sábado, 8 de febrero de 2014

El brete y la patena

 
Hay expresiones hechas que  empleamos comúnmente -y las empleamos bien-  en cuyo significado literal no solemos reparar.
Son locuciones cotidianas que usamos como un todo, sin detenernos a pensar en sus elementos clave, en el significado propio de estos, al margen de su función en la frase.
Últimamente he estado acordándome, sin motivo aparente, de que hubo un momento, hace tiempo,  en el que, después de haber utilizado algunas de esas expresiones varias veces y haberme sentido como una impostora, me dije que aquello no podía ser, que no podía ir por el mundo utilizando palabras cuyo significado desconocía. Me parecía una falta de decoro lingüístico.
Así que en ese mismo momento  acudí al diccionario sin dilación, como quien acude al botiquín en busca de una aspirina. Porque la ansiedad que me produce tener en el cerebro una palabra que no sé definir es comparable al malestar que produce una cefalea contumaz. Y qué alivio sentí entonces al notar los efectos curativos de las definiciones; qué tranquilidad mental y orgánica.
 
Una de esas expresiones a las que me refiero es “poner en un brete”.
Por ejemplo, si alguien nos pide que elijamos nuestra canción favorita de nuestro grupo favorito, es probable que, ante la dificultad de elegir, digamos “Ay, me pones en un brete”. Y estará bien dicho, porque “en un brete” significa en un aprieto, en una situación sin salida.
Pero ¿qué es un brete propiamente dicho?
En aquella indagación a la que me he referido, me enteré de que un brete es un cepo de hierro que se pone en los tobillos, como esos grilletes que les ponían a los presos y a los esclavos y que hemos visto en muchas películas.
Y más recientemente he sabido también que en América un brete es  una especie de jaula estrecha donde se meten las reses para marcarlas.
En ambos casos se ve claro por qué poner a alguien en un brete significa dejarlo sin escapatoria.

¿Y una patena? Muchas veces, cuando algo está brillante, impoluto e impecable decimos que está limpio como una patena, en efecto. Pero la patena en sí, ¿qué es?
También aprendí en aquella ocasión que una patena es el recipiente de metal noble donde se ponen las hostias durante la misa.
Y es que seguramente más limpio que eso no hay nada.
 
Así fue cómo en aquella ocasión, en un instante, pasé de estar en un brete, atenazada por la ignorancia, a tener la conciencia limpia como una patena, sin el remordimiento de utilizar palabras que desconocía.
Y lo mejor es que el efecto sanador del diccionario dura ad aeternum, al contrario que el de las aspirinas.

 

20 comentarios:

Marisa C dijo...

Genial, como siempre. Cuanta razón llevas; la cantidad de expresiones de las que desconocemos su origen. Pero me gusta que se sigan usando; me une un poco a quienes las usaron por primera vez. Abrazos.

Sara dijo...

Desde luego, Ángeles, ¿qué sería de nosotros sin el diccionario? Pero a mí, lo confieso, no se me había ocurrido nunca buscar en él el origen de estas expresiones tan interesantes que, por conocidas, no parecen necesitar ninguna reflexión. Muchas gracias por desenmascarar su secreto.

Ángeles dijo...

Gracias, Marisa. Es interesante eso de sentirse unidos a otros por medio de las expresiones que usaban :-)

Sara, qué bonito lo de "desenmascarar su secreto". Me siento como un detective que combatiera el crimen lingüístico diccionario en mano :-D

JuanRa Diablo dijo...

Sí, me gusta mucho ese símil del diccionario como un botiquín que nos proporciona efectos curativos contra el desconocimiento. :)
Yo encuentro además que este blog tuyo (y nuestro) es una sucursal ambulante para la salud del espíritu. Nunca salgo de él sin aprender algo, y siempre me cuenta cosas de una forma tan amena y gratificante que me quedo con las ganas de más y más. (Oye, ¿tú no nos estarás dando medicamentos adictivos? Porque yo estoy muy enganchado, ¿eh? :p)

Lo de "más limpio que una patena" me lo explicó mi padre hace muchos años, después de haber observado cómo el cura pasaba el paño una y otra vez por ese recipiente en que estaban las hostias. Pocas cosas podrán estar más limpias, la verdad.

Y no me había parado a averiguar el significado de brete, y eso que en ocasiones empleo esa expresión. A veces la curiosidad no tropieza donde debiera, ya ves

loquemeahorro dijo...

Pues lo de la patena lo había oído alguna vez, quiero decir lo que es en realidad.

Lo del brete, jamás, y no me podía imaginar que cuando a un niño le preguntan que a quién quiere más, a papá o a mamá (¿en serio, a quién se le ocurrió preguntarle eso a los pobres niños?), le estaban poniendo un grillete.

¡Angelitos!

Lan dijo...

Desconocía, al igual que tú, el significado de la palabra brete. Sin embargo, alguna ventaja tenía que tener mi educación en un colegio religioso durante ocho años. La misa diaria era obligatoria, así que lo de la patena lo tenía muy claro.
Saludos.

Anónimo dijo...

Ah! pues la patena yo lo aprendí, como Lan, bueno, no en un cole religioso pero sí en catequesis supongo, o quizás fuera mi abuela Sabina que era un pozo de ciencia (religiosa, si eso es posible, y de otras muchas cosas). Sin embargo el brete no, eso no sabía lo que es.
Pero es verdad que es muy curioso comprobar la exactitud metafórica de esas expresiones acuñadas por nuestros antepasado quién sabe cuándo. Y yo también me pregunto muchas veces de dónde habrán salido.
¡Vaya! iba a escribir aquí algunas que utilizamos pero "me pones en un brete", no me sale ninguna. Bueno, una relativamente moderna -del tiempo de nuestros padres- "Estar más quemado que MAchín"...es que me he acordado de él porque me gustan sus canciones y estos días estoy escuchando un disco recopilatorio. Que sirva esto de homenaje y publicidad para Antonio Machín.

carlos

Ángeles dijo...

JuanRa, ¿te imaginas un botiquín de primeros auxilios léxicos? Tendría un diccionario básico, un cuaderno, un lápiz, unas gafas de lectura, una luz de lectura y unos mini post-it de colores :-D
Bueno, y unas aspirinas de verdad, por si acaso.

Muchas gracias, yo también estoy enganchada (a tus comentarios).


Loque, yo conozco un caso peor de brete infantil. Cuando yo tenía siete u ocho años, en clase de religión nos preguntaron: “¿A quién quieres más, a tu padre o a Dios?”
Yo contesté que a mi padre porque sabía lo bueno que era, mientras que a Dios no lo conocía personalmente.


Efectivamente, Lan, de todo se saca algo bueno. Y seguro que aprendiste más palabras bonitas. O curiosas.

¿Misa diaria obligatoria? Eso sí que es un brete.

Saludos.


Eso es, Carlos, no se trata tanto de conocer estas palabras en concreto como de reflexionar ligeramente sobre cómo usamos tranquilamente palabras cuyo significado exacto desconocemos. Y es que las palabras llegan a convertirse en algo tan nuestro, tan íntimo, que las utilizamos intuitivamente, sin saber definirlas pero sabiendo muy bien en qué contexto encajan.

¿Más quemado que Machín? Eso no lo había oído nunca. Yo conocía “Está más sonado que las maracas de Antonio Machín”. Sirva esto también como homenaje al artista y recuerdo de mi abuela

Saludos y gracias.

Zazou dijo...

Parece que una vez más voy contracorriente, porque sí conocía el brete pero ignoraba lo que era la patena. Me encanta pasar por aquí e ilustrarme :)

MJ dijo...

Una entrada estupenda.
Siempre me han llamado la atención las expresiones que decimos y de dónde vienen en realidad, así que cualquier información sobre ello me resulta muy interesante. Gracias :-)

Ángeles dijo...

Pues está bien, Zazou, que el brete también tenga seguidores, que hasta ahora la patena se los estaba llevando todos :-D

Gracias, la ilustración es mutua ;-)


Me alegro, MJ. Gracias a ti :-)

Juan M de los Santos dijo...

Me alineo con los de la patena -que sí la conocía- y no el brete, del que no tenía ni idea. Reconozco que, a diferencia de tí, suelo ser perezoso para consultar palabras o expresiones desconocidas. Menos mal que tú, como han dicho por aquí, nos ilustras. Estupenda entrada, como siempre. Saluditos.

Ángeles dijo...

Gracias, Juan M.
La patena gana con holgura en popularidad. Menos mal que yo me informé en su día, si no, ahora probablemente sería la única que desconocería su significado :-D

Metalsaurio dijo...

Como siempre, nuevo para mí :)

Justo después de leer esto traté (sin éxito) de recordar una expresión que significa hacerse el despistado para librarte de algún asunto con el que no quieres lidiar...y que tenía como origen que un noble en una guerra dijo que se había perdido y por eso no había llegado a tiempo...hasta puede ser que esa expresión y su explicación la leyese aquí, no sé.

El caso es que tratando de recordar esa expresión, recordé otra de distinto significado: tomar las de villadiego. Que, me entero al consultar en internet, tiene su origen en que Fernando III, en plena persecución a los judíos, ordenó proteger esa localidad en la que vivían muchos de ellos. Y así, los judíos que querían ponerse a salvo, "tomaban las de Villadiego".

Ángeles dijo...

Metalsaurio, esa expresión a la que te refieres me recuerda la de "estar en Babia", pero creo que no debe de ser esa.

Si la identificas, compártela por aquí, ¿quieres?

Thank you.

Anónimo dijo...

Me acordé ayer: era irse por los cerros de Úbeda :-)

Ángeles dijo...

OK, gracias.

Anónimo dijo...

. Lo de la patena lo sabía pero el brete, que va.
Me recuerda aquel comisario de la serie, que lo ponian en un membrete. Con este blog siempre se aprende. Desde El Fuerte

Mae Wom dijo...

Yo me pregunto muchas veces por el origen de las palabras y expresiones pero mi mente-mariposa se distrae y como no esté cerca de un ordenador o un diccionario, se me olvida la curiosidad. Así que me encanta que nos lo expliques, tan clara y limpiamente, como la patena. :-P

Ángeles dijo...

Gracias, Mae.
Yo para paliar los efectos de la "mente-mariposa", que también me afecta, tengo cuadernos, blocs, lápices y bolis por toda la casa, y en todos los bolsos y bolsillos. Si dependiera de consultarlo en el momento o de mi memoria... :-(