martes, 7 de diciembre de 2010

Premios Gamba 2010. Los últimos del año (o no)

Normalmente los gambazos más sonoros los encuentro en la tele y más concretamente en los telediarios.
Confío en que la razón de esto sea que es casi el único programa que veo, y no que los telediarios –sobre todo los de Telecinco y Cuatro- sean los espacios que menos cuidan el lenguaje.
El caso es que en esta nueva edición de los Premios Gamba encontramos varias pruebas de que en otros medios también se da el resbalón, el desliz, la falta de precisión, el poco cuidado y el exceso de confianza.

Por ejemplo, el 18 de julio, en el dominical XLSemanal entrevistan a la novelista Herta Müller. En un destacado se lee “… el dolor infinito que te infringe la vida.”
Confundir infringir con infligir es fácil, desde luego, pero por eso mismo hay que tener más cuidadito, para no caer en un error de principiante.
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En septiembre, en un telediario de Telecinco, hablaban de ‘El toro de la Vega’, esa tradición que tienen en Tordesillas (Valladolid) que consiste en lancear a un toro hasta que muere.
La noticia está en que un grupo de personas se manifiesta contra esta tradición, y la voz en off dice que "estas personas tienen muy claro quién es aquí el verdadero animal."
El periodista que dijo esto ha cambiado la objetividad informativa por el insulto. Un nuevo nivel en la escala de la ineptitud.

Otra noticia televisiva de septiembre. Se trata de un accidente de avión en Venezuela. Sobre imágenes del avión destrozado, en el suelo, dice una locutora que “parece mentira que al menos treinta personas hayan podido salir con vida de entre estos escombros”.
¿Escombros? ¿Pero es que el avión era de ladrillos?

El 6 de octubre, en Cuatro hablan de una campaña protagonizada por famosos, destinada a promover la igualdad y el respeto por los homosexuales, bisexuales y transexuales.
La campaña se denomina 'Give a Damn’ y los listos que la comentan lo traducen como me importa un bledo, que, mira tú por dónde, significa todo lo contrario: preocúpate, muestra interés o expresión similar.
Lo que significa "me importa un bledo" o "un comino" es ‘I don’t give a damn’, frase famosa por la película Lo que el viento se llevó, en la que Clark Gable le dice a Vivian Leigh: “Frankly my dear, I don’t give a damn” (‘Francamente, querida, me importa un bledo’), cuando la pobre le pregunta qué será de ella si él la abandona.
O sea, que si, como creían los de Cuatro, la campaña se titulara "me importa un bledo", menuda campaña sería. Pero se ve que no se percataron de que confundían una frase afirmativa con una negativa ni de que el sentido era por lo tanto totalmente opuesto ni de la incongruencia que esto supone..

En llegando a noviembre la cosa ya se torna epidémica y la abundancia de metidas de gamba es notable. Y no solo por parte de los profesionales de los medios.
Por ejemplo, el día 28, refiriéndose a las elecciones autonómicas de Cataluña, el candidato Montilla dice que “contra más alta sea la participación…”
¡Contra más! ¡El famoso y vulgar contra más en boca de un político! No me lo puedo creer. Bueno, sí que puedo.

En la versión online del diario ABC, el día 30, leo una noticia en la que se comenta el asunto de la ortografía y la reunión de las Academias para llegar a un consenso sobre ello.
En el texto leo: “Como uno no es bachiller, ni menos aún doctorando, sino más bien leguleyo en la materia, lo primero es acudir al Diccionario de la RAE”.

Pues sí, eso es lo primero. Y ya de camino podría haber consultado el significado de leguleyo: “Persona que aplica el derecho sin rigor y desenfadadamente”. Es decir, aquel que habla de leyes sin saber o sabiendo escasamente.
Y entonces cabe preguntarse, ¿a qué viene eso de que uno es leguleyo en la materia? Pues no viene a nada, porque lo que se debería haber dicho en ese contexto es que uno es “lego en la materia”, que es la expresión que se usa para indicar que no se no tiene conocimiento sobre algo determinado.
Parece un bucle lingüístico.
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Y por último, una gamba multimedia.
Resulta que las Juventudes Socialistas de Andalucía, con motivo del día internacional en la lucha contra el sida, han realizado una campaña a favor de la utilización del preservativo. Y han hecho un vídeo en el que, aludiendo a la Iglesia, se dice, entre otras cosas, “Que no te den la ostia”.
Pues muy mal. Porque en la Iglesia, cuando comulgas, lo que te dan es una hostia con hache. Una ostia te la darán como mucho en la marisquería, ya que ostia significa ostra, que es ese bello molusco lamelibranquio que produce perlas.  
Y cuando te llevas un golpe, a causa de un resbalón, por ejemplo, también te llevas una hostia, con perdón.

Hay muchos por ahí produciendo perlas, ¿eh?