martes, 27 de abril de 2010

Los títulos de las películas, VII

Sabemos y comprendemos que hay ocasiones en que cambiar el título de una película es necesario y conveniente. Y que algunos de esos títulos ‘postizos’ son incluso mejores que los originales, o por lo menos más sonoros y significativos en un idioma determinado que en el original.
Pero, la verdad, me parece a mí que la inmensa mayoría de las veces ese cambio no solo es innecesario sino que puede perjudicar a la película y al espectador.
Por ejemplo, si The Prowler ("el merodeador") la titulan en Bélgica  Rosemary’s Killer (“el asesino de Rosemary”), le quitan toda la gracia y todo el intríngulis a la película. Con ese título, en cuanto la tal Rosemary aparezca en la pantalla, ya sabemos que no sale viva de allí.
Cabe señalar en este preciso momento que en España esta película se llama igualmente El asesino de Rosemary, pero también El asesinato de Rosemary. Más claro, agua.
Algo semajante ocurre con un título tocayo: Rosemary’s Baby, que aquí es La semilla del diablo.

Este tipo de títulos  se conoce como spoiler,  aguafiestas, para entendernos, porque echan a perder la clave o incluso el desenlace de las películas.

Otro spoiler de primera es el título francés de Home Alone (Solo en casa). Nuestros vecinos la conocen como “Mamá, he perdido el avión”. Pues eso, todo el arranque de la historia por los suelos.

Hay ocasiones en que la cosa adquiere carácter de conspiración internacional. Por ejemplo, la película de Nicolas Cage National Treasure (“tesoro nacional”) tiene diferentes títulos en Europa. En España se llama La búsqueda; en Francia, Benjamin Gates et le Trésor des Templiers, y en Italia Il mistero delle pagine perdute.
Obsérvese que si juntamos los tres títulos es como si nos contaran  la película. Ya solo falta que en algún otro país la hayan titulado "Benjamin Gates encuentra (o no) lo que andaba buscando", y ya no hace falta ir a verla.

Pero un título desafortunado no es solo el que ‘revienta’ la gracia de una peli. Hay también títulos que dan una idea falsa sobre el género del film. Es lo que ocurre con Fried Green Tomatos (Tomate verdes fritos) en Canadá, donde se titula "El secreto está en la salsa". Este título a mí personalmente me suena a comedia con cocinero cachas o similar. Y no es eso, claro.
Y luego hay casos que simplemente trastornan los sentidos, como ocurre con Army of Darkness (El ejército de las tinieblas), que en Japón se llama Captain Supermarket (sí, sí, Capitán Supermercado), que es lo más inexplicable que he visto yo en mucho tiempo.
Tampoco está mal el título que le pusieron en China a Full Monty, a saber, "Seis cerdos desnudos"(¡!)
Y me quedo sin palabras cuando veo que Being John Malkovich (Cómo ser John Malkovich) se titula, también en China , “Personas diminutas de mi cerebro, ¡dejad de mirar cuando orino!”

Es curiosa también la costumbre de Turquía, donde al parecer siguen una sencilla norma a la hora de titular las películas extranjeras: todas las películas románticas incluyen en el título la palabra amor, y todas las de miedo incluyen la palabra muerte. Vamos, que les gusta facilitarle las cosas al espectador.
Por eso no me atrevo a imaginar qué palabras utilizarán para identificar las películas porno.

Como se ve, el asunto llega a tales extremos que en Hollywood están pensando en la necesidad de ejercer algún control sobre los títulos que les ponen a sus películas en cada país, para unificarlos de alguna forma y evitar que esos títulos inadecuados revelen demasiado sobre el argumento, o confundan al espectador sobre el contenido del film, o lleven al aficionado a comprar dos veces la misma película, engañado por los diferentes títulos.

Yo me pregunto si es que en esto del tituleo no se tienen en cuenta los derechos de autor, ni el respeto a la creación artística, ni nada de eso que tanto se defiende últimamente.


domingo, 18 de abril de 2010

Los títulos de las películas, VI

(Para Sara)

(viene de aquí)
Siguiendo con el asunto de la entrada anterior, traemos a colación otro ejemplo de lío tremebundo con los títulos de las películas, sus secuelas y sus versiones.
En 1977, Francois Truffaut dirigió L’homme qui aimait les femmes, que tiene en español dos títulos, dos: la traducción del original y otro inventado. Es decir, El hombre que amaba a las mujeres, por un lado, y El amante del amor, por otro.


Esto ya sería suficiente para confundir al público:
-A mí me encanta una de Truffaut que se llama El hombre que amaba a las mujeres.
-Esa no la he visto, pero te recomiendo otra suya que a mí me gustó mucho, El amante del amor.



Pero la cosa tiene más complicación. En 1983 Blake Edwards hizo una versión del film, llamada The Man Who Loved Women, es decir, el título original francés traducido al inglés. Lo lógico.
Pero cuando tocó estrenar esta versión americana en España, la lógica se acabó. Porque lo suyo hubiera sido estrenarla como El hombre que amaba a las mujeres, respetando el título de Blake Edwards y por ende el de Truffaut. O en todo caso, con el segundo título español, El amante del amor, en un acto de coherencia (qué ilusa soy) que minimizara en lo posible el caos titulero, y para que el público más avezado supiera de qué se trataba.



Pero no. Aquí la bautizaron como Mis problemas con las mujeres.
La razón debió ser, como sospecho normalmente, que el distribuidor de turno se creía muy simpático y, por supuesto, más original que Truffaut y Edwards juntos. 
 

No se vayan todavía, amigos, que aún hay más.
Vaya usted a un establecimiento del ramo y compre la película  francesa. Está editada en DVD con el título de El amante del amor. Vale, se acepta.
Pero es que cuando ponga usted el disco y salga el menú, se encontrará con que aparece el título de Mis problemas con las mujeres (!!!).
Es decir, que a la película de Truffaut le ponen el título que se inventaron aquí para la de Blake Edwards.
Esto lo que se dice rizar el rizo. O no tener ni idea, que también puede ser.



Pero seamos justos. No es España el único país donde se trastocan los títulos originales de las películas. No, al contrario, se trata de una manía internacional, y lo veremos próximamente.