sábado, 1 de junio de 2019

Yo qué sé, qué sé yo


Hay preguntas que no deberían ser tales. Es decir, preguntas que a nadie debería ocurrírsele formular. Porque la respuesta es tan obvia y a la vez tan complicada, que el preguntado puede verse arrastrado a una especie de espiral en la que giran y giran mil respuestas pero es muy difícil atrapar una sola.

Son esas preguntas que nos pillan desprevenidos, a contrapié; auténticas quisicosas  de esas que dan ganas de esquivar con un socorrido “y yo qué sé”. Que fue, por cierto, lo primero que me vino a la cabeza, cuando, hace poco, me preguntaron: “¿Tú por qué escribes?”

A mí me parece que hacerle esa pregunta a quien escribe  es lo mismo que preguntarle por qué respira o por qué duerme. La respuesta parece elemental: porque no me queda otro remedio. 
Por eso, cuando me preguntaron, mi respuesta inmediata fue: "Porque no puedo no escribir". 


Pero, claro, hemos dicho que las respuestas a este tipo de preguntas son a la vez obvias y complicadas, y es que detrás de la respuesta básica hay algo más.
Respiramos porque  no nos queda otro remedio, sí, pero ¿por qué no nos queda otro remedio?, podrían preguntarnos después. Y entonces diríamos: “Porque soy un ser vivo aeróbico, y como tal necesito introducir oxígeno en mi cuerpo y expulsar dióxido de carbono para seguir viviendo.”

Del mismo modo,  si escribimos porque no nos queda otro remedio será por algo.  Si, al  igual que respirar, escribir es un impulso natural e irresistible,  alguna explicación tiene que haber.  
Y esa explicación es la que intentamos encontrar cuando queremos  profundizar un poco en nuestra respuesta. Y aunque sea con ideas algo imprecisas, podríamos razonarlo, diciendo, por ejemplo:  “Porque me ayuda a conocerme a mí mismo”; o “Porque así pongo orden en el caos que me rodea”; "porque en la ficción me siento más segura que en la realidad"; “porque es un intento de comprender el mundo y la vida”;  “porque amo la literatura y trato de conquistarla”…

Cada uno encontrará su porqué personal e individual, el motivo que explique esa necesidad de expresarse por escrito; pero creo que, a fin de cuentas, la razón última y común es en realidad la que implica la respuesta elemental: que escribir es nuestra manera de seguir viviendo, porque no se puede vivir sin respirar.



Carl Spitzweg. El poeta pobre (1839)

  

18 comentarios:

Sara dijo...

Lo que apuntas puede ser la prueba fehaciente de que sí existen las preguntas no sé si indiscretas o tontuelas.

Has descrito a la perfección todas las razones que habitan en el alma del escritor amateur; no sé yo si el profesional de la escritura mantiene esa pureza, sobre todo, cuando el mundo relacionado con la literatura profesional toma derroteros cada vez más circenses.

La pintura de “El poeta pobre” me ha recordado a un programa de Chicho I. Serrador sobre la vida de E. A. Poe. Fíjate, en una etapa de su vida, el genio escribía en una casa plagada de goteras.

Millones de besos, Ángeles.

guille dijo...

Escribo por la misma razón que vivo, porque me gusta.

Vivir no acaba de depender de mi.
Escribir si.

Las razones que pones para escribir se las he oído todas a amistades que escriben.

Albada Dos dijo...

Es que hay preguntas cuya respuesta no es fácil. Escribir puede ser una manera de evadirse, o al revés, de encontrarse. Cuando uno se acostumbra, lo difícil es no escribir

Un abrazo y por textos que salgan de alma

TORO SALVAJE dijo...

Escribo para no matarme.
Terapia vital.

Besos.

Macondo dijo...

Es una pregunta que da un poco de tristeza. Despierta curiosidad que alguien escriba, porque es raro. A nadie se le ocurre preguntar "¿por qué no escribes?" o "¿por qué no lees?" o "¿por qué no haces cosas más provechosas y amenas que tragarte esos bodrios de la televisión?

Rick dijo...

¿Por qué se tiene una afición? Pues porque se ha nacido con esa predisposición y luego la conciencia de ello más los factores externos (benévolos o no) nos han inclinado definitivamente hacia ella. Digo lo de "benévolos o no" porque en muchos casos esa afición puede hacerse igual de importante que el respirar: hay mucha gente para la que su afición es el refugio espiritual que lo mantiene a salvo del horror que siente ante la realidad diaria.

En cualquier caso, es un poder que nos atrae irremisiblemente. Y luego ya se puede matizar la segunda escala de porqués: que si la belleza de la obra, o su perfección técnica y artística... El tercer plano, el que tú describes, es si somos únicamente pasivos o si necesitamos escribir o pintar o lo que sea por una necesidad expresiva, porque nos creeemos con cualidades... Cada uno es cada uno y él sabrá.

Y si alguien ajeno a todo esto viene y te pregunta este tipo de porqués, probablemente nunca podrás expresarlo con la claridad suficiente como para que lo entienda. No es de tu planeta.

Conxita C. dijo...

Respuestas obvias y complicadas me parece una excelente manera de definir la dificultad en responder al ¿Por qué escribes?
Aunque de acuerdo con Macondo casi se podría preguntar al otro ¿Por qué no escribes? y al preguntarle igual se daba cuenta que para nosotros (aquellos para los que escribir es una parte de lo que somos) la rareza está en los que no escriben.
Escribo por muchas de esas razones que comentas pero sobre todo porque escribir forma parte de mi y me hace feliz hacerlo. De hecho el blog solo hace público lo que siempre había sido privado.
Besos

Eme dijo...

Yo creo que la pregunta más que tonta, ingenua, rara, o todo lo que se pueda decir, incomoda o descoloca porque nos enfrenta a tener que buscar una respuesta.

Y fijate que al final la tuya no es tan obvia, uno puede intuir, por tu manera, tu dedicación, pero no, saber a ciencia cierta que, para vos, escribir es tan vital como respirar.
Me gusta leerte, sos tan clara como el agua.

A unos los salva, a otros simplemente les gusta hacer literatura, como un pasatiempo, incluso como un trabajo, y tantas razones más.

A mí me gusta plasmar instantes. Rescatar lo efímero. Morderme la punta de los dedos.

Qué se yo y yo que sé.

Te dejo un abrazo.

Ángeles dijo...


No sé, Sara, si esta pregunta es tontuela o indiscreta, pero sí que existen preguntas así :D

Es interesante lo que señalas sobre los escritores aficionados y los profesionales. Creo que ahí hay tema suficiente para un buen debate.

Y en cuanto a Poe, ojalá las goteras hubieran sido su único o su mayor problema…

Besos, y gracias, como siempre.


Pues sí, Guille, en muchos casos escribir y vivir viene a ser lo mismo, inherente lo uno a lo otro. Y las razones, pues eso, más o menos las mismas para todos, las expresemos de una forma o de otra.

Gracias.


Albada, lo que dices me ha recordado una frase sobre la lectura, que se puede aplicar también a la escritura: que es una huida, no de la realidad sino hacia la realidad.
Y desde luego, lo difícil es no escribir cuando es algo que sale del alma.

Gracias.
Un abrazo.



Vaya, Toro, me dejas impresionada con esa contundencia.
Bendita terapia, no la abandones nunca.

Besos.


Macondo, no se me había ocurrido que la pregunta pudiera dar tristeza, pero si implica lo que dices, sí que resulta un poco triste.
Pero es verdad, hay cosas que se tienen por “naturales”, y otras que no lo parecen tanto. A mí me han mirado con incredulidad muchas veces, pero no por escribir, sino por otras cosas, como por ejemplo por no tomar alcohol. Y claro, también me preguntan por qué.

Gracias.


Rick, eso es lo que yo creo que se debería sobreentender: que se tiene una inclinación natural. Aunque creo que lo de escribir, llegados a cierto punto, es algo más que una afición; más bien una necesidad, un impulso, una vocación. Como bien dices, para muchas personas es una salvación. Casi nada.

También estoy de acuerdo en que hay cosas que no se pueden explicar con claridad o sencillez. Hay cosas que o se entienden o no se entienden, porque se comparten o no. Salvo que nos pregunten precisamente para obligarnos a meditar sobre ello y hacer un esfuerzo por racionalizarlo. Que creo es lo que nos está pasando aquí ;)

Gracias como siempre por tus reflexiones.


Conxita, ésa es otra manera de explicarlo: porque es parte de nosotros, así de sencillo. Pero creo que quien no sienta este impulso tampoco lo entendería. Hay cosas que, como venimos diciendo, no se explican, sólo se sienten o no se sienten. Y entre nosotros nos entendemos ;)

Besos.


Es muy atinado lo que dices, Eme: la pregunta nos desconcierta porque nos obliga a buscar una respuesta, a meditar sobre algo en lo que quizá no nos hemos detenido mucho a pensar. Y de hecho, ése es el origen de esta entrada: la reflexión a la que me llevó la pregunta.
El problema sigue siendo que, como también dices, para dar una respuesta medianamente certera o ajustada, hace falta extenderse un poco y explicar cosas que quizá a nosotros nos parecen obvias.

Muchas gracias, eres muy amable.
Un abrazo.

*entangled* dijo...

¿Por qué escribimos? ¿Por qué escribe la gente? Mmmm… Interesante… Una buena pregunta, una auténtica carga de profundidad.

Considerando que todos los desastres que nos muestra la historia de la humanidad se deben con frecuencia a algo que alguien escribió, me pregunto si no hubiera sido mejor que los autores de algunos textos (no los voy a citar, pero seguro que los imaginas) hubieran dedicado sus manos a tareas más prácticas, tales como plantar lechugas o extraer minerales.

Las razones que citas son un poco tipo recurso, respuestas que figurarían en el manual «Qué responder cuando te pregunten por qué escribes». Pero, ¿de verdad la gente escribe para conocerse a sí misma? ¿O por amor a la literatura? Puede haber casos, pero yo no estoy muy seguro.

Yo escribo cosas —y tengo el morro de mostrarlas en público— por una razón muy tonta: Siento la necesidad de poner en un soporte externo todas esas ideas que van y vienen por mi cabeza, fijarlas, solidificarlas, como cuando se echa laca con un spray a un dibujo a carboncillo: Para que no se borre ni tampoco nos tizne. Cuando está todo ahí puesto, ya puedo pasar a otra cosa.

Pero la verdadera pregunta no es por qué alguien escribe, sino por qué cree necesario enseñárselo después a los demás. Para ganarse la vida, por vanidad, &c. &c. Y por eso el escribir no es ni bueno ni malo, a pesar de que a todo el mundo le parece una buena idea: «Oh, ¿escribes? qué bien, que creativo y profundo, cómo mola».

No. La literatura, o mejor dicho, el escribir, me recuerda cada vez más a una frase, creo que de Simon Critchley hablando de Samuel Beckett (no voy a mirar ahora en Google) y que dice más o menos así: «…la literatura constituye un pecado contra el silencio… Escribir es un acto perfectamente inútil, que surge de nuestra incapacidad para sentarnos en una habitación sin hacer nada».

Saludos.

TORO SALVAJE dijo...

... y para recoger besos.

:P

Beauséant dijo...

La duda con esas preguntas es sí de verdad quién las hace tiene un interés genuino o lo hace cómo un entomólogo que quiere clasificar bichos y ponerles una etiqueta. Conozco mucha gente así, tienen cajones organizados y están deseando meterte en uno, si tienes hijos, si trabajas y dónde... y cuando tienen todo eso, zas, al cajón...

pero en el fondo les importa una mierda lo que digas..

quizás tengo un día torcido, no me hagas mucho caso ;)

Ángeles dijo...


entangled, yo sí creo que se escriba por algunas de esas razones que doy (que no son necesariamente mis razones). No sé si habrá muchos que digan “voy a escribir para concerme mejor”, así, de forma premeditada, pero sí creo que algunos textos que escribimos dicen cosas de nosotros mismos de las que no éramos conscientes.

Y en mi caso particular, sí, una de las razones por las que escribo es por puro amor a la literatura: porque leer la literatura que me gusta, que me emociona, que me entusiasma, me hace querer escribir yo también, probar, indagar en los mecanismos del lenguaje para dar forma y orden a las ideas, a los pensamientos, a las sensaciones.

Que me parece que es también lo que dices tú: “fijar y dar soporte” a las ideas, que son volátiles, para ordenarlas y que dejen de darnos vueltas por la cabeza, y “a otra cosa”. Y enseñarlo a los demás creo que es el siguiente paso lógico, seguramente porque necesitamos compartir nuestros pensamientos, porque está en nuestra naturaleza el comunicar a otros lo que tengamos dentro. Y también está la vanidad, que, con moderación, es también parte de nuestra condición humana. Necesitamos sentirlos valorados, es un mecanismo de supervivencia psicológica.

Otra cosa es el que escribe con intenciones puramente mercantiles, a ver si le sale un bestseller o algo por estilo. Pero ese es otro tema. Aquí nos referimos a escribir sin más, sin grandes pretensiones. Por eso estoy de acuerdo también en que escribir no es “ni bueno ni malo”, sino simplemente necesario. Y en cuanto a la cita de (tal vez) Simon Crichley, no me parece que sea nada negativo esa incapacidad para no hacer nada, al contrario ;)

Un saludo, y muchas gracias por tu comentario, as usual.



Toro, esa razón mola más :D


Supongo, Beauséant, que sí, que también habrá quien nos pregunte no por verdadero interés sino solo para saber en qué cajón meternos. Y luego, tal vez, decir como Hommer Simpson: “Escribir es de listillos” :D

Si me dices que no te haga caso, y yo sí te hago caso, ¿estoy haciéndote caso al no hacerte caso? :D
(No me hagas caso).

Amapola Azzul dijo...

Yo a veces escribo por necesidad de escribir, aunque reconozco escribir poco.

Besos.

Lindo blog.

Ángeles dijo...

Hola, Amapola Azzul, me alegra verte por aquí.

Sí, se escriba mucho o poco, la necesidad existe :)

Gracias!

Marisa C dijo...

Para mí, el motivo por el que escribes no me importa tanto como el que lo hagas. Eso sí, lo valoro muchísimo porque es el motivo de que pueda encontrarte por aquí. Sea lo que sea, que permanezca mucho tiempo. Abrazos

Ángeles dijo...


Muchas gracias, Marisa, qué amable eres y qué bonito lo que dices.
Ojalá no te canses de seguir viniendo!

Abrazos.

MJ dijo...

¡Menuda pregunta! Y todas las respuestas que das son magníficas y reales, pero no se si el que pregunta semejante cosa es capaz de comprenderlo. Cómo han dicho en otros comentarios, lo suyo seria preguntarle por que no escribe él.
Siempre comento que me dan un poco de pena las personas que no tienen inquietudes artísticas de ningún tipo... pero quizá, yo también le de pena a ellas por tenerlas...