lunes, 5 de octubre de 2009

Jaime Urrutia: desafiando la lógica

Ya dijo el sabio que el tiempo es relativo, y debe de ser verdad. O eso, o Jaime Urrutia y sus magníficos Corsarios tienen el poder de alterar su curso.
Lo digo porque el concierto que dieron el viernes pasado en el Auditorio de la Diputación de Málaga duró, teóricamente, una hora y media, la que va desde las 20’30 hasta las 22’00. Pero a mí –y creo que a todos los presentes en el evento- me pareció que entre el comienzo y el final sólo pasaron diez minutos.

Pero además del poder de comprimir el tiempo y hacer que pase en un pispás, tienen otro: pueden conseguir que una persona –en este caso yo- empiece a sonreir a plena potencia en cuanto asoman por el escenario, y no cambie mi expresión hasta que se van.
Porque las canciones de Jaime Urrutia tienen el don de producir en mí felicidad y alegría, hasta la más triste o melancólica.
Tampoco esto parece muy lógico, pero así es. Supongo que tendrá que ver con el gozo y la emoción que produce la mera contemplación -o audición- de lo que está hecho con maestría y talento, con elegancia y con gracia.







La cuestión es que yo siento la misma cantidad de felicidad –mucha- con Castillos en el aire que con La fuerza de la costumbre, por ejemplo, siendo la una un canto al optimismo, la esperanza y la capacidad de soñar, y la otra una canción intimista, que habla de intenciones, principios y afirmación de uno mismo, con un aire algo sombrío y melancólico.
Por cierto, la interpretación de esta canción en el concierto del viernes fue apabullante. Sobrecogedora.

Algunos amigos me dicen que parece que yo no escucho más música que la de Jaime, y que no me gusta ningún otro músico ni ningún otro grupo. Y no andan muy errados, ciertamente. Pero esto tiene una explicación muy fácil: en las canciones de Jaime Urrutia está todo. Están todos los estilos, todos los temas, todas las sensaciones, todos los puntos de vista... así que no necesito escuchar nada más. Ahí lo encuentro todo.

Y sin embargo, a pesar de esa diversidad de asuntos y estilos, sus canciones tienen todas ellas algo en común, esa cosa misteriosa que es como el espíritu: se sabe que existe, se nota su presencia y se percibe su efecto, pero es algo imposible de definir y que sólo se capta con el corazón.
Será eso que llamamos carácter, o personalidad, que se presupone en los artistas, pero que en realidad muy pocos tienen, y que distingue y hace valioso a quien lo posee.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces ocurre que admiramos tanto a otra persona que cuando estamos cerca el tiempo pasa sin que nos demos cuenta, a veces es una película, una afición, un libro quien nos inspira estos "saltos en el tiempo"... Jaime tiene un gran talento, y por eso produce este efecto en muchas personas. Hay que ser un artista excepcional para inspirar eso, pero también hay que ser una persona muy especial para apreciarlo y sentirlo con tanta fuerza.
MJ

Ángeles dijo...

Muchas gracias, MJ.

Anónimo dijo...

Respecto a lo relativo del tiempo esta mañana, en un blog que visito, he leído una frase que dice "la duración de un minuto depende del lado de la puerta del váter en el que estés". Y que gran verdad, sobre todo si te has metido algo para leer en él, o si te haces mucho pis.
Pero bueno dejemos los temas escatológicos.
Como te dije, Jaime Urrutia y sus grupos son de mis preferidos aunque no soy un entendido como tú y por ejemplo aunque sabré cuál es, no reconozco la música de "Castillos en el aire" pero si que estoy contigo que JAime sabe hacer música de todos los estilos adaptándolos a pop rock: Que si un "cha, cha, cha," que si un pasodoble o esos otros que no sé definir, y lo hace genial y le salen maravillas.
Lo malo que tiene, por lo menos en el concierto que hizo en mi pueblo, es que estaba muyyy serio Fíjate que hubo algún problema de sonido y el hombre, y ahí reconozco su profesionalidad, porque le preocupaba dejar el pabellón alto aunque fuera en un pueblucho, cogió un enfado de cuidado que no supo disimular.
Qué lástima que yo ahora no pueda beber porque reconozco que con un puntito adecuado, para sumergirme en la múisca totalmente, ese concierto habría sido de los mejores de mi vida.

carlos.

Ángeles dijo...

Gracias, Carlos.
Estamos de acuerdo en todo, salvo en eso de que yo sea una entendida, je-je. Yo solo hablo desde la pasión, no desde el conocimiento.
Es verdad también que Jaime es muy serio en lo referente a su trabajo y como bien dices, es un profesional: da igual donde toque, quiere hacerlo bien.

Oye, yo no bebo nada-nada, soy abstemia, y te aseguro que no me hace falta nada para disfrutar al máximo de un concierto -por lo menos de uno de Jaime-. Así que ojalá tengas ocasión de volver a verlo pronto otra vez, sin nada que le haga mosquearse, je-je, y los dos disfrutéis de lo lindo.

Saludos.

PD: Te recomiendo "Castillos en el aire" para momentos en que necesites un poco de buen rollo.

Anónimo dijo...

Arriesgándome a ser un pesado, te puedo contar el momento exacto en que tuve la conciencia de que Gabinete Caligari eran un grupo especial:
Año 88, antes de comer, no sé si antes o después del programa aquél que presentaba Julia Otero en la 1º llamado 3x4, siempre ponían unos minutos de videoclips de grupos modernos de la época, nacionales e internacionales, que gustaba mucho mi hermano. Bueno, pues un buen día dieron el video clip de "Camino Soria" y entonces con aquella música tan deliciosa, tan extraña y diferente a lo que hacían todos los demás y sobre todo, con esa letra tan literaria que hablaba de Bécquer y una de sus leyendas y del bueno de Antonio Machado, a los cuales yo conocía de haberlos leído y estudiado en el curso anterior, en 6ª de EGB, y que además hablaba de una ciudad y provincia vecina a la mía, fue la primera vez que realmente me interesó aquello del fenómeno de la música y los grupos.
Y por cierto, si hablaba de los diferentes estilos que utiliza Jaime Urrutia al componer sus canciones. Tanto esta de Camino Soria o 4 Rosas, ¿qué son? ¿baladas?

carlos

Ángeles dijo...

Pues no eres nada pesado, Carlos. Al contrario, me ha parecido muy interesante ese recuerdo que tienes de cómo te diste cuenta de que aquello que sonaba era algo distinto, y me encanta la forma en que lo has expresado. Gracias por compartirlo :-)

Yo no sé definir las canciones, pero muchas veces he leído u oído decir, incluso al propio Jaime, que sus canciones son "medios tiempos". Nada más específico te puedo decir.
Y a riesgo de ponerme pesada yo, te recomiendo un DVD que se acaba de publicar titulado "La fuerza de la costumbre", un documental sobre la trayectoria de Jaime, desde sus inicios hasta el presente.
Saludos.

Anónimo dijo...

Ya puestos quiero contarte que en año 96 visité la ciudad de Soria que era algo que deseaba hacer desde, como te conté, había leído a esos dos escritores que son mis preferidos. Y lo hice animado por el espíritu de "Camino Soria", cómo no. Durante el viaje en autobús la tenía todo el rato en la mente y estaba tan ilusionado que me habría puesto a cantar en mi asiento a grito pelado la canción.
Ah, pues la visita a la ciudad, como supongo que para la gran cantidad de turistas "literariófilos", fue muy emocionante organizarla siguiendo las huellas e intentando vivir el espíritu de los dos poetas así que disfruté de lo lindo visitando lugares que aparecen en las Leyendas de Bécquer como el monasterio de San Juan, cerca del Monte de las Ánimas o las piedras que quedan del castillo. Y ya el colmo, pisar y contemplar los lugares que frecuentó Machado como el Instituto, poder tocar el "Olmo Centenario" y, sobre todo, ver y tocar la sencilla lápida de Leonor.
No me extraña que Jaime dedicara a la ciudad esa canción tan hermosa.

carlos

Ángeles dijo...

Otra experiencia estupenda, Carlos.
Es fantástico cuando dos manifestaciones artísticas, en este caso la literatura y la música, se unen entre sí para proporcionar, a quien sabe disfrutarlas, una experiencia emocional el doble de intensa.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Viste el programa "Ochéntame otra vez de ayer? Hablaba de la Movida musical del Madrid de los ochenta. Integrantes de los diversos y novedosos grupos de entonces contaban lo que significaron aquellos años mágicos pero también peligrosos, con ilustraciones musicales y de videoclips de sus trabajos. Entre ellos, por supuesto, un Jaime Urrutia arrugado, contrastaba con el mozalbete de orejas grandes y aspecto frágil que aparecía en dichos videos.
Al terminar el capítulo, yo que por edad, porque era un crío en aquellos años, no pude disfrutar de aquella revolución cultural, me fui a la cama bastante melancólico al ver cómo todas aquellas alegrías y todo aquel espíritu creador, fantasioso y burlón había desaparecido dejando sólo a los "fósiles" que aún perviven.

carlos

Ángeles dijo...

Sí, vi el programa, pero no ayer, sino hace unos meses, cuando lo pusieron por primera vez.

Pero a mí me parece que lo más triste no es que desapareciera aquel "espíritu creador y burlón", sino que no haya aparecido otro semejante desde entonces.



Ángeles dijo...

Carlos, me equivoqué: creía que el programa al que te referías era repetición del que yo había visto. Pero lo he mirado en internet y he visto que no, que es una continuación.
Me ha gustado mucho también, y como siempre, me ha encantado ver al Jaime de ayer y también al de hoy :)

Saludos.

Anónimo dijo...

Ah! Ya me extrañaba que... te referirás a un capítulo sobre la Movida en todo el territorio español, supongo. También lo vi, también. Me gusta el programa pero es que lo dan muy tarde. Un capítulo que me gustó mucho fue el dedicado a la escuela de la época. Y otro referido a la vida en los barrios de las capitales, donde se mezclaban las costumbres traídas de los pueblos por la anterior generación y las nuevas formas de pensar que el desarrollismo había traído.
Pero volviendo al tema de la Movida ochentera he estado pensando que solemos idealizarla y no nos fijamos en las cosas malas que vinieron con ella, al menos a mí me lo parecen así. Me refiero por ejemplo a la rebeldía contra valores tradicionales y honorables como es el respeto a la gente mayor y sus costumbres, la indisciplina irracional como sistema que muchas veces cruza el límite de la insociabilidad, la generalización de las drogas, etc
Me temo que una parte de la decadencia ética en que vivimos nació por entonces.

carlos

Ángeles dijo...

Es verdad, Carlos, toda moneda tiene dos caras, y a veces nos fijamos solo en la más atractiva.
Me parece muy acertada la reflexión que haces sobre los "valores tradicionales y honorables". Para mí también son importantes y me parece un grave error que se desprecien.