En el ascensor de un centro comercial
Entran dos señoras, luego yo y tras de mí, otra.
Las dos mujeres que van juntas no hablan, yo tampoco, y la cuarta, aprovechando el silencio y pasándose las manos por el pelo dice:
-Ay, por Dios, qué picor de cabeza.
La miramos con sorpresa, y en seguida esta sorpresa se convierte en ascomiedo cuando la interfecta añade:
-Entre el calor y los piojos van a acabar conmigo.
Las otras dos mujeres y yo nos miramos con ojos de espanto. Por suerte, en ese mismo momento se abren las puertas del ascensor y casi se oye el pensamiento: ¡Huyamos!
En la panadería
Otro día de calor espantoso. Entro a comprar una barra de pan. La dependiente me atiende con su habitual sonrisa (claro, el aire acondicionado ayuda a sonreir), y cuando me está dando el cambio entra un hombre.
-¿Qué le pongo, caballero?
-No, no quiero nada. Sólo he entrado por el fresquito.
Entran dos señoras, luego yo y tras de mí, otra.
Las dos mujeres que van juntas no hablan, yo tampoco, y la cuarta, aprovechando el silencio y pasándose las manos por el pelo dice:
-Ay, por Dios, qué picor de cabeza.
La miramos con sorpresa, y en seguida esta sorpresa se convierte en ascomiedo cuando la interfecta añade:
-Entre el calor y los piojos van a acabar conmigo.
Las otras dos mujeres y yo nos miramos con ojos de espanto. Por suerte, en ese mismo momento se abren las puertas del ascensor y casi se oye el pensamiento: ¡Huyamos!
En la panadería
Otro día de calor espantoso. Entro a comprar una barra de pan. La dependiente me atiende con su habitual sonrisa (claro, el aire acondicionado ayuda a sonreir), y cuando me está dando el cambio entra un hombre.
-¿Qué le pongo, caballero?
-No, no quiero nada. Sólo he entrado por el fresquito.
Estoy esperando que aparezca el hombre verde para cruzar la calle. Mientras tanto, un repartidor de butano se acerca al edificio que queda a mi espalda. Llama al portero electrónico y contesta una señora:
-¿Quién es?-Señora, ¿quiere butano?
-¿Butano? ¿Pero no sabe ya que aquí guisamos con la eléctrica?
-Señora, lo que me faltaba a mí es tener que saberme con qué cocinan en cada casa…
(Fragmentos veraniegos 2010)
-¿Butano? ¿Pero no sabe ya que aquí guisamos con la eléctrica?
-Señora, lo que me faltaba a mí es tener que saberme con qué cocinan en cada casa…
(Fragmentos veraniegos 2010)
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5 comentarios:
Me ha encantado el hombre que entra en la panadería por el fresquito. Cuántas veces no habré pasado yo más de una tarde en El Corte Inglés por la misma razón... XD
Saludos.
La historia del ascensor me ha gustado. Sin embargo, puede que la señora se burlase de vosotras. A mí me encanta gastar bromas de esas en los ascensores donde nadie puede huir y nadie sabe qué decir. Te sugiero:
-¡Vaya día que llevo, entre el cabrón de mi jefe y el niño con la gripe A!
Saludos.
"En el ascensor": me parece muy raro, puede que se trate de una broma, una cámara oculta o algo por el estilo... aunque también puede que sea verdad... ¡se ve cada cosa!
"En la panadería": es la cosa más corriente del mundo, creo que todos hemos pensado alguna vez en hacer algo así, (y lo hemos hecho, pero no lo decimos al dependiente). Yo he cruzado por Eroski o El Corte Inglés cuando he tenido que ir caminando al centro, sólo por el aire acondicionado. Lo confieso.
"En la calle": ¡Qué razón tiene el pobre butanero! ¡La gente tiene cada cosa!
P.D. No me gustaría encontrarme con Soros en un ascensor... ;-)
MJ
Es que la panadera debería mantener la puerta abierta para refrigerar la calle...¡sería todo un detalle!
¿LA palabra ascomiedo es un invento tuyo o está homologada? Porque es genial, descriptiva y ahorrativa.
carlos
¿Por qué no contesté en su momento a los comentarios de esta entrada? Qué falta de consideración.
Carlos, la palabra ascomiedo es de cosecha propia, aunque no me extrañaría que otras personas también la hayan inventado por su cuenta.
Por lo que a mí respecta, está libre de derechos, así que la puedes usar a conveniencia, je, je.
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