: el de raro o extravagante, que
es el significado que tiene la palabra bizarre en inglés y en francés.
En aquella ocasión señalamos que quizá con el tiempo esta palabra llegase a adquirir "oficialmente" el significado que tiene en dichos idiomas, dado que su uso con el significado foráneo estaba cada vez más
extendido.
En efecto, este significado ha seguido afianzándose en el habla coloquial, y como confirmación de ese uso generalizado, el nuevo
significado ya aparece recogido en diversos diccionarios.
Por lo tanto, me parece a mí que podemos considerar que bizarro ha
adquirido ya definitivamente el significado de extravagante.
Pero no es esta la única palabra que está experimentando un proceso de modificación semántica; vamos, que está cambiando de significado ahora mismo, delante de nuestros ojos. Me estoy refiriendo al adverbio literalmente. ¿No han oído ustedes ya muchas veces frases como “estaba literalmente en las nubes”, o “se subía literalmente por las paredes”, cuando es obvio que nadie estaba en las nubes ni se subía por las paredes literalmente sino figuradamente?
Esto puede resultar irritante para muchos, sobre todo
porque es un cambio que tiene su origen en una interpretación errónea (por ignorancia o por esnobismo) de un
término extranjero. Y resulta difícil admitir que un intruso de esa calaña se instale en
el idioma.
Sin embargo, cuando una palabra hace fortuna y se asienta en el
habla, es como una ola del mar que ha llegado a la orilla.
Pero no es esta la única palabra que está experimentando un proceso de modificación semántica; vamos, que está cambiando de significado ahora mismo, delante de nuestros ojos. Me estoy refiriendo al adverbio literalmente. ¿No han oído ustedes ya muchas veces frases como “estaba literalmente en las nubes”, o “se subía literalmente por las paredes”, cuando es obvio que nadie estaba en las nubes ni se subía por las paredes literalmente sino figuradamente?
Así es: literalmente ya no se usa sólo para referirse a algo que se dice con exactitud, con pleno sentido, sino que está
adquiriendo también un sentido enfático, para expresar una idea de manera exagerada o con
intensidad.
Dicho de otro modo, literalmente adquiere el
significado de en sentido figurado. Curioso, ¿eh?
De
ser así, de consolidarse este uso, como parece que está sucediendo, el término literalmente
se convertiría en un contrónimo, ya saben, esas
palabras que significan una cosa y la contraria.
También es curioso que en inglés está ocurriendo lo
mismo con literally, tal y como indica el Diccionario Oxford, que explica que en los últimos años se ha hecho muy
común un uso no literal de esta palabra, para crear un efecto de
exageración. Y añade que aunque este uso está muy extendido no se considera aceptable
en contextos formales.
Pero más curioso aún es que de este uso “no literal” de
literally ya hay constancia en el siglo XVIII. ¿Estaremos entonces ante
un caso de vaivén lingüístico, que es un concepto que me acabo de
inventar? Es decir, que este nuevo sentido de la palabra sería en
realidad una vuelta a sus orígenes. Y así podría ser, pues sin duda en los misteriosos
mecanismos del lenguaje caben fenómenos de este tipo.
Yo creo que hasta tiempos recientes las palabras, las
expresiones, cambiaban con mucha lentitud, con la lentitud con que evolucionan
los organismos vivos; y que los cambios necesitaban mucho tiempo para difundirse
entre los hablantes; y que las formas nuevas tardaban en consolidarse, en
asentarse en el habla primero y en la lengua escrita después.
Y me da la impresión de que ahora las lenguas
cambian mucho más rápido, como todo. Entre otras razones porque hay un contacto más intenso entre los idiomas (lo cual, como hemos visto, es una de las causas de los cambios semánticos), y la influencia de unos sobre otros es más inmediata. Y porque los
medios de comunicación y las nuevas tecnologías hacen que los usos lingüísticos
–sean o no acertados- se transmitan y se contagien entre los hablantes con
una facilidad extraordinaria.
Yo no sé si esto será bueno o malo ni a qué conducirá,
pero sí sé que es inevitable.
18 comentarios:
Creo que no hace mucho escribiste una entrada que en cierto modo venía a decir algo parecido a lo que dice esta, y creo recordar que contesté algo parecido a lo que contesto ahora: hubo un tiempo en que "bizarro" era valiente; "puntual" quien llegaba a su hora; "testar" era otorgar testamento, y así sucesivamente. Pero gracias a los mediocres traductores que sufrimos hoy en día, cualquier mala traducción del inglés o el francés nos puede llevar a otro "neologismo" pintoresco (o esos giros idiomáticos peculiares que vemos en alguna serie televisiva: Yo "solía quererla" mucho). Aunque no toda la culpa la tienen los traductores mal pagados: la gente tiene su responsabilidad también. Y así va el idioma. Qué le vamos a hacer. Resignación critiana.
De tu interesante exposición yo me quedo con esa afirmación de David Crystal de que es imposible predecir los cambios gramaticales. Ya sé, amiga mía, que eres muy intuitiva, y que te viste venir enseguida la evolución que habría de tener la palabra "bizarro", pero ¿cómo adivinar el movimiento de algo tan dinámico y heterogéneo como es el lenguaje?
Muchísimos besitos.
El idioma cambia con el uso, mas o menos como la vida. Literalmente.
Esos cambios solo los notamos los antiguos (lease los que llevamos mas tiempo sobre la tierra y conocimos la versión original de las palabras), los nuevos solo conocen la versión que se usa en el momento.
El cambio en la manera de expresarse las generaciones a mi me sorprendió hace muchos años cuando se considero normal decir que una mesa o una gabardina eran "guapas".
Ese "¡que guapa!" me alucino. Literalmente.
Por si no te lo he dicho antes, con tus entradas me pasa que es leer la primera linea y no poder dejarlo hasta acabar. Literalmente.
Hola Ángeles,
Mientras te leía me he dado cuenta que para mi y aunque no es una palabra que use mucho, bizarro tenía el significado de raro y extravagante. Me he sorprendido en negativo porque no podía recordar haberla leído en la acepción originaria de valiente, gallardo. Generalmente me acostumbran a chirriar un poco las palabras mal usadas y en este caso para nada, lo tenía identificado como raro.
Creo que la lengua es algo muy vivo y de hecho lo vemos con la permanente introducción de nuevas palabras y esos cambios de significados, aunque algunos me parecen excesivos y alucinantes como ese literalmente para el sentido de figurado, vamos es que no se parecen en nada.
No sé a veces pienso que la falta de lectura hace que nuestro vocabulario se vaya encogiendo, esos usos más ricos y menos frecuentes que se dan en el lenguaje literario con respecto al cotidiano, si no se lee (y se hace muy poco) no se conocen, igual que las variadas acepciones y usos de las palabras.
Me has hecho recordar un libro que disfruté leyendo hace muchos años de Lázaro Carreter que analizaba errores muy habituales del lenguaje que aparecían en los medios de comunicación, creo que lo buscaré por casa para echarle una ojeada de nuevo.
Como siempre un placer aprender contigo.
Saludos
Genial, sencillamente genial y cierto como que soy un zorro pelirojo. La palabra bizarro se veía venir y, como bien dices, quien no quiera admitir que su significado ya ha cambiado es por es voluntariamente ciego. Y si no, que pregunte a gente por la calle. Me gustó mucho también el anterior post, en el que explicabas la palabra y su cambio... ¡tienes que saber tantas cosas interesantes que hasta un blog se te queda corto! :)
Muy interesante la entrada, Ángeles.
Tengo que confesar que yo era una de esas que no le imaginaba otro significado a bizarro más que el de raro, jamás hubiese pensado que significaba valiente (me parece un antónimo) hasta que tú lo dijiste. Así que para mí no ha cambiado de significado... Pero lo de literalmente no me ha gustado nada... Literalmente es... literalmente, no en sentido figurado... y más curioso me resulta que en otros idiomas esté pasando lo mismo con la misma palabra... esto me parece un poco misterioso.
Como han dicho por arriba, quizá los que nos demos más cuenta de los cambios en el significado de las palabras seamos los que más tiempo llevamos utilizándolas (supongo que eso nos convierte en viejos... hablantes, claro). Y me preocupa mucho que el lenguaje escrito se separe del lenguaje hablado... quiero decir, como aquellas cartas oficiales que teníamos que escribir por algún asunto y que nos obligaban a encabezar con un "Excelentísimo señor" y a terminar con "Dios guarde a usted muchos años" (no sé si seguirá siendo así) y que ya no se dice en persona desde hace cien años...
Me gustaría que Conxita fuera tan amable de decirnos el título de ese libro de Lázaro Carreter (me gusta este hombre) para buscarlo; aunque también me da un poco de miedo, porque si el idioma cambia tanto, a ver si esos errores tan habituales del lenguaje ya no se consideran tales... y me sorprendo a mí misma pensando que eran correctos como lo de bizarro por raro...
Cada vez tenemos más medios para comunicarnos y la olas que empiezan en un sitio, como en los estadios de fútbol, terminan por salpicar al resto, enriqueciendo a veces y empobreciendo otras.
Menos mal que está tu blog para aportar cordura al lenguaje :)
Yo reconozco que estas cosas, en principio, me ponen de los nervios, pero resulta evidente que el lenguaje lo utilizan cultos e ignorantes y de la misma forma lo modifican los unos y los otros.
Muy interesante tu entrada.
Rick, empiezo felicitándote por tu buena memoria, porque la entrada a la que te refieres es de hace prácticamente un año.
Y en efecto, era también sobre el cambio semántico, porque es uno de los temas recurrentes de este blog.
Por cierto, la que enlazo en esta entrada es de 2012, nada menos.
Y por supuesto, al igual que en la otra ocasión, estoy del todo de acuerdo contigo en tus apreciaciones sobre las traducciones erróneas, que, en efecto, no siempre se deben a que los traductores trabajen con condiciones leoninas.
Cualquiera, incluidos algunos profesionales de los medios de comunicación, está en su derecho (es un decir) de traducir a la buena de Dios, de crear expresiones tontas, y de utilizar mal el idioma de múltiples formas. Lo malo es que hoy todo lo que se dice y se escribe, sea correcto o erróneo, sea verdadero o falso, se transmite a gran escala y a gran velocidad.
Supongo que lo único que cabe es que cada uno haga lo que pueda por contrarrestar de algún modo el tsunami lingüístico. Aunque solo sea seguir utilizando el lenguaje con propiedad.
Gracias.
Claro, Sara, pero es que ésa es precisamente mi tesis: que los cambios, aun siendo impredecibles, a veces se ven venir. Hasta hace diez o quince años esto era muy difícil, o casi imposible, como dice Crystal, pero ahora es más fácil imaginar el recorrido que puede tener cualquier pequeña agitación que se produzca en el océano del idioma.
Los cambios no son algo que se produzca de golpe, obviamente, y ahora, desde hace un par de décadas, tenemos ocasión de observar ese proceso mientras ocurre, porque se produce de manera visible y dejando constancia, mediante la comunicación escrita de los medios electrónicos.
Gracias!
Así es, Guille, la lengua cambia como la vida porque también es un organismo vivo.
Y es verdad que para percibir los cambios hay que conocer la “versión” anterior, más o menos como ocurre con los sistemas operativos del ordenador :D
Y es que la lengua también es un sistema, claro. Si al final todo es lo mismo: lenguaje, comunicación y vida.
Me encanta lo último que dices. Literalmente ;)
Gracias!
Lo que dices, Conxita, sobre que sólo conocías bizarro con el sentido de extravagante, es significativo. Que personas leídas y cultas, como tú, no conozcan la acepción original de esta palabra quizá indica que es un término ya arcaico, más decimonónico que actual. En ese caso, a lo mejor es bueno que se haya actualizado su uso a través de ese cabio semántico, porque así, aunque sea con otro significado, la palabra sigue viva.
En el caso de literalmente, el cambio no se debe a similitud fonética con otro término, sino a que se interpreta mal su sentido. Significa “en sentido riguroso”, pero algunos lo usan con el sentido contrario, es decir como una forma “metafórica”.
En cuanto a la lectura, pues es como dices: la mejor manera de ampliar nuestro vocabulario (y por lo tanto nuestra capacidad de pensar, porque pensamos con palabras), es la lectura; pero no necesariamente o no sólo de textos literarios, sino cualquier texto, del génetro que sea, escrito con propiedad.
Ese libro de Lázaro Carreter que mencionas es una joya. Conviene tenerlo a mano, sí :)
Gracias a ti. Ya sabes que para mí es un placer y un honor compartir información e ideas con vosotros.
Pues yo, Holden, lo que diga un zorro pelirrojo me lo tomo al pie de la letra, ¿eh? O sea, literalmente :D
Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada, y de que te acuerdes de la anterior también.
Y ojalá supiera tanto como tu amabilidad te hace suponer.
¡Muchas gracias! :)
Muchas gracias, MJ.
Fíjate, para ti, bizarro no ha cambiado de significado, pero literalmente sí. Y por eso no te “enfadas” en el primer caso y sí en el segundo, aunque en ambos se produce el mismo fenómeno de transformación semántica provocado por una interpretación errónea.
Yo creo que esto también demuestra algo, y es que sentimos el lenguaje como algo propio, y no queremos que “nos lo toquen”, nos resistimos a que cambie porque sentimos que es para mal.
Pero imagínate, si ahora viniera alguien de principios del siglo XX se enfadaría con nosotros y diría “¿Pero qué le habeis hecho a mi idioma?!” :D
En cuanto a que en otros idiomas (al menos en inglés, que yo sepa) esté pasando lo mismo con literally, pues es efectivamente un poco misterioso, como dices, pero porque el lenguaje es un misterio en sí y su funcionamiento es universal, es decir, que en todos los idiomas se producen los mismos fenómenos. Y que se produzcan en la misma palabra y al mismo tiempo, quizá tenga algo que ver con esa influencia que ejercen los idiomas unos sobre otros y que es hoy día tan intensa.
El lenguaje hablado y el escrito están separados por su propia naturaleza. Son dos medios diferentes, lengua oral y lengua escrita, y cada uno tiene sus fórmulas, sus códigos y sus registros propios. También el lenguaje hablado está más sujeto a cambios que el escrito.
Por si Conxita no ve tu petición, me adelanto: el libro de Lázaro Carreter al que se refiere es El dardo en la palabra, un clásico, seguro que lo conoces.
Gracias por tu comentario.
Eso es, Metalsaurio, las muchas posibilidades de comunicación multiplican las consecuencias.
Me otorgas un honor que no me corresponde. ¡Pero gracias! :D
A mí me pasa igual, Macondo, me altero un poco cuando me encuentro con ciertas cosas. Pero es verdad, el idioma pertenece a todos y lo usamos todos, por eso las. Y las consecuencias de esto son inevitables, porque no todo el mundo tiene ni los mismos conocimientos ni, sobre todo, la misma sensibilidad lingüística.
Gracias
Yo debo de ser muy conservador porque me disgusta que haya cambios en la lengua. Que sí, que es un organismo vivo y que es inevitable que evolucione, pero me quedo con la sensación de que no es para bien, que se está empobreciendo.
Recuerdo que la palabra blog me parecía feísima y durante un tiempo me negué a usarla, pero como bitácora me parecía algo pretenciosa la terminé adoptando. Con "post" me negué en redondo, para mí son y serán "entradas"
Deberían injertarnos un microchip en la cabeza que nos avisara de los errores en el lenguaje, ¿te imaginas?
"MEEEC, usted está diciendo bizarro cuando lo que quiere decir es extravagante. Bizarro significa gallardo"
Claro, que siempre habría rebeldes que protestarían "¡Yo lo digo como me da la gana!"
"Muy bien", diría el microchip, "pero mi obligación es avisarle. Lo está diciendo mal"
Y no estaría mal una pequeña descarga eléctrica cada vez que dijéramos cosas como "ambos dos" o "mundo mundial" que, por cierto, ésta última, a fuerza de repetirse, parece que ya no es considerada un error sino una liciencia literaria (¡¡??)
¡Que no, que yo implantaba el microchip, literalmente, y todo el mundo a hablar que diera gozo oirnos!
Efectivamente MJ el libro al que me refería de Lázaro Carreter es "El dardo en la palabra" como bien ha comentado Ángeles. A mi me encantó y creo que es una muy buena lectura aunque igual desde que yo lo leí ha salido alguna otra versión más actualizada, tengo que reconocer que ya entonces me llevé sorpresas y eso que no había tantas redes sociales ni móviles.
Muchas gracias Ángeles por tus palabras.
JuanRa, yo creo que todos los que somos respetuosos con el idioma somos en cierto modo conservadores; pero no porque no queramos que cambie, sino porque nos molesta que cambie de manera abrupta y sobre todo que esos cambios se deban a malos usos, a dejadez, a ignorancia.
Lo de “mundo mundial” es como lo de “verdad verdadera”, “malo maloso”, etc. Son expresiones coloquiales, redundancias intencionadas para crear un efecto cómico. Otra cosa es que hagan gracia o no, claro, pero no son errores.
Lo que sería un error es utilizarlas en contextos inadecuados, como los políticos o los periodistas que en situaciones formales (en el parlamento, en una entrevista, en un debate…), utilizan expresiones como la cansina “sí o sí”. O no saben que eso es una expresión coloquial que está fuera de lugar en un contexto formal, o no tienen capacidad de expresarse de otra manera más adecuada, o es que no se toman en serio el medio en el que se encuentran.
A lo mejor lo de tu microchip, para ciertos casos, no sería mala idea, oye :D
Gracias por tu comentario.
Gracias de nuevo, Conxita.
Muchas gracias Ángeles y Conxita por darme el título del libro :-) Sí, lo conozco, pero no lo he leído. A ver si me hago con un ejemplar :-)
Querida Ángeles. Tampoco sé si estos cambios son buenos o malos, pero que me molestan un montón, ya te lo digo. Qué la lengua es un ser vivo que se adapta es algo evidente, y que muchas veces su evolución viene de hablarla mal. También estoy de acuerdo contigo en que ahora hay una mayor interacción entre idiomas, pero también hay mayor ignorancia del nuestro, y eso me pone de muy mal humor. Pero..."adaptarse o morir" ;D. Abrazos.
Así es, Marisa, en muchos casos los cambios lingüísticos se producen a partir de un error, de alguna corrupción de las formas.
Lo que pasa es que, como decimos, ahora parece que esos cambios se producen con más rapidez y frecuencia, y somos más conscientes de que eso pasa y nos parece que es menos natural, y creo que por eso nos afecta "emocionalmente".
Gracias como siempre por tu visita y tus opiniones.
Abrazos.
Efectivamente, por más que a algunos les desagrade (en especial si conocen el significado de una palabra en su lengua) esos préstamos que se toman de los significados de esas mismas palabras en otras lenguas, es inevitable.
La cosa suele empezar en los medios de comunicación cuando algunos por demostrar erudición o que saben inglés, u otro idioma, empiezan a utilizar en español esas palabras con el significado que tienen en el otro idioma. Luego muchas personas comienzan a imitarles, bien porque desconocen el significado de esa palabra en su propio idioma, bien porque les parece muy "guay" expresarse así. Da un poco de pena pero, como tú dices, es inevitable. Tal vez, literalmente bizarro.
Eso creo yo, Lan, que la ignorancia de unos y el esnobismo de otros; la falta de rigor y el querer resultar muy "guay", son el origen de esas insensateces lingüísticas que circulan y que muchos -también por ignorancia o por esnobismo- repiten como si no hubiera otra forma de decir las cosas.
Y es, en efecto, inevitable y bastante "bizarro" (con perdón).
Gracias.
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