Las
palabras son algo tan cotidiano, tan nuestro, que no siempre somos
conscientes de lo que verdaderamente
son. Están ahí, a nuestra disposición, y las utilizamos como el aire que
respiramos, sin pararnos a pensar en que son imprescindibles para la vida. Para nuestra vida personal.
Las
palabras nos permiten hablar de las cosas, y cuando las
cosas tienen un nombre, cuando podemos encerrar un concepto en una palabra,
como un genio en una lámpara mágica, nos parece que tenemos cierto dominio de
la cosa en sí.
Por eso cuando
se trata de ideas, emociones o sensaciones es cuando más necesitamos las
palabras, y sobre todo si son emociones que nos aquejan el estado de
ánimo.
Hablar de esas sensaciones y compartirlas es beneficioso, pero además, si esa aflicción tiene un nombre específico nos parecerá menos amenazadora: en
primer lugar porque si tiene un nombre es porque otros la han experimentado
también, lo cual es un alivio. Y en segundo lugar porque si se le ha puesto un
nombre es porque esa emoción ha sido analizada, diseccionada y se han
descubierto algunos de sus secretos. Y así se vuelve menos misteriosa, menos
confusa.
Un
simple nombre nos da tranquilidad. Tal es el poder de las palabras.
El
mundo intangible de nuestras emociones parece ser tan vasto como el universo
físico en el que habitamos. Tan grande y tan complejo que hay muchas,
muchísimas de esas emociones y sensaciones que aún no tienen nombre, y con frecuencia ni siquiera sabemos definirlas, tan complicadas e
intrincadas son.
Y
pensando precisamente que hacía falta “dar un
nombre a emociones que todos podemos experimentar y para las que no
tenemos palabras”, el diseñador gráfico John Koenig creó hace unos años un
blog-diccionario, llamado The Dictionary of Obscure Sorrows.
Las
palabras de este diccionario de aflicciones indescifrables son
creaciones propias de Koenig, que las diseña combinando palabras y
prefijos de diversos idiomas, especialmente del griego.
Así
ha creado, por ejemplo, la palabra kairosclerosis,
para denominar “el momento en que
te das cuenta de que eres feliz y tratas de saborear la sensación”.
Koenig ha creado esta palabra a partir del
griego kairos, "el momento
oportuno” y sclerosis, “endurecimiento, consolidación”.
O zenosyne, que es la sensación de que el
tiempo pasa siempre muy rápido.
Esta
palabra deriva del griego zeno (en referencia a Zenón de
Elea y sus paradojas sobre el tiempo, el espacio y el movimiento) y mnemosyne
(la personificación de la memoria en la mitología griega).
El
diccionario de Koening contiene palabras que a mí me resultan muy poéticas, como
poéticos son los conceptos que encierran. Por ejemplo:
vellichor:
la extraña melancolía que producen las librerías de segunda mano.
opia:
la ambigua intensidad que se produce al mirar a alguien a los ojos.
dès
vu: la conciencia de que algo se convertirá en un recuerdo.
kenopsia:
la sobrecogedora atmósfera de un lugar que normalmente está lleno de
gente, en el momento en que está vacío y
en silencio.
Hay
también definiciones muy complejas, como la de gnossienne que denomina “el momento en que nos damos cuenta
de que alguien a quien conoces desde hace años tiene una vida interior que
desconoces, y de que en los rincones de su personalidad hay una puerta cerrada
desde dentro, una escalera que lleva a un ala de la casa que nunca has
explorado del todo, un ático que permanecerá ignoto para ti.”
O la de chrysalism, que es "la amniótica tranquilidad de estar bajo techo durante una tormenta, escuchando las rachas de lluvia golpeando el tejado, como una discusión en el piso de arriba, cuyas palabras amortiguadas resultan ininteligibles pero cuya liberación de tensión acumulada entiendes perfectamente."
Y hay otras que se
refieren a sensaciones que es fácil que experimentemos cada día, como:
moledro: la sensación de conexión con un escritor o
artista al que no conoces, que puede haber vivido hace siglos y a miles de
kilómetros de distancia.
sonder: la conciencia de que cualquier persona que
pasa por nuestro lado tiene una vida tan real y compleja como la nuestra.
liberosis: el deseo de preocuparse menos por las
cosas.
En
el diccionario de Koenig yo personalmente he encontrado una cuantas palabras
que me parecen muy útiles y prácticas. Pero no sé si en él encontraré las palabras correspondientes a ciertas
sensaciones para las que sigo necesitando un nombre.
Una de esas sensaciones es
la impresión de que podríamos “rebobinar” el tiempo unos segundos, para evitar
un gesto que acabamos de hacer, una palabra que acabamos de pronunciar; la
sensación de que eso de lo que nos arrepentimos al instante lleva tan poco
tiempo en el mundo que no ha podido consolidarse y por eso tendría que ser
fácil eliminarlo; que con un pequeño esfuerzo podríamos empujar el tiempo hacia
atrás y repetir el instante de otra manera.
¿Cómo
se llama esa sensación?
Y ustedes, ¿necesitan un nombre para alguna sensación en particular?
23 comentarios:
Tiene pinta de ser algo genial, igual me lo intento leer y todo. Creo que neceisto más liberosis. Oye, en serio, una idea genial la de este diccionario.
Me ha encantado la palabra "dès vu"; quizá porque encarna maravillosamente algo que me sucede con frecuencia.
La verdad es que si el diccionario de Koening es interesante, no lo es menos tu entrada sobre las palabras y las emociones. Me ha recordado que un día quise ser psicóloga y ahora tengo la sensación de que hubiera sido feliz con ello. ¿Cómo le llamamos a esto?
Besitos
¿Y esa sensación, de la que un día hablamos, de querer estar siempre en otro lado o haciendo otra cosa o haber dedicado tu vida a otra cosa? ¿Cómo se llama exactamente esa frustración y a la vez ese deseo?
Y refiriéndonos a otras emociones ¿Cómo se llamará esa contradicción entre el deseo de conocer a alguien y la seguridad de que ese conocimiento no puede traer más que frustración?
¡Vaya tela! ese diccionario debe ser inagotable.
carlos
Pienso, algunas veces, en las comidas que se hacen en casa, en las comidas que se elaboran con esmero, con detalle, en esas comidas que hacía mi madre o mi abuela o yo mismo algunas veces. Hoy tendemos a sustituir todo ese proceso laborioso por comprar algo prefabricado.
Creo que en los relatos sucede algo parecido y, seguramente, serían menos buenos y menos descriptivos y humanos tales relatos si, además de las palabras que ya tenemos, nos ahorráramos las descripciones con esas palabras "precocinadas". Pero no por esto quito mérito alguno a los que hacen esos curiosos diccionarios con ellas, lo mismo que no se lo quito a las empresas que cocinan por nosotros pero, sin embargo, en literatura me quedo con lo de siempre.
No obstante, te felicito por tu artículo y por tu búsqueda de cosas curiosas y sorprendentes que, aparte de opiniones personales, nos deleitan a todos.
Gracias, Ángeles.
Holden, me alegro mucho de que te haya gustado el diccionario. Es en verdad un proyecto interesante.
Gracias.
Muchas gracias, Sara :) me alegra mucho que te haya gustado, y también que hayas encontrado una palabra útil para ti.
Besos.
Pues sí, Carlos, parece que la cantidad de sensaciones para las que necesitamos nombre es infinita. ¿Será que además de seres pensantes somos seres sensacionales? ;) Y contradictorios también, sí.
Gracias.
Muchas gracias, Soros :)
Yo también creo que estas palabras, por ser prefabricadas, una especie de “esperanto de las emociones”, no llegarán a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano ni del lenguaje literario. Pero como creación intelectual, artística y lingüística me parece que tiene mucho mérito y es muy interesante.
Extraordinaria entrada, Ángeles, como siempre. Me ha parecido una auténtica maravilla la idea de este diccionario... hay tantas sensaciones inexplicables. Yo coincido contigo en esa sensación de: "por qué no me habré callado a tiempo"; aunque "bocazas" se le acerca bastante, no tiene ese halo poético de los términos de Koening. Abrazos.
Contra las palabras nuevas es imposible luchar. Desconocemos una gran parte de las palabras viejas pero, lo nuevo, se impone. Y no digamos ya de esas palabras o expresiones, antes nunca oídas, que ponen de moda los periodistas sacándolas de otros idiomas y acoplándolas al nuestro. A los cuatro días parece que las hemos dicho siempre.
Es la evolución natural de las lenguas, (“Langue et parole” de Ferdinand de Saussure), y teóricamente hay que resignarse. Sólo que ahora ambas, palabras y expresiones, son aupadas al vocabulario común por los medios de comunicación que, por su difusión y por su audiencia, multiplican el efecto de las “palabras nuevas”, que dicen unos pocos, sobre el sentir colectivo. Y cuando queremos darnos cuenta estamos todos usando expresiones y palabras que no existían, que nadie ha necesitado nunca, pero que unos pocos han puesto de moda por su prurito en hablar de un modo diferente. Y los demás, en nuestro afán por estar al día, repetimos.
El “lexinpacting” está de moda. ¡Qué hiper super mega guay!
Pero tú artículo es curioso y seguro que has empleado tiempo en él. Lo que digo no está dirigido al artículo, sino a nuestro absurdo apego a todo lo que suena diferente, a nuestro deslumbramiento por toda novedad.
I beg your pardon!
El sentimiento que describes se podría llamar retroanabiosis (algo así como «volver a vivir desde el pasado»).
Se me ocurren tres sentimientos descritos por expresiones en francés que bien merecerían tener un nombre:
L’Esprit de l’escalier: La sensación de que podríamos haber respondido de forma pertinente o dicho algo ingenioso pero se nos ha pasado la ocasión.
Jamais vu: Lo contrario de deja vu: Estamos seguros de que eso no nos ha ocurrido antes.
État second: Estado de inspiración, rapto creativo en que escribimos de forma casi automática y luego apenas podemos creer que hayamos escrito tales cosas.
Curiosamente, las Gnossiennes son también un conjunto de composiciones breves de Erik Satie muy adecuadas a la definición de Koenig. Búscalas en YouTube si te gusta el piano.
Una entrada sugerente e interesante, como de costumbre. Saludos.
Me voy a unir a esa inventiva de Koenig con un término que hace muchos años ya empleábamos un amigo y yo. Viviendo un momento que estábamos seguros recordaríamos en un futuro, decíamos que era futunostalgia. Ahora al leer lo de "dès vu" me ha venido a la mente, si bien hay un matiz distinto en nuestra palabra y es estar seguros de que ese recuerdo nos producirá un sentimiento de añoranza.
Todo esto de leer blogs y comentar y relacionarnos con otros compañeros que también escriben, es hoy futunostalgia.
Me he identificado con varias de las sensaciones aquí descritas, y conforme las leía iba asintiendo con la cabeza. Asentimiento sobre sentimientos. ¿De aquí Koenig sacaría otra palabra? ¿Asentisentis?
Se me ocurre que esa sensación de la que hablas, del deseo de que algo que acabas de decir o hacer se pudiera borrar, se podría llamar "deletear"
Como resulta poco chic, mejor si le damos un toque francés, así que podría sustituirse por "deletesse".
Bueno, si te parece una tontería hagamos un deletesse y no consta en acta, ¿vale?
Ah, ¿y el deseo de aparecer en otra época, de revivir algo que ya sucedió? Bueno, eso sí tiene un nombre, y en Amanece que no es poco era muy habitual: "hacer flashback". Pero seguro que Koenig lo llamaría "Volahistoire"
Me despido por hoy con nuevos conocimientos que me abruman. Yo iba tan tranquilo por la vida sin saber que soy ¡¡un chrysalista vellichoriano de tomo y lomo!! :D
Muchas gracias, Marisa :) y me alegro mucho de que te guste la idea del diccionario.
Sí, sin duda “bocazas” no es una palabra muy poética, je,je. De todas formas, no me refiero al arrepentimiento por haber dicho algo, sino a la sensación de que podría eliminar un instante, echarlo hacia atrás y repetirlo de mejor manera.
Un abrazo.
Gracias, Lan. Estamos de acuerdo, y creo que ya lo hemos comentado otras veces, respecto a esas palabras y expresiones que se ponen de moda de pronto y que resultan un poco cargantes, sobre todo porque se repiten de manera cansina y parece que no se puede decir de otra manera lo que ahora se dice así. Se trata, en teoría, de ser original y hablar de manera diferente, y al finalacaba todo el mundo hablando igual. Adiós originalidad. Pero viva el leximpacting :D
Y agradezco la aclaración, pero no hacía falta.
Un saludo
*entangled*, me ha encantado el término retroanabiosis. Suena científico y melódico a un tiempo. Me lo guardo :)
Y me guardo también las Gnossiennes de Satie, thank you.
También son muy interesantes esas emociones que nombras en francés. Yo tenía una amiga que sufría con frecuencia l’esprit de l’escalier, y cuando digo "sufría" no lo digo por decir :D
Y yo hace tiempo que deseo tener un état second...
Muchas gracias. Un saludo.
JuanRa, ya veo que tu amigo y tú os adelantasteis a Koenig y además con más matices ;)
Pero sobre todo veo que lo de inventar palabras se te da muy bien. Como se entere Koenig, una de dos: o te boicotea o te contrata, según le pille el día :D
Ah, ya sabía yo que te ibas a sentir identificado con el chrysalism y el vellichor. Y con la kenopsia también, ¿a que si?
El diccionario Koening parece curioso para palabrófilos, yo ya tengo bastante con intentar ampliar el castellano. Kairosclerosis no me convence precisamente por utilizar el endurecimiento, como en la arteriosclerosis con sus graves consecuencias. Quizá podría utilizarse para otros endurecimientos pero para "ese momento de felicidad atrapada" me resulta más sugerente Kairoskarma, más musical y etérea,je,je.
Gracias, Gerardo. Es verdad que lo de "sclerosis" suena a cosa mala, pero, pero bien mirada, la idea de solidificar o consolidar un momento de felicidad es algo muy bonito, ¿no? :)
Un saludo.
Si, pero está más relacionada con el endurecimiento o solidificación y sigo pensando que esos momentos son más volátiles y no se pueden consolidar. La fugacidad de una flor o ... de la vida. Por cierto que también se puede decir aterosclerosis, derivado de la placa de ateroma.
Interesantísimo, tanto el diccionario como tu entrada. Me han llamado la atención varias palabras, pero mucho más tu idea de que algo que acaba de suceder puede "rebobinarse". Sí, es un concepto muy interesante y tendríamos que ponerle nombre.
Claro, Gerardo, no se pueden consolidar ni solidificar esos momentos. La palabra de Koenig no se refiere a la posibilidad sino al deseo de retener esos momentos en nuestra conciencia, precisamente porque son volátiles.
Y es su volatilidad, por cierto, lo que os hace tan valiosos.
Muchas gracias, MJ, te agradezco mucho lo que dices :)
Y ya ves que tanto *entangled* como JuanRa han ideado sendas palabras para la sensación que describo :)
LIberosis, toda una vida conviviendo con ella sin conocer su nombre...
Me alegra, Pedro, que hayas encontrado una palabra que te viene bien :)
¡¡ ¿Como no iba a venir? !!
No solo me ha encantado, es que en cuanto tenga tiempo (no será hasta el lunes) voy a recorrer ese diccionario palabra a palabrita.
Algunas de sus palabras forman parte de mi vida;
Kairoesclerosis, claro.
Des vu, siempre
Chrysalism es una encantadora sensación de confort.
Molendro; tantas veces.
Sonder; siempre, siempre...cuando viajas y por la ventanilla ves a alguien en un páramo ¿como vivirá el día a día?
Una gozada leerte.
Para tu sensación y tirando de lo simple: "ipsoback"
jajajajajajaja atrevido que es uno
Qué bien, Guille, me encanta que te haya gustado :)
Las palabras que pongo como ejemplo no las elegí al azar, ya te imaginarás, por eso me gusta que los lectores las encontreis útiles o las hayais experimentado.
Gracias!
PD:"Ipsoback" mola! :D
¡He disfrutado muchísimo leyéndote!
Hola, Finca Lo Arrabal!
Cuánto me alegro de que te haya gustado.
Muchas gracias!
Me parece un diccionario precioso, único.
Para tenerlo a mano y buscar la palabra sublime que designa esa sensación o emoción que sentimos y nunca hubiésemos imaginado que podíamos describir.
Mar
Hola, Mar!
Me alegro mucho de que te haya gustado.
Y ya que dices que es "para tenerlo a mano", puedo decirte que próximamente se va a publicar la versión material de este precioso diccionario virtual.
Gracias por pasar por aquí.
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