jueves, 1 de marzo de 2012

Dormir para ver


Ese mecanismo que tenemos en el cerebro y que produce sueños cuando dormimos es algo que a mí me asombra y me fascina.
Y si el hecho de soñar, en general, me causa asombro, determinados tipos de sueños me parecen cosa de pura magia.
Es verdad que a las mentes simples cualquier cosa nos parece magia, pero también es verdad que los sueños tienen una naturaleza ignota y un carácter ultraterreno que a mí me sobrecogen.
Ya comentamos aquí en otra ocasión que tenemos sueños de varias clases, desde los que reflejan imágenes de nuestras propias experiencias cotidianas hasta pesadillas escalofriantes, pasando por sueños premonitorios, sueños compensatorios, sueños reveladores que nos proporcionan la solución a un problema, o esos que llamamos "sueños lúcidos" y que a mí personalmente me inquietan un poco, aunque la situación soñada no sea en sí amedrentadora.
Digo que me inquietan porque tener un sueño lúcido a mí me parece que es como vivir un rato entre dos mundos, el de la conciencia y el onírico; el real y el de la fantasía. Como estar con un pie aquí y otro allí. Como verse atrapado entre dos realidades y no estar del todo ni en una ni en otra.
Aunque, según he leído, unos estudios recientes indican que un sueño lúcido no es ni sueño ni estado consciente ni una mezcla de ambos, sino un estado de conciencia diferente, independiente. Y eso lo saben –o creen saberlo- por los niveles de ondas Gamma que se activan cuando se tiene un sueño lúcido, que son distintos de los de los sueños comunes.

Sin embargo yo, con la tozudez que me otorga la ignorancia, sigo pensando y sintiendo que un sueño lúcido es como asomarse a una ventana y tener medio cuerpo en nuestro mundo y el otro medio en un mundo exterior y con frecuencia muy extraño. Más o menos como el señor Valdemar en el cuento de Poe, aunque sin llegar a tan terroríficas consecuencias, por suerte.

Pero a pesar de que me dan, como digo, cierto miedo, la cuestión de los sueños en general y de los lúcidos en particular me atrae mucho y me interesa, y me gustaría tener sueños lúcidos con más frecuencia.
Aún recuerdo algunos de los que he tenido.
El primero del que fui consciente lo tuve siendo pequeña. Tendría unos siete u ocho años, y me desperté tan asombrada, tan sorprendida, tan pasmada por lo que acababa de experimentar, que tanto el sueño como el asombro se me quedaron grabados en la memoria para siempre.
El sueño era, supongo, propio de la experiencia infantil. Las imágenes, las personas, las palabras del sueño eran las cotidianas, las habituales para un niño, pero, como digo, fue la clase de sueño lo que me impresionó tanto.
Soñé que yo estaba con mis padres en casa de mis abuelos, y por una razón concreta que recuerdo bien,  mi abuela se enfadaba conmigo,  me regañaba... pero yo la miraba muy tranquila y le decía: “No te preocupes, abuela, si esto es un sueño.”

Y hace unos meses tuve otro sueño en el que el nivel de lucidez era extraordinario. Diría que fue, por sus caraterísticas, un sueño lúcido prototípico, con todos los elementos que señalan los expertos.
Algunos dicen, por cierto,  que es posible entrenarse para tener sueños lúcidos... 


15 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

En mí es una constante - no sé si te lo comenté ya - recurrir al "Bueno, no importa, esto es un sueño" cuando noto que algo empieza a inquietarme en el sueño que estoy teniendo.
Hay veces que no funciona y despierto de golpe, tan asustado que han de transcurrir unos segundos hasta que soy capaz de moverme.

Lo de los sueños es fascinante. Sería genial saber interpretarlos todos. Bueno, un momento... Igual no sería tan bueno saberlo :S

¿Para qué lo preguntas?¡Continuará! (please)

MJ dijo...

Estoy de acuerdo contigo, los sueños lúcidos son asombrosos, pero también dan miedo (aunque no sean pesadillas).

P.D. Queremos que continúe, y creo que por unanimidad.

:-)

Sara dijo...

Me ha gustado mucho eso de que el sueño lúcido es un estado de conciencia independiente; tanto, que he ido a husmear en los estudios que mencionas, pero están todos en inglés (una pena).

Oye, el sueño de la paella parece de "Alicia en el país de las maravillas".


Y una cosa más: ¿Serás capaz de dejarnos en ascuas?

Besos.

loquemeahorro dijo...

Hace años charlando con un compañero le estaba contando:

- Y entonces hubo un momento en la reunión que se puso tan surrealista que me sentí como cuando estás soñando y te das cuenta de que es un sueño.

Se quedó alucinado y me dijo
- Ah ¿pero a ti también te pasa?

Pensaba que era el único ser humano al que le ocurrió y jamás lo había comentado con nadie. Y estoy hablando de una persona de unos 37 años.

Claro, si hubiera leído este blog, eso no le hubiera pasado.

Continuará, ¿verdad que sí?

Ángeles dijo...

Sí, JuanRa, es verdad, algo de eso me habías comentado ya. Y no sabes lo afortunado que eres, pues, según tengo entendido, los sueños lúcidos son muy poco frecuentes, y tenerlos de manera habitual es muy raro. Por lo menos aquí, en la superficie planetaria ;-)

Entendido, MJ, lo tengo en cuenta. Gracias.

Sara, disculpa lo del enlace 'en extranjero'. De todas formas, supongo que también habrá páginas en español donde puedas leer sobre esto.
Ay, me ha encantado que el sueño paellero te haya parecido de Alicia en el país de las maravillas. Le das una dimensión fantástico-literaria que yo nunca hubiera imaginado. Thank you.
Y no, no seré capaz de dejaros en ascuas, porque no os lo mereceis. Todo lo contrario.

Loque, sí que es raro que tu compañero creyera que eso le pasaba a él solo.
Efectivamente, es lo que pasa por no leer este blog, que se ven las personas privadas de información vital ;-)

Mae Wom dijo...

Yo lo agradezco un montón en las pesadillas que es cuando se suele activar el modo "rescate" :)
A mí si me asusta es porque cuando me despierto pienso que mi parte consciente no ha descansado ni en sueños y que debe de ser más sano dejar volar la mente, ya que de día la tenemos (al menos la mía) tan llena de información que un poco de desvaríe no le viene nada mal.

Ángeles dijo...

Pues no sabes cómo te envidio, Mae Wom,porque a mí me haría mucha falta ese 'modo rescate' para mis pesadillas. De verdad que sí.

Y lo del desvaríe :-D también me parece una sana opción a la que me apunto.
Gracias por tu aportación.

Manuela Mangas Enrique dijo...

Hola, Ángeles:

Comparto tu opinión de que la vida onírica es fascinante.
Me ha llamado la atención que no suelas tener sueños lúcidos. Yo los tengo frecuentemente. Son un alivio para mí, porque en ellos puedo relajarme y hacer lo que quiera. De hecho, en ellos muchas veces soy muy diferente a como soy en realidad. Me digo: "No pasa nada, si estoy soñando, puedo hacer tal cosa".
Otra cuestión son las pesadillas, que siguen amedrentándome a pesar de mi edad.
También leí que uno se puede entrenar para soñar lo que quiera. Aunque no me parece fácil, creo en ello.

Continúa cuando puedas, por favor. Me gusta leerte.

Un abrazo.

Ángeles dijo...

Hola, Manuela.
Estoy viendo, por vuestros comentarios, que ahí por aquí muchos afortunados que tienen sueños lúcidos con frecuencia. Qué envidia.
En cuestión de pesadillas, también somos varios los expertos por aquí, y no creo que el miedo que provocan tenga solución con la edad: es que van a mala idea ;-)
Gracias por tus palabras.
Un saludo.

Ángeles dijo...

Un pajarito muy atento me ha avisado de que en el comentario anterior se ha colado un 'ahí' donde debía ir un 'hay'. ¡Ay! No sé si echarle la culpa al tecleo descuidado o a la simple espesura mental.
En cualquier caso, se agradece la corrección y queda constancia de ella.

Anónimo dijo...

¿Así que te gusta especialmente El Caso del señor Valdemar?
No recuerdo especialmente el cortometraje (en la peli aparecén tres o cuatro historias ¿verdad?) pero sí que recuerdo la primera vez que lo leí, por la noche, en mi cama. La verdad que es terrorífico.
¿Y el Corazón delator? ese es una obra maestra. Parece una peli de Hithcoock, con la angustia tan vívida que va creciendo en el asesino al escuchar el golpeteo del corazón.
Y hay un relato que solo lo leí una vez. Después me compré una antología pero no aparecía. Se trataba de dos personajes de los bajos fondos con unos nombre extraños que recorrían las calles de Londres y, no lo recuerdo, pero no sé si sucedía algo relacionado con la peste -no me confundo con la Máscara de la Muerte Roja, no- ¿Tú sabes de lo que hablo? Yo, no, la verdad

carlos

Ángeles dijo...

Pues sí, Carlos, para mí el relato de Valdemar tiene algo especial, aunque me encanta todo Poe, ya lo sabes.

No estoy segura pero, el cuento al que te refieres, ¿podría ser El rey Peste?
Ya me dirás.

Anónimo dijo...

¡Sí señora! El Rey Peste es. Lo encontré por ahí en una página y lo he imprimido. Así que esta noche toca disfrutarlo veintitantos años después. Y después lo guardaré en el libro de relatos de Poe que tengo.
Y no te doy las gracias porque es obvio que te estoy agradecido y no quiero ser pelma.

carlos

Anónimo dijo...

(viene del anterior)
¡Pero este relato es el antecedente del mundo de Tim Burton!
Cuando leí la descripción que hace de los extraños y cadavéricos personajes de la corte del Rey Peste, no podía dejar de imaginarlos como los personajes de plastilina animada de sus películas como La Novia Cadáver... ja,ja,ja
Portentosa imaginación la de ambos autores pero Poe fue el primero y estaba solo, que no tenía a todo un equipo como Burton.
carlos

Ángeles dijo...

Pues probablemente no se me habría ocurrido nunca, pero ahora que lo has dicho, he releído yo también el cuento y estoy de acuerdo. Tim Burton podría hacer una versión de este cuento sin salirse ni un centímetro de su universo.
Buena apreciación, don Carlos :)