domingo, 24 de marzo de 2024

La señora Malaprop

Hace unos meses hablamos aquí de la onomaturgia, que, como quizá recuerden ustedes, es el término con el que se alude a la creación de palabras nuevas, con la particularidad de que los creadores de esos neologismos son personas concretas, que están identificadas y reconocidas.

Poníamos varios ejemplos, como el de Bruno Migliorini, que acuñó precisamente la palabra onomaturgia; el de Johannes Hofer, creador de nostalgia, o el de Unamuno, que creó el término cocotología para designar el arte de hacer pajaritas de papel.

Son, como decíamos entonces, palabras con partida de nacimiento, porque sabemos quiénes son sus progenitores y también en que momento y circunstancia tienen su origen.

La cuestión es que hace unos días estuve pensando en una palabra curiosa que puede considerarse también un ejemplo de onomaturgia, pero en este caso, la palabra, además de por su origen onomatúrgico, me interesa como concepto lingüístico y por sus connotaciones humorísticas.

Universidad de Illinois louisa-drew-nee-lane-as-mrs-malaprop-dpla-ac421858f198c20bbb8241bd44819104-d7874c-640

Me refiero al término malapropismo. Un malapropismo (del inglés malapropism)   se produce cuando utilizamos una palabra en lugar de otra con la que tiene semejanza fonética, es decir, que suena casi igual pero cuyo significado es muy distinto, por lo que la mayoría de las veces ese baile de palabras produce un cómico resultado.

Esas palabras que suenan muy parecidas entre sí se denominan técnicamente parónimos, aunque en este blog en particular las llamamos parejas complejasya saben, esos casos de contaminación fonética que hemos ido consignando aquí a lo largo del tiempo y que tan buenos ratos nos han deparado.

El nombre de malapropismo proviene de un personaje literario, la señora Malaprop, de la comedia The Rivals, escrita en 1775 por el dramaturgo irlandés Richard Brinsley Sheridan. El autor construyó el apellido de su personaje a partir de la expresión francesa mal á propos (inoportuno, inadecuado, fuera de lugar).

Y es que la pomposa señora Malaprop se caracteriza por equivocarse mucho con las palabras, confundiendo unas con otras de sonido similar.  Por ejemplo, dice pineapple (piña) en vez de pinnacle (cumbre); allegory (alegoría) en vez de alligator (caimán); epitaph (epitafio) en vez de epithet (epíteto), etc.

Por lo tanto, cuando oigamos a alguien decir  que tiene modorra del pueblo del que es orondo  podremos acordarnos con una sonrisa de la señora Malaprop. Igual que si alguien dice que le saturaron una herida,  o que Fulanita está hecha una sífilis, o que va a comprarse un traje de ibuprofeno para bucear.

En efecto, estos errores, estos malapropismos, resultan muy divertidos, aunque no tienen tanta gracia cuando quienes los comenten no son personajes literarios ni personas de la calle, sino quienes tienen el lenguaje como herramienta profesional. Es el caso de esos reporteros, comentaristas o presentadores de televisión que nos informan, por ejemplo, de que la policía había detenido a una señora que no dejaba de proliferar gritos en la calle; o de que las pruebas de un delito se habían examinado hasta la extremaunción. Y es que algunos dicen cosas con las que yo me quedo putrefacta...


Pixabay.com Abstract background

 

13 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Es cierto que producen hilaridad y resultan cómicos esos errores.
Tanto es así que hay humoristas que los utilizan como recurso para sus chistes o personajes.
Lo que desconocía era que técnicamente se conocen como parónimos.

Aquí siempre se aprende.

Chuchos Sesos.

Jajjaajajaja

Beauséant dijo...

La de cosas que aprendo cada vez que asomo el hocico por aquí :)

Los ingleses, además, tienen como un arte muy especial para llevar los juegos de palabras hasta el absurdo, ¿verdad?

Lo de proliferar gritos en la calle, casi hasta tiene sentido :) Como si los dejas en la calle siendo un susurro y ellos solitos se aparean y se acaban convirtiendo en gritos...

Macondo dijo...

Me ocurre como a ti, que me ponen de los nervios cuando las confusiones las tienen profesionales del lenguaje.
Me ha venido a la memoria una que me hace mucha gracia y que utilizaban los de Gomaespuma: «Hasta mañana, Dios menguante».

*entangled* dijo...

Hay un fenómeno muy parecido que ocurre entre los angloparlantes: lo llaman «mondegreen». En estos dos artículos, cuentan, con mucha gracia, en qué consiste: Uno en ThoughtCo. y otro en The New Yorker.
Espero que te gusten.

Albada Dos dijo...

Ocurre, y produce hilaridad, pero a quienes nos pasa, nos da rabia ¿eh? :-)

Un abrazo

Ángeles dijo...

Jaja, gracias, Toro.

Chuchos sesos para ti también.


Qué gracia me ha hecho, Beauséant, lo de asomar el hocico :D

Es cierto que parece que los ingleses un dominio especial del juego de palabras. No sé si será por las peculiaridades de la fonética y la ortografía inglesas, pero el caso es que forman parte inseparable del consabido humor británico.

Oye, me ha gustado tu teoría de cómo proliferan los gritos. Es una imagen muy lírica ;)

Un saludo!


Qué bueno, Macondo, lo de 'Dios menguante'. Un malapropismo de antología :D

Gracias.


Sí, entangled, conozco el fenómeno del 'mondegreen' y el caso que da origen al nombre.
También lo llaman "eggcorn", como sabrás, y en español parece que se ha popularizado la denominación de "momento teniente".

Thanks anyway por los enlaces, los veré.


En efecto, Albada, así es. No siempre es fácil reírnos de los propios errores.

Un abrazo!

María dijo...

Jajaja tengo que decirle a mi amigo EVARISTO ( en mi anterior entrada ) que es un consumado experto de los malapropismos, es más, creo que ha hecho de su forma de expresarse una oda constante al malapropismo, no dice una sola palabra a derechas ( próstata por prótesis, mómina por nómina, plastelina por plastilina, aspirinas fosforescentes por efervescentes.. en fin…no soy capaz de recordarlas todas, sólo sé que es una persona pesadísima que se libra de que le saques a empujones por lo divertido que resulta escucharle. Mi madre siempre cuenta un chiste que viene perfecto para tu entrada, te lo dejo…Cuentan…

Que una mujer, al llegar a la consulta dijo: Doctor, necesito una solución, desde que me hicieron “la necesaria”, no tengo “vida marítima”. Mi marido, está tan estresado que le ha salido una “irrupción” cutánea por toda la columna “vertical” y aunque intentamos correr un “estúpido” velo sobre el asunto, no aguantamos más.

Un beso y gracias por la palabra, no la conocía ; )

María dijo...

jajaja Evaristo, no.. LEANDRO.. ( es que se llama de verdad Evaristo, en mi entrada le llamé Leandro) por eso se me ha escapado : )

MJ dijo...

Es cierto que resulta muy gracioso. Pero viniendo de los profesionales del lenguaje choca mucho.

Hay un programa de radio que se llama "La escóbula de la brújula" de Jesús Callejo. ¿Este sería un ejemplo?

Lo de estar hecha una sífilis lo he escuchado más de una vez...

Me has hecho sonreír con esta entrada y ¡echo de menos las parejas complejas!

Besos.

JuanRa Diablo dijo...

Recuerdo que aquel de "estar en el candelabro" que dijo Sofia Mazagatos se parodió tantísimo que con el tiempo hizo meter la pata algún locutor de radio porque ya no sonaba raro.

Mirando la foto de la tal Mrs Malaprop estaba convencido de que era un hombre disfrazado de mujer, y me parecía muy graciosa la idea de que la interpretara un hombre. Luego he visto que no es John sino Mrs John.

De alguna manera he cometido un malapropismo visual.

José A. García dijo...

Lo que queda claro es que cada vez se conoce menos la lengua que pretendemos utilizar y así vamos por la vida.

Saludos,
J.

Rick dijo...

... Como la otra (no recuerdo el nombre) que siempre estaba en el candelabro, o, ya definitivamente, "ostentóreo", ese palabro que debemos al extinto Gil & Gil y que sin embargo yo creo que debería pasar al diccionario, porque es una buena síntesis de las dos palabras de las que procede.

Me ha llamado la atención ese "momento teniente" en tu contestación a Entangled: no lo había oído nunca. No sé de dónde habrá salido, pero tampoco entiendo a qué obedece que se haya escogido semejante término.

Saludos mil.

Ángeles dijo...

Jeje, sí, María, conocía el chiste de la consulta, pero gracias por traerlo, resulta muy ilustrativo.

En cambio algunos de los ejemplos que das de tu "amigo" (plastelina, mómina) no son realmente malapropismos, porque no se trata de una confusión entre dos palabras que son correctas pero la que se usa no es la que corresponde al contexto (como ocurre con efervescente y fosforescente), sino simplemente una palabra mal pronunciada, (pero sí en su contexto).

En cualquier caso, me alegro de que al menos te diviertas con sus errores, porque si no... :D

Un beso.


MJ, lo de "escóbula" y "brújula" no es un caso de malapropismo, sino un juego de palabras intencionado, aunque no sé si tendrá una denominación específica.

Me alegro de que te hayas reído con la entrada. Y a ver si vamos rescatando las parejas complejas. Gracias por el interés :)

Un beso.


Es verdad. JuanRa, a veces un error se repite tanto por hacer la gracia que al final, de tanto decirlo o escucharlo acabas dudando de si es en verdad un error.

Y oye, lo del malapropismo visual es muy ocurrente :D


Eso sin duda, José A. García.

Saludos.


Ya ves, Rick, que JuanRa también se ha acordado de lo del "candelabro". Eso es un caso estupendo de malapropismo (la confusión entre dos palabras correctas). En cambio, "ostentóreo", no es un malapropismo, porque es una palabra inexistente que surge de la mezcla de otras. Por cierto ¿es una mezcla de estentóreo con estertóreo, o de una de esas dos con ostentoso?

Lo de "momento teniente" es una denominación popular para esos "momentos" en que interpretamos erróneamente lo que escuchamos, es decir, palabras que entendemos como otras parecidas, ya sea en nuestro propio idioma o en otro.
Por ejemplo, cuando yo era pequeña oía cantar a mi madre una canción que decía "poco antes de partir" y yo me preguntaba que significaría "con guantes de partir" :D

Y lo de "teniente" se debe a que esa palabra tiene, coloquialmente, el sentido de "sordo". Parece que no está muy claro cuál es el origen o el porqué de esta expresión, pero una teoría dice que se debe a que en el ejército los tenientes exigían a los soldados que les respondieran en voz alta (de manera estentórea, mira tú por donde), como si ellos, los tenientes, estuvieran sordos.
Voviendo a la infancia, esa expresión se la oía yo a mi padre: "Es que Fulanito está teniente"; "Repítemelo, que estoy teniente", y cosas así.

Otros mil.